3. El Chico Actor.

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Caminé entre las personas tratando de fundirme entre ellos con el propósito de huir de ese sujeto.

Aún podía sentir la vergüenza que me hacía querer salir por el coche e irme lejos del lugar y de él.

En la soledad de mi habitación, acostado en mi cama podría seguirme atormentando por el ridículo que había cometido.

¿A quién se le ocurriría besar a un extraño?

¡Joder!

Es que solo a mí podrían pasarme este tipo de cosas.

Bueno, en realidad yo lo había hecho.

¡Basta, Jimin!

No me detuve a mirar a nadie más entre el tumulto de empresarios y señoras elegantes. Lo único que quería era encontrar a Taehyung y preguntarle que había ocurrido con él.

Si bien, no reclamarle, puesto que aunque me había ofrecido su ayuda, yo también tenía responsabilidad de mis actos.

Me recargué en una pared, esperando poner en orden todos mis pensamientos y regresar donde mis padres.

Conociendo a mi amigo, seguramente ya había conseguido un ligue. Quizá con suerte hubiese podido encontrar a ese CEO que tanto le atraía.

Recordé el rostro sin emoción de mi novio cuando cruzó por mi lado, lo había visto mientras seguía esparciendo copas de licor entre el público, pero él nisiquiera me había mirado.

Estaba enojado, sabía que logró vernos, era algo evidente que pasaría.

Al menos, esperaba que entendiera que era algo que había hecho por el bien de los dos.

De ese modo nadie sospecharía de él, la posible foto que nos fue tomada de imprevisto, quedaría en el olvido en el momento en que me vinculacen de manera sentimental con otra persona.

Agradecía a la vida que nadie se acercase a intentar generar una conversación. No estaba de humor para saludar a nadie.

Estaba por irme a la mesa que nos fue asignada cuando Tae sujetó mi mano deteniéndome.

– ¡Tae! – Por la música, esperaba que no se escuchase mi grito – ¿Qué paso contigo, dónde estabas? – Crucé mis brazos en mi pecho.

– Ay, Jimin, perdóname – Hizo un gesto afligido – Es que, me distraje. Ya sé que me lo dijiste, lo siento. Además... – Una expresión soñadora surcó su rostro – Lo vi...

– ¿A quién? Tae, ¿a quién?... Prometiste que ibas a ayudarme, no sabes lo qu...

– Yo si estaba ahí, estaba todo bien – Se justificó – Pero, vi pasar al CEO y...

– Espera – Lo interrumpí – Fue por ese hombre que me dejaste a mi suerte. ¿Al menos le hablaste?

No estaba enojado con él, incluso esperaba que todo hubiese salido como el quería.

– Es que esa es otra parte que no te cuento. Él pasó frente a mí, pero no me vio, estaba con ese rostro indescifrable con el que siempre lo veía en los artículos – Lo miré sin entender – No me sentí tan valiente para hablarle, ¿entiendes?.

Bueno, eso tendría sentido sino fuese Tae.

– O sea, que ¿no le hablaste porque te sentiste inseguro?... ¿Tú? – Cuestioné incrédulo.

Él asintió aflijido.

– Siii.

– Tae...

– Luego los ví. ¡Oh, joder! Aún no me lo creo.

Aprenderás a amarme ~kookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora