263

160 38 0
                                    





La tarea que Yuder había encomendado a Lusan era mucho más crítica de lo que había previsto inicialmente. Los magos, aunque habían recibido ayuda de Yuder, un Despertado, no habían logrado erradicar su escepticismo y vigilancia inherentes. Sin embargo, sus actitudes en presencia del sacerdote eran diferentes. Con Lusan, que les había apoyado sin esperar nada a cambio, había muchas probabilidades de aprender nueva información que desconocían.

Para recibir la curación de Lusan, Yuder se quitó los guantes. Se había estado esforzando durante varios días, pero sus manchas no se habían extendido mucho, y su color era tenue. Sin embargo, el poder que se había estado manifestando continuamente con fuerza después de absorber presumiblemente el poder de Kishiar se había estabilizado ahora a un nivel no diferente del habitual, pareciendo haber seguido su curso.

'Considerándome a mí mismo como un médium... Podría ser como si todo el poder absorbido dentro de mí se hubiera agotado'.

¿Absorber más del poder almacenado en el interior de Kishiar le devolvería a un estado en el que su poder se manifestase con fuerza como antes? ¿O habría otros cambios? Mientras reflexionaba sobre esto y observaba cómo Lusan le tendía la mano para curarle, Yuder giró repentinamente la cabeza al oír unos pasos bruscos al otro lado de la puerta.

"¡Sacerdote! ¡Sacerdote! ¿Estás aquí?"

"Sí, estoy aquí. ¿Qué ocurre?"

Mientras Lusan respondía, Yuder se puso rápidamente los guantes. La puerta se abrió, y un mago asomó la cabeza, gritando con urgencia.

"¡Los que salieron a inspeccionar el círculo mágico fueron atacados por un monstruo! Están graves. ¿Podría venir a verlos enseguida, por favor?".

Las manos del mago estaban manchadas de sangre. El semblante de Lusan cambió.

"El ataque de un monstruo. ¿Ha habido otra anomalía?"

"No. Es sólo un monstruo. Al principio era una criatura diminuta, pero crecía y se hacía más fuerte con cada ataque. Decían que no moría por mucho que lo atacaran con herramientas mágicas. Al final, alguien fue herido por un pincho en su cola y corrió de vuelta aquí. Parece que era venenoso..."

No necesitó oír más. Era Pethuamet.

Al igual que en su vida anterior, el mismo evento estaba sucediendo.

"...Sacerdote Lusan. Creo que deberías olvidar la discusión que acabamos de tener".

Yuder susurró en voz baja para que sólo Lusan pudiera oírlo, y luego se dió la vuelta. En la inminente oscuridad del Gran Bosque de Sarain, las ramas se mecían ominosamente.

_________________________________________

"Urgh, arrgh..."

"¡Quédate conmigo! ¿Dónde está el antídoto? ¿Qué? ¿Ese era el último?"

"¿Han encontrado ya al Sacerdote?"

"¡Lo encontraron! ¡Está aquí!"

El único edificio intacto que quedaba en la base era un pandemónium de heridos y magos que se habían reunido a su alrededor. Yuder siguió al mago que guiaba a Lusan, escaneando los alrededores. Micalin, el líder que se movía ansiosamente por el centro, gritó con fuerza cuando vió a Lusan.

"Todos, abran paso al Sacerdote inmediatamente".

Cuando los magos se hicieron a un lado, se despejó un camino para que Lusan se acercara a los heridos. Yuder, mirando más allá de ellos, se sorprendió al ver la cara de un mago jadeando. Lorna, que hacía unas horas había mantenido una conversación normal con él, yacía con el rostro ensombrecido por el veneno.

Retorno [Parte 2]Where stories live. Discover now