Capitulo XLIII: Reencuentro en la Oscuridad.

40 5 0
                                    

Pov: Kal Agnelli.

La tensión y la anticipación llenaban el aire mientras nos encontrábamos frente a las imponentes puertas de Alexandría. Con el corazón latiendo fuerte, me preparé para lo que vendría a continuación. Las puertas crujieron al abrirse, revelando el interior de la comunidad que alguna vez llamé hogar.

De repente, Daryl apareció corriendo hacia mí. Me envolvió en un abrazo fuerte y apretado, como si no pudiera creer que estuviera frente a él.

—¡Maldita sea, pensamos que estabas muerta!— Exclamó Daryl, su voz cargada de emoción.

—Supongo que a veces las cosas no son lo que parecen— Respondí, devolviendo el abrazo con gratitud.

El resto del grupo se acercó, observando con sorpresa y alegría. Rick se acercó con una expresión de incredulidad y asombro.

—Kal, ¿eres realmente tú?— Preguntó Rick, como si necesitara confirmación visual.

—Sí, algo más desalineada pero aquí me tienes Sheriff.— Afirmé, con una sonrisa que apenas podía contener.

Presenté a mi nuevo grupo, explicando cómo nos habíamos unido y las circunstancias que nos llevaron hasta Alexandría. Rick asintió con comprensión, entendiendo que en este mundo, las alianzas y las lealtades podían cambiar rápidamente.

—Bienvenidos a Alexandría. Gracias por haber ayudado a Kal.— Dijo Rick, extendiendo la mano en señal de bienvenida.

El consejo de la comunidad se reunió para evaluar la situación y, finalmente, les dieron la bienvenida oficial. Era un alivio tener un lugar al que llamar hogar nuevamente y gratitud por haber reunido a este variado grupo de supervivientes.

Llegamos a la plaza central donde Magna, Connie, Luke, Miko y Kelly se encontraban observando a su alrededor con expresiones de asombro y agradecimiento.

—Gracias, Kal. No sabemos cómo agradecerte por esto, por darnos un hogar seguro— Dijo Magna, su voz resonando con sinceridad.

—Estamos agradecidos por esta oportunidad, Kal. Vamos a trabajar duro para ser parte integral de esta comunidad.— Dijo Kelly, mirándome con determinación.

—No tienen nada que agradecer, salvaron mi vida, es lo menos que puedo hacer por ustedes. Bienvenidos a Alexandría. Ustedes son parte de nuestra familia ahora.— Les dije con sinceridad.

Connie se acercó y me abrazó, expresando con gestos lo que las palabras no podían transmitir completamente. A medida que los demás se sumaron al abrazo grupal, sentí que, a pesar de los desafíos y peligros que enfrentábamos a diario, estábamos construyendo una comunidad fuerte y unida.

Después de eso y de una cena reconfortante junto a mi familia, decidí buscar a Rosita. La encontré en una sala tranquila, sumergida en un libro.

—Hola, guapa.

Me acerqué y, con una sonrisa, me recosté en sus piernas.

—Ha pasado tanto tiempo desde que compartimos un momento así.— Comenté con nostalgia.

Ella bajó el libro y me miró con una sonrisa cálida.

—Sí, ha pasado mucho. Estoy feliz de tenerte aquí de nuevo, Kal.

—Te eché de menos.

—Y yo a ti. Todos te creían muerta, Kal.— Dijo Rosita con sinceridad.—Te buscamos, por más de un mes, creí...

—Ya estoy aquí Rosita, no pienses en eso ahora.

La comodidad de estar con alguien de confianza era un alivio, y Rosita siempre había sido esa amiga a la que podía recurrir. Después de unos momentos de charla sobre nuestros viajes y las experiencias vividas, no pude evitar abordar el tema que pesaba en mi mente.

Cenizas del Mundo Muerto (Alicia Clark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora