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POV OMNISCIENTE.

Emma no sabía porque hacía lo que hacía, ni porque sentía lo que sentía. Esa última semana había sido muy confusa para ella. El tema de Rikki, el tema de Asher... todo era muy agotador para su atareada mente.

Se acostó en su cama, en silencio, intentando descifrar que demonios ocurría en su cabeza. No pudo llegar a una conclusión, solo a miles de preguntas sin respuesta.

Sobre pensar le hacía mal, se destruía a si misma cada vez que lo hacía, era sumamente insano, más que nada cuando en el fondo sabía que lo que dijo o pensó de Rikki no era cierto.

Ahora estaba esperando a conciliar el sueño, por ende se acurrucó hecha una bolita en su cama, abrazando a una almohada. Luego de quince muntos, cuando sus párpados comenzaron a relajarse y su cuerpo dejó de estar tenso, dos toques fuertes en la ventana la hicieron rebotar en su colchón del susto.

Era Asher, tenía el ojo morado.

—¡Asher!— Susurró ella, abriendo la ventana cautelosamente. —Sabes que no puedes estar aquí, mis padres podrían verte—. Explicó Emma, sin salir de su habitación ni invitándolo a pasar.

—No aguantaba no verte, después del Baile debí haberte esperado pero mi ojo sangraba y me ardía muchísimo. Zane de por sí me golpeó pero sus anillos dieron el impacto final—. Dijo, negando con la cabeza.

—Ay, Asher...— Se lamentó, acariciando su mejilla suavemente tratando de no rozar las heridas que Bennett provocó en él. —¿Qué puedo hacer para ayudarte?—

—Ven conmigo—. Pidió, su ojo herido largó una lágrima, realmente estaba lastimado.

—No, no puedo, y lo sabes—. El chico tomó sus manos con insistencia y la rubia sintió algo en su vientre, pero no algo agradable, sino un sentimiento de miedo e incomodidad. Si sus padres se enteraban que Asher la había visitado en la noche no sabría que podía pasarle, ni a él ni a ella. —Vete—. Ordenó, empujándolo suavemente por las clavículas y cerrando su ventana apenas se alejó de esta.

AL DÍA SIGUIENTE.

Emma se dirigía a la escuela bastante seria, con la cabeza en otro lado. Quería fingir que todo estaba bien, que era un día común y corriente pero no era así. Estuvo toda la noche pensando en Asher, y en por qué cada vez que quería dejar de hacerlo, pensaba en Rikki. Dios, sus ojeras estaban muy marcadas, incluso le dolían los párpados.

Se dirigió al patio de la escuela, donde habían mesas grandes con forma redonda. Dejó su mochila apoyada allí mientras tomaba un sorbo de agua helada para aliviar su jaqueca.

Aprovechó a elongar sus hombros disimuladamente, largando suaves quejidos, estaba muy tensa. Luego de varios minutos distraída viendo un punto fijo en la mesa, la vio.

Observó a la lejanía como la chica de trenzas doradas, aquella que le robaba la calma hacía días, caminaba alegremente por los pasillos, con los brazos relajados y sin apoyar los talones.

Emma largó un suspiro al verla, y se preguntó qué sentía Rikki al verla, y lo más importante, al besarla. No porque ella sintiera algo, sino de pura curiosidad.

—¿Qué ves?— Preguntó Lewis detrás de la oreja de Gilbert, haciendo que el corazón casi se salga de su pecho. La rubia pegó un pequeño salto de su asiento. El chico rió.

—¡Lewis, por dios! Casi me matas del susto—. Respondió agitada, con el ceño fruncido.

—No, creéme, yo me moriré del susto, pisé la casa de Cleo unas horas después del Baile, ¡y su padre casi me golpea con unas cañas de pescar por querer besar a mi novia!— Reclamó el rubio agitando sus brazos y se sentó frente a la chica. Estaba comiendo unas nueces. Luego de unos segundos, continuó. —Cleo las estuvo buscando, a tí y a Rikki, pero fue como si el viento se las hubiese llevado, ¿todo en orden? Saben que pueden contar conmigo, ¿no?— Sonrió.

—Sí, claro que sí. Es solo que...— ¿Realmente podría contarle a Lewis que se besaba a escondidas con Rikki Chadwick? Y que aún peor, ¿no era la primera vez? —Discutí con Asher y estoy medio descolocada—. Mentira.

—Hablando de gente descolocada...— Comentó señalando disimuladamente a Rikki, quién estaba tomando de las manos a un chico alto y pelinegro, quién la pegaba hacia sí mismo y le intentaba dar besos en las mejillas. Ella reía. —Rikki y Zane están saliendo—. La mandíbula de Emma se abrió con impacto.

—¿Qué?— Fue lo único que pudo articular.

—Oh, sí, Zane y Rikki luego del Baile salieron juntos, y en clase de deportes los rumores vuelan—. Dijo algo decepcionado por enterarse de todo tan tarde. —¿Crees que él la raptó y le hizo una Lobotomía?— Cuestionó al aire. Emma sonrió, pero dentro suyo algo se quebró.

—Iré al baño. Pídele perdón a Cleo de mí parte, ¿sí?— El rubio asintió con la cabeza para luego despedirse con la mano.

Emma ingresó al baño y allí estaba Rikki volviendo a armarse las trenzas con dificultad. Se miraron a través del gran espejo que ocupaba casi toda de una de las paredes del baño.

—¿Así que... tú y Zane están juntos?— Gilbert inició la conversación.

—Algo así. No tenemos el título de novios aún así que...— Relamió sus labios para luego morder el inferior con incomodidad. Tomó aire por la nariz. —¿Tú y Asher? ¿Felices?—

—Creo—. La conversación, o más bien, el intento de conversación, era muy tenso. Era tanto el esfuerzo que ponían para tener una charla amistosa que terminaba resultando todo lo contrario. —Bueno, en realidad, no es así. Vino a mi casa por la noche...—

—¿Que él hizo qué?— Chadwick se quedó perpleja. —¿Fue a tu cuarto?— Lo dijo en un murmuro.

—¡No, no! O sea, lo intentó pero lo eché. Me sentí invadida, creo que él quería...— Movió sus dos dedos índices a la vez, girándolos. La de trenzas se rio incómodamente.

—¿Y no quieres...? A ver, él te gusta...— Preguntó con dificultad.

—Es lindo, pero no soy ese tipo de chica. Quiero que sea especial, romántico, con alguien a quién realmente quiera. Ya sabes...— Empezó a nombrar. Rikki, quién se limitaba a verla en el reflejo del espejo, se dio vuelta para verla a ella.

—¿Qué? ¿Qué es lo que sé yo...?— Su voz bajó de volumen inconscientemente.

—Pues, supongo que tú sientes eso, por Zane...— La de cabello lacio comenzó a sentir cosquillas en su estómago. Chadwick se quedó pensando, y luego la miró con una decepción indecifrable.

—Oh, sí. Bueno, no lo sé—. Otro silencio incómodo. —Te veo más tarde—. Exclamó, acercándose para saludarse con un beso en las mejillas.

El perfume de ambas se volvió a mezclar en el baño. Sus cuerpos estaban rígidos, fue un beso en la mejilla tosco, algo torpe, rozando lo vergonzoso. La de trenzas doradas esperó a que Emma no la vea para irse corriendo.

—Dios, ¿qué demonios ocurre conmigo?— Pensó conflictiva.





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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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"Verdad o Reto". (Rikki & Emma ship).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora