𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅𝙸𝙸 ~ 𝙳𝚎𝚓𝚊𝚛 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚊𝚝𝚛á𝚜

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A medida que el sol comenzaba a ocultarse, alguien tocó la puerta de mi habitación. Opté por no responder, asumiendo que podría ser Maggie y no estaba de ánimo para sus sermones. Sin embargo, una voz suave preguntó desde el otro lado.

—Effy, ¿puedo entrar? —Reconocí inmediatamente que era Carl.

Tras unos segundos de duda, me levanté y abrí la puerta. —¿Puedo pasar? —preguntó Carl, parado frente a mí.

Asentí y él entró, sentándose en mi cama. —Los adultos están discutiendo algo, así que pensé en hacerte compañía —comentó mientras me miraba.

—Sabes, estoy un poco cansada y me gustaría dormir. Puedes quedarte hasta que tu mamá venga a buscarte —le dije, acomodándome en un lado de la cama.

—¿Qué te pasa? ¿Estás molesta conmigo? —preguntó Carl, pareciendo confundido.

—Daryl dijo que si algo como lo de hoy se repite, ya no podríamos ser amigos —confesé, sintiéndome triste.

Carl pareció reflexionar por un momento antes de responder. —Eso no pasará. Seguiremos siendo amigos. Te prometo que no te invitaré a hacer cosas que puedan hacerte pasar un mal rato —dijo, tratando de tranquilizarme.

Su sinceridad era reconfortante, y aunque todavía me sentía abrumada por los eventos del día, la presencia de Carl me ayudó a sentirme un poco mejor.

—Sé que no tienes sueño, levántate —dijo Carl con suavidad, tomando mis manos para ayudarme a salir de la cama.— Enséñame a jugar a las cartas —añadió, mientras recogía la baraja que descansaba sobre la mesita de noche.

—Está bien —respondí, acercándome a él para enseñarle.

Pasamos un buen rato jugando, envueltos en una amena competencia.

—Ya no quiero jugar más —anunció Carl finalmente, dejando sus cartas sobre el suelo.

—¿Acaso estás cansado de perder? —pregunté entre risas.

Carl simplemente rodó los ojos y se puso de pie; lo seguí y juntos bajamos al primer piso.
Al notar que no había nadie, decidimos salir a buscarlos. Observamos que la puerta del granero estaba abierta, así que nos dirigimos hacia allí para investigar. Al llegar, nos encontramos con una escena tensa: Randall estaba arrodillado en el suelo mientras Rick le apuntaba con su arma en la cabeza; Daryl y Shane también estaban presentes.

—Hazlo, papá. Hazlo —dijo Carl a mi lado, provocando que todos se giraran hacia nosotros, confundidos.

—Effy, ve a la granja ahora. —Me ordenó mi hermano con un tono amenazante.

No deseando ser reprendida nuevamente, corrí hacia la granja para esperar a Carl. Tras un rato, el chico no regresaba, así que salí al porche y lo vi dirigiéndose con su padre hacia las carpas fuera de la granja. No queriendo quedarme sola, corrí tras ellos.

Al llegar, vi a Carl entrando en su carpa y lo seguí. —¿Qué pasó? —pregunté al entrar.

—No lo mataron, lo van a mantener como prisionero —respondió Carl, visiblemente molesto.

Me senté a su lado, pero antes de poder decir algo más, escuchamos un grito. Salimos rápidamente de la carpa y Lori nos ordenó volver a la casa y cerrar la puerta con llave. Me apresuré a cumplir, aunque Carl, fiel a su costumbre, no quería seguir órdenes.

—¡Tenemos que ir! —exclamó, deteniendo nuestro camino y comenzando a correr hacia la dirección de los gritos.

Sin saber bien qué hacer y temiendo quedarme sola, seguí a Carl con rapidez. Al llegar al lugar, vimos a Dale tendido en el suelo, con el abdomen desgarrado por un caminante. Pasaron unos segundos hasta que me di cuenta de que Carl estaba abrazando a su madre con fuerza, llorando desconsoladamente. Tras un momento de conmoción y lágrimas, Rick sacó su arma y apuntó a la cabeza de Dale, vacilante. Entonces mi hermano se acercó, tomó el arma de sus manos y asumió la responsabilidad de la situación. Daryl se arrodilló frente a Dale, apuntando a su cabeza, preparándose para disparar.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐎𝐟  𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐚𝐝 | 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang