Capítulo 1.

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Remus:

No sé que tan cómodo sea tener a un estudiante todo el año como ayudante, seguramente va a creer que no sé como dar clases, lo cual es cierto, pero no me gustaría que lo supiera a la primera.

Sirius obviamente dijo que aprovechara que es una chica, que vamos a pasar mucho tiempo solos y que nadie va a controlar como usemos esos horarios. Está de más comentar que le pegué por el comentario.

James me dijo que aproveche a hablar con una chica, porque si, las únicas citas que tuve son las que me organizaron los chicos en estos años.

Lilly fue la única que me dio consejos de como llevar las clases y como aprovechar la ayuda de una estudiante.


Camille:

Estaba en la cena prestando atención al nuevo profesor. Parecía agradable, lo cual es muy bueno teniendo en cuenta que voy a pasar el año entero con él.

No pude evitar notar el cansancio que carga, sus ojeras bien marcadas y como cabeceó varias veces en la comida.

Noté sus cicatrices de la cara, quizás a los demás no les guste, pero a mi me causan demasiada intriga, quiero saber como las consiguió.

Además de que le dan un aspecto muy atractivo. Bueno no. No pensé eso.

Lo último que necesito es que me guste.

Dumbledore me citó en el aula de DCAO después de la cena para organizarme con el profesor.

Apenas terminé mi comida me levanté para ir a esperar.


Remus:

Reconocí enseguida a la estudiante que Dumbledore me describió. Camille Scamander. Definitivamente es una. Tiene los ojos celestes como todos ellos.

Su pelo cae por su espalda, casi hasta su cintura. Su color negro resalta en ella. Es muy risueña, su amiga la ha hecho reir unas 7 veces ya.

Me buscó con la mirada muchas veces. Me puse nervioso como si fuera un adolescente literalmente.

No alcanzó a terminar de comer que ya se levantó. Tiene una postura a la hora de caminar que hace difícil dejar de verla. O quizás cualquier cosa que ella haga sea difícil de dejar de ver.

Me levanté cuando terminó de salir del comedor para ir al aula también.

Cuando llegué, ella estaba adentro. No me escuchó entrar, seguía muy concentrada leyendo uno de mis libros que dejé en mi escritorio. Quizás a alguien le moleste, pero a mi la verdad es que no mucho.

Cuando estuve detrás de ella carraspeé para que supiera que estaba allí. Se dio vuelta asustada.

- Lo siento, no pretendía asustarte - le dije.

- No se preocupe profesor. Lamento haber tomado este libro sin preguntar - dijo con una sonrisa nerviosa - honestamente hacía mucho que no veía un ejemplar de este autor que me encanta.

- Se lo puedo prestar si quiere - le dije dándole una sonrisa tranquilizadora.

- Muchas gracias profesor. Pero vi que tiene su señalador por la mitad, así que cuando lo termine lo acepto - cuando dijo eso, dejó el libro en el escritorio y lo acarició inconscientemente. Mi mirada no se despegó de sus dedos tocando delicadamente la tapa del libro y por un segundo me perdí imaginando lo que debe sentirse su tacto. Hasta que ella agregó - estoy muy feliz de ser su ayudante este año. DCAO es mi materia preferida.

- Yo también estoy feliz de tenerla como ayudante - dije sin pensar. Podía sentir el rojo de mis mejillas y vi que las de ella estaban igual - digo, Dumbledore me comentó lo buena estudiante que es y que también quiere ser docente cuando se reciba.

- Si me encantaría. Seguro usted va a ser un excelente ejemplo de como serlo.

No me costaba hablar con ella, era tan fácil de tratar. Y eso me asustó de alguna manera, ella es una estudiante y debe quedarse de ese lado de la línea. Más siendo menor de edad todavía.

- ¿Cuándo cumple los años? - bien acá siendo tan obvio con mis preguntas.

Ella se rió - ¿Piensa hacerme un regalo profesor? El 19 de octubre.

Podría darle muchos regalos ese día, pero no sé que tan éticos sean. Bien. De nuevo soy un adolescente hormonal.

- Podría regalarle un tomo del autor que nos gusta a ambos.

- No hace falta profesor. Su presencia va a ser suficiente ese día, porque cae miércoles y vamos a tener tutoría al ser día de semana.

- En ese caso, buscaré la manera de que sea un buen cumpleaños.

No sé si a ella le pasaba lo mismo, pero yo sentía que cada cosa que estábamos diciendo tenía doble sentido. Inconsciente o no tanto, comencé a acercarme más a ella. Necesitaba de alguna manera estar a su lado. Y está mal, muy mal.


Camille:

Si se sigue acercando van a dejar de funcionar mis piernas. Ya desde que entró al aula me sentí muy diferente con él. Siento que conectamos de una manera distinta.

Si estiraba un poco mi mano podía rozarlo. Y me asustaba la necesidad de tocarlo que tenía.

Jamás tuve ese deseo descontrolado con los chicos. No salí nunca con nadie por ese mismo motivo. Y acá estoy. Anhelando el tacto de mi profesor.

No sé si es que se dio cuenta lo mal que estaba o que yo anhelaba ese acercamiento, pero se detuvo.

- Lo siento Camille. No quiero incomodarte ni hacerte tener una imagen diferente de mi persona. - lo dijo tan consternado.

Cómo le explico que no me siento mal con esto.

¿Pero si hace esto con todas las chicas?

- No se preocupe profesor Remus. No me molesta su cercanía.

Pude ver el momento exacto en el que sus pupilas se dilataron y su respiración cambió a una más pesada.

A mi me seguían temblando las piernas.

Estiré mi mano para rozarlo. Cerró sus ojos y se alejó.

- Lo lamento Camille.

Okey ¿me rechazó?

- No se preocupe profesor.

- Te veo mañana a las seis de la tarde.

- Nos vemos profesor, que descanse.


Remus:

Vi como se decepcionó cuando me alejé, pero no puedo. Demasiados contras en esto, soy su profesor, es menor de edad, soy un hombre lobo para empezar.

Y después que nunca quise a las chicas para un rato o para ir a la cama y nada más.

Además de que ella... ella es el tipo de mujer que definitivamente elegiría como una pareja. Pero no, porque no puedo tener a alguien estable.

La vi marcharse.

Debo controlarme un poco más si quiero que lleguemos a fin de año bien. 

Siempre - Remus Lupin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora