17. perdón.

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Advertencia. Los siguientes capítulos no son tolerable para todo público en general.

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Al día siguiente, Andrés despertó con un dolor de cabeza horrible, toda la noche no había podido dormir debido al dolor. Bajo las escaleras de madera encontrándose con la mirada de sus padres y el mismo Ari que seguía ahí disfrutado del desayuno.

— ¿Qué haces aquí todavía?

— Decidí quedarme unos días más. — hablo orgulloso.

Andrés permaneció callado pero su ceño se frunció más de lo normal. - ¿Por qué te quedarías aquí?

— Tú lo dijiste, dijiste que podía estás aquí el tiempo que quisiera.

— ¿Cuándo yo-?

...Por mi, quédate todo el tiempo que quieras, pero si te llegas a acercar a mi, estas muerto...

— Ari es un buen chico y se que no nos traerá problemas.

— Si, además, él nos podría ayudar en las labores, como la cosecha.

— Exacto...espera qué, ¿Cosecha?

— Hoy debemos cosechar nuestros frutos, Víctor ya der estar ahí, debemos ir a ayudarlo.

Ari sintio un recorrido en su cuerpo. Al contrario, Andrés solo chasqueó su lengua soltando consigo una leve risa egocéntrica, — Ya veremos si logra hacerlo.

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Sin que se de cuenta, Ari se había adaptado muy rápido a la cosecha, al final, lograron reunir todo antes de tiempo, aunque Andrés no habia ayudado mucho se sentía muy cansado, mas de lo habitual.

— Fue divertido, nunca había hecho algo como eso.

—rió— tienes razón, eres muy fuerte, tal vez puedas ayudarnos en la siguiente cosecha.

— Seria un placer, aunque no se si pueda, solo estaré aquí dos meses por un proyecto en este lugar, después debo volver.

— Es una lastima.. descuida, si en un futuro vuelves aqui no dudes en visitarnos.

Siguieron hablando sobre aquella increíble cosecha y los trabajos que tenía para este lugar, era impresionante lo exitoso que era su producto. Y más que nada estaban muy orgullosos de él, para su mala suerte la manera que hablaban y alababan a Ari era irritable para Andrés, estaba en lo mas profundo del cuarto en una pequeña esquina, pero no era suficiente para no escuchar su conversación.

— Saldré afuera un rato.

Al salir, todos se quedaron unos segundos callados, era muy inusual que se comporte así. Mas Ari solo tiro una leve carcajada al aire y se paró del sillón recomponiendo su compostura, habló. — Desde que estudiamos juntos es así, no se preocupen, iré a verlo un rato.

— Buena suerte.

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Andrés estaba detrás de la casa en el suelo abrazando sus rodillas. El tiempo pasó muy rápido en la cosecha que cuando volvieron ya era tarde y justo ahora el sol se había ocultado, así que el frío no tardo en hacer efecto en su cuerpo haciéndolo temblar en repetidas ocasiones.

— No deberías ponerte así por tu familia.

— No lo haría si no siguieras aquí.

Ari se recostó a su lado mirando hacia la misma dirección que él, suspiro un poco y su expresión se volvió fria y serena, mirando las primeras estrellas que salían en el cielo aclaró. — Perdón si fue repentino mi llegada, pero al saber que aquí te habías ido hace dos años fue muy apresurado de mi parte, tal vez solo quería ver como estás y si habías cambiado o no.

No importa. Nunca podre odiarte. Te amo [spartor]Where stories live. Discover now