Te odio ⎯ Landoscar

Capítulo 47: Debes saber algo.

Italia. Monza.
3:50 am. 5 de septiembre del 2023.

Oscar.

Luego la pelea con el estadounidense lo único que hice fue alejarme, me fui lejos del hotel incluso, y al no tener un auto disponible simplemente salí caminando lejos del lugar.

Mi mente estaba divagando por pensamientos propios donde siempre llegaba a la misma conclusión: Lando sufre y no me doy cuenta.

Después de todo volví a recordar el hecho de que Leclerc me dijo que su padre lo había amenazado, pero con la bronca que estaba teniendo con Logan se me había olvidado ese pequeño detalle.

Cuando cobré consciencia de lo lejos que estaba fue cuando mi celular sonó por la llamada desesperada de mi novio, quien se me había olvidado por completo que estaba en mi habitación.

Al tomar el celular y aceptar la llamada pude oír pequeños sollozos del otro lado, pues al parecer se había asustado de que no estuviera.

— Amor ¿Está todo bien? — giré sobre mi eje para tomar camino nuevamente al hotel.

— ¿Cariño? ¿Dónde estás? — se podía oír como sorbaba su nariz del posible llanto que había tenido minutos antes de la llamada.

— Estoy fuera del hotel, necesitaba tomar aire libre. — comencé a apurar mi paso — ¿Pasó algo?

— No, solo que me asusté que no estuvieras, pensé que me abandonabas. — su tono de voz iba disminuyendo conforme hablaba, eso me preocupó.

— No amor, estoy en camino de vuelta a la habitación. — la verdad me faltaban varias cuadras para llegar — Mira, te corto pero en cuanto esté en el hotel podemos hablar de lo que quieras mi amor.

— Está bien, entonces te esperaré. — su voz había cambiado a algo más feliz.

En cuanto nos despedimos, apagué el celular y comencé a trotar para llegar más rápido, pero el trote era para calentar las piernas, porque en cuanto me sentí listo comencé a correr a todo lo que me daban las mismas. Mi respiración la pude moderar a pesar del frío que estaba haciendo e intentaba solo concentrarme en llegar junto a mi novio para poder abrazarlo y tranquilizarlo.

Aunque mientras pensaba e ideaba un plan para relajar a mi chico, se me vino a la cabeza el tocar el tema sobre las amenazas y todo eso, para que sepa que no voy a alejarme sin importar qué.

Al estar más centrado en pensamientos propios llegué más rápido de lo que esperaba, una vez me subí al ascensor le envié un mensaje a Charles diciéndole que hablaría con Lando sobre las amenazas, el mayor me contestó que le avisara si necesitaba algo y que tuviera cuidado de tocar el tema.

En cuanto estuve en la habitación pasé la tarjeta para acceder al lugar, abrí la puerta y me encontré con un Lando sentado sobre la orilla de la cama, sus pies se movían de adelante hacia atrás mientras mantenía su mirada en el suelo. No se veía intranquilo, todo lo contrario, la paz que irradiaba se notaba y para suerte mía, yo podía respirar con calma por ello.

Dejé la tarjeta sobre un mueble y me acerqué, en cuanto el mayor sintió mis pasos se paró para darme un cálido abrazo, uno que destilaba felicidad por mi presencia.

— Por fin llegaste. — se separó un poco del abrazo para depositar un beso en mis labios.

— Si, aunque se supone que a estas horas deberías estar durmiendo como bebé. — pasé mi manos por sus rulos desordenandolos un poco.

— Si, pero me di cuenta que no estabas, perdón si interrumpí algo importante. — su semblante parecía triste pero intentó ocultarlo, aunque sin éxito ante mi.