XIII

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Rivers estaba sentada en su cama, mientras miraba como Rocío miraba un escritorio con algunas de las joyas de Samantha, pues según Rocío las alfas con joyería se miraban sexys.

— agradece que te estoy ayudando—dijo mientras miraba algunos anillos—si solo fueran Iván y tú, nunca te hubieras atrevido a hablarle.

—como digas—le respondió riendo.

—okay, esto me parece bien.—llevo lo que había elegido hasta la cama—dame tu mano—rivers se la dió— quiero que me digas algo medio... Raro.

—¿Qué?

—cuando dedeas a alguien ¿Con que mano lo haces?—rivers se sonrojo y abrió sus ojos.

—¡Rocío! ¡No te voy a decir eso! Además yo no hago eso, soy muy inocente.

—Samantha...

—¡Con la derecha pero no digas nada!—Rocio rio.

—Bien, entonces los anillos van en esa mano—coloco un anillo negro en el dedo anular de rivers.—este aquí—puso un anillo con diseño de serpiente en el dedo corazón.

Termino de ponerle los anillos, le puso una pulsera aún lado de su reloj que siempre tenía y finalizo con un collar con un pequeño dije que solo se podía ver por debajo de su camisa.

—¿Y para que llevo este si no se ve?

—ouh, de hecho Ari si lo verá. Solo asegúrate de que cuando sea tu novia, gracias a mi—susurro lo último— y vayan a tener acción, ella te quite la camisa, y créeme que una mujer con joyería es muy—puso una mano en su frente y se dejó caer—es demasiado para los ojos de una omega como yo, imagínate de las demas—rivers se encogió de hombros—¿Y si te hacemos una perforación en el labio?

—¡¿Que?! ¡Rocío ya!—las dos se rieron.

Iván, Rocío y Rivers estaban en una especie de habitación con carros

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Iván, Rocío y Rivers estaban en una especie de habitación con carros.

—veran mis queridos alfas tontos —se giro para verlos.—no importa cuanto diga la Omega que no le importa el dinero, o el beta, o el alfa. El dinero, la apariencia y el tamaño sobre todo, si importa.

Rivers fruncio el ceño, tenía el dinero, tenía la buena apariencia, el tamaño, lo descubriría.

—talvez no les importe como tal, pero a querer o no, a cualquier persona le gustan los detalles. Les gustan las relaciones donde los dos aportan y cosas así, además, realmente a mi no me gustaría estar de novia con alguien que es muy mal visto por como actúa. Cómo esos alfas que se la pasan acosando a los pobres omegas como yo. Simplemente no podría. Ademas de que a todo el mundo le gustaría ser vista con su pareja en una buena situación, y llamar la atención de algunos envidiosos ¿Sabes que les llama la atención?—los alfas solo se quedaron callados—¡Lo caro! No estoy diciendo que atraigamos a Ari con lo material, solo estoy diciendo que le demos una pequeña impresión.

Rocío comenzó a caminar entre los autos.

—asi que un carro lindo, que llame la atención.

Ari hablaba con Sebas quien se le había acercado preguntando si estaba bien

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Ari hablaba con Sebas quien se le había acercado preguntando si estaba bien.

—es que el otro día mire que te subieron al carro de esa tal Rivera.—dijo el otro Omega.

—si está bien, creo que me llevo a mi casa, realmente no recuerdo mucho de esos días—le dió una linda sonrisa. Pues roier era uno de esos que también sabía que ella no era beta.—creo que a mí Omega le gusta Samantha y cuando se me acercó solo se emociono de mas—los dos rieron.

—¿Pero y tú? Esa chica es linda, nadie lo puede negar.

—de hecho siento qu—una mano tomando su libreta la interrumpio—¡David! ¡Por un demonio dame mi libreta!

—¡Ouh! Vamos Abril, solo queremos ver, que haces en clase.—miro a Sebas—tu. Vete—Roier miro con lastima a Ari, no se queria ir, pero su omega le gritaba que saliera corriendo de ahí, y como siempre pasaba con todos, su animal interior siempre ganaba.

—solo dame mi libreta por favor...—miro como David comenzó a hojear la libreta. Ari trago saliva, deseando que no llegara a esa página en específico. Miro como las paginas disminuían. Cada vez se acercaba más al dibujo de Rivera. Digamos que durante su celo, Ari se dió cuenta que haciendo cualquier cosa que tuviera a Samantha involucrada, a su Omega le gustaba, y lo único que sabía hacer era dibujar.

—¿Pero y esto Abril?—pregunto con semblante serio, su risa se había esfumado por completo cuando miro el dibujo de Samantha. El nunca lo admitiría, pero sin Abril seguramente nadie de la escuela lo conocería. Y no podía dejarla ir tan fácil. Alzo su mano para darle un golpe en su mejilla pero alguien tomo su muñeca.

—¡Eso Rivers! Cómo una película—le grito desde lejos Rocío.

Ari miro a Samantha, algo... Diferente, llevaba accesorios, que de tan solo mirarlos ya se sentía endeudada.

—oh vamos ¿No ibas a hacerle algo? ¿O si?

—Rivera no intentes ser mejor que yo para impresionar a esta. Si te la quieres coger solo hazlo.

—creeme que no intento ser mejor que tú, hasta la persona más estúpida de esta escuela es mucho mejor que tú, y ten por seguro que hoy no me planeo rebajar a tu nivel solo para dejartelo en claro—suspiro—¿Miras este anillo?—le señaló su propio anillo—lo podría raspar, no me importaría, compraria otro y ya está, pero solo pienso en como este anillo cuesta más de todo lo que traes puesto ahora mismo, hasta más que este reloj Rolex que traes aqui—toco el reloj en al muñeca de David—aun que claro, no es uno real. Este si es real—alzo su muñeca—asi que creo que vale la pena pelear contigo, así que solo te pediré que te vayas.

David la observó. Rivers al ver cómo no planeaba hacerlo, volvió a tomar su mano y la doblo un poco.

—yo te lo pedí amablemente—dijo mientras seguía lastimando al otro hasta que lo soltó—ahora tienes una otra razón para irte, te sugiero que vayas a darle una pequeña visita a la enfermera.—le sonrió—corre ve—lo empujó y sonrió al ver cómo ni siquiera se detuvo y comenzó a caminar hacia la enfermeria.

Samantha miro a Abril, le sonrió y le extendió su mano mostrándole su libreta. Cerrada.

—su libreta—le dijo feliz.

—Gracias.

—no hay de que. Ten por seguro que David no volverá a hacerte algo desde ahora, de eso me encargaré yo—le dió una última sonrisa para después besar sus nudillos e irse.

Abril estaba confundida por su actitud mientras Samantha se iba directo a Rocío quien reía pues Rivers tenía todo su rostro sonrojado.

Linda Omega Where stories live. Discover now