5. Acuerdo

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Luego de unos momentos de meditación interna y esperando no haberlo dejado con la palabra en la boca, sonreí con los labios apretados.

- Gracias... Padre, por el consejo. Supongo que podré tomar en cuenta aquello; por el momento, no es algo seguro.

Muy a pensar de que mi respuesta no fuese la que hubiera querido dar, me veía obligado a callar para mantener la serenidad, por primera vez, en una reunión con los tres juntos.

Las palabras de mi padre, me habían dejado más que claro, que la elegante mujer sentada a mi lado le había adjuntado información totalmente equívoca de lo que habíamos conversado en mi habitación.

Ella por fin volteó a verme y sonrió de una manera inocente, aparentando una expresión de solidaridad y comprensión.

Por el contrario, yo solo la observé sin expresión alguna en el rostro, preguntándome internamente como podía mentir de esa manera tan procaz sin inmutarse.

- Bueno - Mi padre, decidió romper el silencio al notar la leve tensión - Jimin... - Me habló de nuevo y solo entonces volteé a verlo - Sin importar como sigan las cosas, siento una gran felicidad al pensar en que hayas abierto tu corazón a un nuevo amor.

Torcí el gesto y tuve que bajar el rostro ocultando mi expresión, acomodando mi cabello detrás de mi oreja.

Me aclaré la garganta antes de hablar:

- Lo es, sí.

La ironía que le esperaba, era la presencia de Jaehyun para hablar con él en uno de esos días.

Seguirle la corriente a mi madre no sería un problema, el Ceo nisiquiera tendría que enterarse de las falsedades que refulgían en mi hogar alrededor de ambos.

Con eso en mente, sonreí con confianza y una idea infalible surcó en mis pensamientos como un rayo de luz entre tanta confusión.

- Padre - Empecé, era mi momento de sacar provecho del enigma - Creo que solamente tengo una petición por el momento...

Sentí la mirada de mi madre en el costado de mi rostro y de reojo noté su ceja enarcada.

- Dime, hijo.

Sonreí de lado, preparándome para su expresión a lo que diría.

- En realidad, no es nada relacionado a esto - Moví mis manos, haciendo alusión a lo que hablábamos al principio - Solo quería saber si ya es buen momento para devolverme mi teléfono.

Me sentía tan absurdo al hacer ese tipo de preguntas; yo no era un niño y mucho menos un encarcelado, decomisar mi móvil me parecía una total falta de respeto a mi privacidad.

Mi padre, mantuvo una mirada indescifrable hacia la mujer que me dio la vida, misma que se levantó y tomó posición detrás de él con las manos apoyadas sobre sus hombros.

- Sobre eso, hijo. Ambos hablamos estos días y estamos de acuerdo en hacerte entrega del móvil.

Mi padre ya no me miraba, tenía la vista en cualquier otro mueble del amplio lugar, esquivando la mía.

Algo no cuadraba, intercalé la mirada entre ambos y mi madre sonrió con suficiencia.

Esperando alguna contestación de parte de alguno de ellos, observé que el mayor de los tres abría un cajón del escritorio con una pequeña llave; a continuación, vi que depositaba sobre la mesa, la caja de lo que parecía ser un teléfono nuevo.

Hice una mueca de confusión, esperando que no fuera lo que estaba pensando.

- Y bueno... - Hice un ademán con las manos, indicándole que prosiguiera.

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⏰ Última actualización: Mar 14 ⏰

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