Mariposas.

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Jacob

Alicia me agrado mucho, apenas la conocía desde ayer.
Decidí acompañarla hoy en el desayuno porque aparte de que me agrada, no tenía a nadie mas para compartir tiempo.
Creo que le cayó bien mi compañía, no parecía reconocerme, por lo menos por ahora, espero que así continúe.

——

Vine a este pueblo para tratar de combatir el estrés que estuve pasando últimamente con mi trabajo. Lo disfrutaba mucho, de verdad, pero al mismo tiempo era mucho para mi mente.
Desde que comencé con mi carrera trataba de acudir seguido a terapia, por cuestiones de tiempo me era difícil tener un horario fijo, así que luego de un tiempo deje de asistir a mis sesiones.

——

Cuando llegué al mercado central del pueblo compre varios productos de limpieza, comida, bebidas y también algunas decoraciones tontas que me parecieron lindas para mi nuevo apartamento.

Una vez que había dejado las compras en mi apartamento, me dirigi al café con Alicia para almorzar juntos.

——

-Hola, Alicia-

Alicia estaba de espaldas, seguramente preparando algún pedido, se da la vuelta y me saluda:

-Hola, Jacob ¿como te ha ido con las compras?- Me sonríe.

-Bien, te traje un chocolate- Digo mientras se lo dejo en la mesa que nos separa.

Se lo tomó totalmente por sorpresa, se notaba en su cara, me pareció tierno.

-¿Por que me lo compraste? Muchas gracias Jacob- Y es cuando le da la vuelta a la mesa y me abraza delicadamente, como si le diese miedo cual fuese mi reacción.
Solo la abrazo por la cintura un segundo y se vuelve a su puesto, detrás de la barra.

-Sabes, me gustaría algo de almorzar, ¿Ali?-.

-Ali esta perfecto, te prepararé lo que mejor me sale Jay-.

Me gustó que me llamase así, nunca nadie lo había hecho.

Me quedé con ella hasta que su turno terminó y la ayude a cerrar el café. Aun era de día, la invité a un bar que vi cuando iba al mercado, aceptó casi sin dudar, cosa que me alegró mucho.

——

Pasamos por su apartamento para que se cambiara la ropa, me invitó a pasar.
Apenas entré me encantó su vibra, era igual que ella, está decorado con colores neutros y algunos toques de colores vibrantes en las decoraciones.

-¿Eres la dueña del café?- Le pregunté sentado en su muy cómodo sofá mientras ella se arreglaba en su habitación.

-No, cuando llegue conseguí ese trabajo, me hice muy amiga de los dueños, Emilio y María-.

-¿Cuando los veré?- Apenas dije eso me arrepentí, temía de que ella pensara que estoy loco o algo así por hacer todo tan rápido.

Escuché su risa -Pues, Emilio seguro estará toda la semana junto a mi, y... María falleció hace unos meses- Bajó el tono de voz.

-Lo siento, seguro eras muy unida a ella, siendo que fueron las primeras personas que conociste aquí-.

-Si, lo éramos- Sale de la habitación, tiene unos shorts de jeans desgastados y un crop-top de lentejuelas plateadas -¿Que te parece?- Sonríe.

-Me encanta-.

Paparazzi - Jacob Elordi.Onde histórias criam vida. Descubra agora