Era una tortura mirar tu pavonear por la habitación, te encontrabas otorgando breves conversaciones y sonrisas a modo de saludo a todos aquellos que se cruzaban en tu camino.
Luces exquisita.
En estos momentos se encontraría a tu lado presumiendo lo afortunado que es por haber ganado tu afecto, sin embargo, en su lugar se encuentra admirando de lejos porque tuvieron un pequeño desacuerdo, hubiera sido fácil disculparse pero el orgullo pudo más al no querer admitir que ambos están equivocados.
Elijah perforó su mirada al ver cómo el hombre por el cual has sido interceptada tuvo la audacia de posar su palma en tu piel debido a que tu vestido tiene una abertura en la espalda.
Sintiendo su aguda mirada le dedicaste una sonrisa deslumbrante al hombre con el que mantienes una conversación, quizás si empujabas un poco más Elijah cedería y podrían reconciliarse de una muy buena manera.
Por el rabio del ojo pudiste ver cómo Elijah apartó la mirada y se relamió los labios con molestia.
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Seguidamente abandonó su posición y con una mirada ardiente avanzó hasta poder alcanzar tu cintura con una posesividad que dejaba en claro que tenían que buscar una habitación aislada, y tendría que ser rápido si no querían causar un espectáculo.
