"Verdad o Reto". (Rikki & Emma ship).

4.

POV OMNISCIENTE.

El baile comenzaba a las 20:00 hs en el patio descubierto de la escuela. Ya estaba oscureciendo y varios alumnos iban ingresando escoltados por su pareja. Cleo había decidido ir sola ya que Lewis estaba festejando el cumpleaños de su madre. Por otro lado, Emma debía ir con Asher, él se lo había pedido días atrás en la playa. Y solo quedaba Rikki, quién le estaba dando unos últimos retoques a su cabello rubio con una buclera.

Zane estaba de traje, uno muy elegante de color negro brillante; bien apegado a su estilo. Llevaba una rosa roja en el bolsillo de su saco, él sabía que ese color gritaba el nombre de Chadwick, y quería ir de cierta forma combinado con ella.

Él conducía una pequeña camioneta la cual era descapotable de color azul marino. Faltaban 10 minutos para las 19:00hs, aunque él ya estaba a cinco de la casa de Rikki.

Manejaba tranquilo, una sola mano al volante, y una sonrisa encantadora destellaba en su rostro. Llegó finalmente. Tocó la bocina indicándole a Rikki que salga. Luego de dos toques, la rubia salió.

Llevaba un vestido rojo tal y como Zane lo predijo. Su cabello estaba arreglado hermosamente, aunque tenía cierto volumen despeinado como a Rikki le gustaba. Sus piernas estaban descubiertas casi totalmente, y sus zapatos hacían que su figura se vea mucho más esbelta. El chico estaba perplejo, un poco más y babearía por ella.

Zane iba a salir del vehículo para abrirle la puerta, pero Rikki levantó su dedo y negó con la cabeza, mirándolo como: "ni siquiera lo intentes". El chico se mordió el labio negando con la cabeza también con una sonrisa.

—Te dije que te pongas bonita, no perfecta, Rikki—. Dijo Bennett apenas la chica ingresó a la camioneta.

—No digas cursilerías o literalmente me arrojaré a la acera—. Bromeó buscando algo para tomar en los extremos de la camioneta. Zane rió.

—¿Tú no me dirás nada? No me digas que no estoy genial—. Preguntó acariciando la tela de su traje con su mano.

—Estás genial, sí. Tienes una rosa ahí...— Señaló mientras el chico ponía en marcha el vehículo.

—Sí. Quería que combine contigo—. Dijo tímido levantando un extremo de su labio en una débil sonrisa. —Pero, tú eres la protagonista de este baile así que...— Esperó a que el semáforo marque a rojo y sacó la flor del bolsillo. —Deberías usarla tú, en tu cabello—. Se la colocó. Rikki se enterneció, sus ojos ablandaron su mirada por segundos.

—Gracias—. Respondió Chadwick sin saber muy bien que hacer, nunca se sintió así.

...

Emma estaba en clase de Físico-Química, más precisamente en el laboratorio. Ese día no hacían experimentos, simplemente practicaban ejercicios ya que en semanas habría un examen importante y como era un tema dificil, debían estar preparados para no reprobar.

La rubia no estaba atenta, eso no solía ocurrirle. Se estaba equivocando, copiando mal los números, tachando, borrando, rompiendo y abollando hojas. Los demás alumnos se daban cuenta pero el carácter de Gilbert era dificil de manejar, y más si estaba de malas.

—¿Puedo ir al baño?— Dijo frustrada la rubia alzando su mano.

—Claro—. Respondió temeroso el maestro.

Emma salió de allí velozmente. Estaba descontrolada, y lo peor es que no sabía el porqué. En el baño se hallaba Cleo.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Sertori.

—No soporto más la clase, tuve que salirme—. Cleo sonrió.

—Y luego te burlas de Rikki—.

—Esto no tiene nada que ver con Rikki—. Alzó la voz, haciendo que la amiga enfrente tuyo se quede perpleja. —Lo siento, estoy de mal humor, es todo—.

—Descuida—. Respondió la de cabello rizado acomodando su ropa.

—¿Oye, y tú no deberías estar en clase de deportes?—

—Me conoces, odio los deportes—. Ambas rieron suavemente.

—Yo debería volver al Laboratorio, así que tú también debes ir q clases—. Reclamó.

—Okey—. Dijo, triste.

...

Las clases ya habían terminado. Emma se estaba alistando para ir al baile, tenía menos tiempo que el resto porque se quedó discutiendo con un maestro que creía que le había puesto una nota más baja de la que le correspondía.

Su vestido era azul y tapaba hasta por debajo de las rodillas por pedido de su madre. Su padre le sacó mil fotografías en la puerta y junto con Asher. El chico no podía dejar de mirarla, y tuvo que aguantarse las ganas de tomarla de la mano ya que todos estaban viendo y aún no eran novios.

Asher tenía una motocicleta, una de color naranja gastado. La tuvo que esconder detrás de unos arbustos ya que él tenía la impresión de que a la familia de Emma no le convencería la idea de que su hija viaje en una moto.

—Wow, ¿viajaremos en eso?— Preguntó con cierto susto en su voz.

—Sí, ¿acaso te da miedo?— Sonrió algo preocupado.

—No, para nada. Vamos—. Dijo, colocando sus manos en los hombros del chico mientras él se subía a la moto. Ella hizo lo mismo, aferrándose lo más fuerte que pudo a Asher.

—Emma, me estás ahorcando—. Avisó entre risas. —No tienes nada de que preocuparte, no dejaré que nada te pase—. Gilbert sonrió aliviada, aunque había algo en él que no terminaba de cerrarle.

...