CAPÍTULO 1~Sorpresa

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Hacia un poco de frio, era tiempo de invierno y las fiestas de navidad recién habían terminado. Mi madre, como es costumbre, reunía a sus grandes y aburridas amistades—

-¿Te aburres?—Me preguntó mientras charlábamos por teléfono—

-Un poco, sí. Fue mala idea que te marcharas en estos días—Respondí airada.

-Definitivamente, pero no tuve opción. Y sabes que mis padres...

-Lo sé—suspiré mirando hacia el interior de la casa. Más que una fiesta, parecía un velorio ¿Acaso no conocían lo que es bailar o lo que significa "buena música"?

-¿A qué hora partes mañana?—

-En el primer vuelo. A las 8:00 pm—Respondí desganada. ¿Por qué mi madre, después de haberme sacado de aquel maldito lugar, ahora quiere regresarme allí, para continuar con mis estudios? Tal vez para no tenerme en casa y no tener responsabilidades aquí conmigo. De todos modos, allá, quien cuida de mí, son solo los empleados, aunque en realidad. Yo misma cuido de mí. Ahora, después de un año, regreso a ese maldito infierno... y me alejan de lo que ha cambiado mi vida—Te voy a extrañar—Susurré dejando escapar mi voz en un hilo—

-Yo también. Iré a verte de todos modos. Ya sabes, tu madre no se opondrá—Sonreí tímidamente. Él era la única persona en sacar lo mejor de mí. Su voz siempre me hacía sentir como una niña con deseos de acurrucarme en su regazo y dormir tranquila mientras me acariciaba la cabeza. El único que me hizo lograr olvidarme de él: de Park Jimin. Sinceramente, ahora ni siquiera recuerdo su estúpida cara.

Mi madre había decidido cancelar mi compromiso con Jin, después de enterarse que salía con alguien más, el que era mejor partido y le convenía para aliarse a la empresa de su familia. Pareciera que nosotros hubiésemos estado destinado a estar juntos. Me hubiese gustado verle la cara al muy imbécil de Jin cuando le han de haber informado que jamás seré su esposa. Idiota.

-Lo sé. Te quiero—suspiré de nuevo mientras observaba el cielo estrellado.

-Yo también. Te amo (TN) Halinson —escuché la voz de su madre al otro lado del teléfono—Me tengo que ir. Ya sabes...a mi madre le gusta que todos cenemos juntos. Te manda un beso y otro te lo mando yo—

-Otro beso para ti. Cuídate. Estaremos en contacto—Suspiré y corté el teléfono celular.

Dieciocho años. Mi último año en preparatoria, es decir, solo parte de mi último año. Tres meses, para ser exacta. Mi madre ha conseguido mi traslado a como del lugar. Ni siquiera me ha explicado por qué quiere que me quede allá por ese tiempo. Asuntos de negocios, además, la casa en la que nos quedamos la demolerán para construir otra, y mis padres estarán viajando por asuntos de negocio. Pudieron haberme dejado con mi novio. No me iba pasar nada, pero no. Tuvieron que regresarme a mi maldito infierno. Pero a diferencia de la última vez que estuve allí, esta vez, nadie me iba a joder.

A la mañana siguiente, nos dirigíamos con el mayordomo hasta el aeropuerto. Ninguno de mis padres podía acompañarme a este porque estaban "ocupados" No veo la maldita hora de que solo me dejen ir de casa. Hasta casarme a esta edad me resultaba mejor que seguir con mis padres, de todos modos, con quien ahora tenía deparado mi futuro, era la persona que más había hecho por mí durante estos ocho meses de relación que teníamos. Creo que era lo mejor que me había pasado.

El mayordomo se encargó de todo. Mis maletas, mi pasaje VIP, cualquier cosa que necesitara. Mi novio no vendría a despedirme; puesto que, él había viajado a Chicago con su familia, por lo que ya nos habíamos despedido días antes que se fuera. Lo iba a extrañar demasiado.

-Cuídese, señorita—Se despidió Jeremías, el mayordomo. Sonreí agradecida y me acerqué a él para abrazarlo. Él tenía posiblemente la edad de mi padre; y durante el tiempo que había estado aquí, había sido él quien había logrado que le tuviera confianza por cuidarme tanto. Era como el padre que siempre deseé.

-Cuídate, Jeremías. Nos volveremos a ver—Respiré hondo y solté una bocanada de aire para luego girarme y dirigirme a abordar el avión.

Un viaje largo y cansado y para peor, al día siguiente, tendría mi primer día de clases, de regreso a esa maldita preparatoria. Mi consuelo, que Jin no era mi compañero aunque estuviéramos en el mismo año, y que Jimin ya no debería estar en la preparatoria ya que el año pasado, iba a ser su último año. Eso significaba que no lo vería. Y eso me tranquilizaba. No era que temiera volver a sentir algo por él, era que ya no quería joder mi vida. Ya no más.

Narra Jimin:

-Sabes que aun te amo—Me dejé caer en el sofá con el celular en la mano.

-Ya hemos hablado de eso—susurré sintiéndome un poco desganado—Lo nuestro...

-Puede volver a empezar, Jimin. Si alguna vez me amaste, puedes volver a hacerlo. Jimin, yo soy tu pri...--

-Ya cállate—sacudí la cabeza—Hablamos luego ¿Vale? Quiero descansar—Corté la llamada y lo dejé sobre la mesa, para luego levantar mi trasero y caminar en dirección a mi habitación—

-¡Jimin!—llamó JungKook—Has vuelto a dejar todo tirado en la cocina—

Hice caso omiso y continué con mi camino hasta llegar a mi habitación.

Me dejé caer en la cama, boca arriba y los brazos tendidos a mis costados. Extendí la mano derecha hasta el velador de ese lado y tomé el marco que allí estaba... la contemplé en silencio... ¿Será que algún te vuelva a ver? Tal vez debería regresar con ella... intentarlo de nuevo. Olvidarme de (TN) por completo, porque... sé realista Park Jimin. (TN) se fue y no creo que regrese. Mi lugar está en la banda. Solo allí.

Y para peor, mañana estaría repleto de espantosas matemáticas. Un año de descanso de clases, bueno, no exactamente así. Habían surgido imprevistos con la banda de Yong Guk, por lo que JungKook y yo habíamos sido asignados a tratar negocios por diferentes zonas por más cuatro meses, por lo que habíamos perdido exámenes finales y como no éramos de interesarnos en la maldita preparatoria, habíamos jalado y estuvimos obligados a llevarlo de nuevo. De todas formas, nos convenía, porque ahora éramos los únicos que quedaban en la preparatoria, de tal forma que podíamos seguir vendiendo allí, aun. Bueno, solo por unos tres meses más. Nuestro último año en la preparatoria estaba cerca. Ni siquiera entiendo para qué mierda me iba a servir. No pretendía ser un hombre de negocios y mucho menos, un ejemplo para esta podrida sociedad. Solo éramos obligados a ir por orden de Rap Monster, además, que a mis padres, tal vez les hubiese gustado verme convertido en algún gran empresario, pero las cosas no se dieron así, y no hay nada que pueda hacer. Mi vida me gusta tal y como está. Claro, por algunas excepciones.

Taehyung había desaparecido de mi puta vida por arte de magia, al igual que (TN), aunque, al menos V, me dejó darle una paliza antes, (TN) ni siquiera me dejó decirle "Adiós"

Cerré los ojos y me quedé dormido hasta el día siguiente. Como era costumbre, JungKook venía a tocar la puerta para obligarme despertarme. Me despertaba de mal humor, me metía a la ducha para darme un baño, luego me vestía y salíamos en dirección a la preparatoria.

-Al terminar las clases, Rap Monster nos quiere en su oficina—Habló JungKook mientras nos detuvimos a esperar que cambiase la luz del semáforo.

Ni siquiera respondí. No tenía ánimos para nada.

-¡Jimin! ¡Mierda te estoy hablando!— Gritoneó como si pensara que fuera mi mujer—

-¡Te he oído! – Grité girando—Deja de comportarte como mi maldita mu...-- me quedé en silencio... mudo y absorto a la realidad.

Los ojos de ella estaban fijos sobre los míos y tenía la misma expresión que yo. Mi corazón palpitó con tal fuerza que creía se trataba de una sueño. Ella estaba en su auto, mirándome atónita... se veía... preciosa—

-(TN)—susurré. El semáforocambió y también la dirección de su mirada, para dirigirla al frente y luego alejarsede mí. (TN), había sido ella... (TN)... está aquí, de regreso...

War of hormone- Boy in luvWhere stories live. Discover now