Capítulo 46: Logan.

1K 107 82
                                    

Italia. Monza.
8:50 pm. 4 de septiembre del 2023.

Charles.

Luego de la conversación que tuvimos con Lando lo dejamos tranquilo un rato dentro del baño, supusimos que era mucho por lo que estaba pasando y lo podría sobrellevar de alguna forma pero que también debíamos darle su espacio.

Ya transcurrido unos veinte minutos decidimos asegurarnos de que todo estuviera en orden con el inglés, después de todo yo no sabía si se podía hacer daño y cuando saliese no podía acercarme a que me mostrara los brazos tan deliberadamente, ya que Oscar no tenía idea del daño que se había hecho Lando durante el receso.

Una vez salió decidimos que salir a dar vueltas por Italia, a donde sea, era un plan que podría resultar exitoso en la búsqueda de hacerle saber al ojiverde que no estaba solo y que podía contar con ambos para lo que fuera necesario.

Por suerte la salida si resultó agradable para él ya que casi no se notaba triste como lo estaba horas antes, su sonrisa parecía real y esperábamos que lo fuera.

Por momentos Lando se acercaba a diferentes vidrieras viendo dulces que parecían haber sido parte de su infancia, incluso de la mía.

Parecía comportarse como niño cuando nos suplicaba que pagaramos nosotros los dulces y no pudimos negarnos, después de todo nada en Italia era inalcanzable para nosotros – claramente hay excepciones –.

Una vez volvimos al hotel decidí que ellos podían seguir su camino solo, eso fue hace dos horas más o menos.

Yo había tomado una ducha relajante y en este momento estaba recostado viendo una serie que encontré, pero mi concentración no estaba puesta en la serie, más bien parecía divagar por otros temas que me dejaban inquieto. Empezando por Carlos.

Realmente tuve asco en el momento que vi a Lando borracho sobre la cama con el pantalón bajo, sus ojos hinchados y rojos, con lágrimas sobre sus mejillas y las manos en puño sobre la cama. No me daba asco Lando, claramente, me daba asco como el español parecía devorarlo como un animal sin razonamiento básico. Me daba asco recordar los ojos marrones profundos que miraban al menor con superioridad, como si pudiera tener el control de todo y todos.

Mis pensamientos seguían ahí, con sentimientos de repulsión, y como si eso hubiera atraído al protagonista de estos sentimientos, mi celular sonó sacándome de mi transe para que dirigiera mi mirada a la pantalla que se iluminaba a un lado mío.

Tomé el aparato y noté el nombre del español.

— Puto sin vergüenza. — susurré mientras mi ceño se fruncía.

Pensé en cortar y no saber nada del mayor durante mucho tiempo, pero al final decidí que lo hostigaría hasta que desee no verme ni hablarme.

— ¿Qué quieres? — atendí con una voz seria.

Buenas noches, caballero. — su voz parecía en gracia, como si eso apaciguara mis sentimientos.

— No tengo ganas de hablar contigo, asique dime lo que sea que quieras decir.

Si, yo..... lo lamento mucho, fui un idiota...

¡Abusaste de Lando! — no podía controlar mis impulsos ya. Y no lo haría.

¡Lo sé! Dios, y no me lo voy a perdonar nunca, no sabía que hacía, tomé mucho y me drogué y sé que eso no justifica mis actos pero te juro que no quería terminar así.

— ¿¡ Qué mierda te llevó a llevarte si quiera a Lando lejos de todos nosotros!?

Quería hablar con él, decirle que hay alguien en quien no debe confiar.

Te odio  ⎯   LandoscarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora