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Su boca se sintió seca, y no, no era por falta de sangre. La vista de tus piernas desnudas tuvo un efecto inmediato en él, a pesar de haber cometido una equivocacion al no tocar la puerta no tuvo la voluntad de voltearse y cerrar la insultante madera que ha mantenido la grandiosa vista frente el, su lengua automáticamente lamió sus labios al presenciar la caída de aquella esponjosa toalla dejando así para su deleite tu magnífica figura de espalda completamente desnuda.
Fue inevitable que Elijah con descaro se adentre a tu habitación y en donde no tenía la intención de abandonar en un momento pronto.
