Last Waltz [Newjeans]

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-Es un buen lugar-dijo una mujer mayor mientras conducía-es uno de los mejores-miró a su hija por un segundo. Minji está mirando el camino por la ventana, ninguna expresión estaba en su cara, hace mucho tiempo que su hija parecía dejar de tener emociones. Eso no le había preocupado hasta... eso-Es un buen lugar-se dijo a su misma-El hospital Neuro Jardin es un lugar donde solo hay niñas de tu edad, así que nada malo te pasará. Es un buen lugar.

Volvió a mirar a su hija y se la encontró con los ojos cerrados, acomodada para dormir y así dejar de escucharla. Soltó un suspiro y apagó la radio para no molestar a su hija. Ni siquiera sabia si eso le molestaba. Hace ya un año que había perdido la comunicación con su hija y ella recién se había dado cuenta.

Partió de una forma muy sutil. Minji cada día fue pasando más tiempo en su cama, ella no notó como es que había dejado de hablarle a sus amigos solo para pasar más tiempo durmiendo. No, ni siquiera dormía, tan solo estaba en la cama, con la mirada triste y perdida. Tampoco notó como las notas habían bajado o que cada vez comía menos. No notaba nada al estar tan ocupada en su trabajo ¿Qué es lo que la llevó a ese punto? Eso sí lo sabía y se sentía una mala persona por no evitar llegar a ese punto.

Hace un año, cuando Minji aún salía con sus amigos para beber un café y hablar de cosas que hablan los adolescentes. Su mejor amigo, el niño que le habló en el jardín para luego volverse inseparables, se había ido de su vida... de la vida de todos. Una perdida que no podía creer que nunca se sentó a hablarlo con su hija o darle apoyo antes que... pasara eso.

Dobló la calle y se encontró con un pequeño edificio. Cinco pisos de alto y cinco habitaciones de ancho. Era blanco y con un gran letrero celeste que decía "Hospital psiquiátrico NJs". Condució hacia la entrada y su hija abrió los ojos cuando el auto se detuvo. Pestañeo con lentitud y cuando su madre salió, ella también lo hizo.

-¡Bienvenida!-dijo una mujer con el uniforme médico-Deja que te ayude-le dijo a su madre y agarró la mochila donde tenía las cosas personales de Minji-Soy Kang Seulgi y seré tu psiquiatra por este periodo.

-Esto es una exageración-se quejó Minji.

-Una exageración necesaria, así que no te preocupes mucho, cuando comprobemos que no mereces estar acá, te soltaremos inmediatamente-dijo mientras entraban al lugar. La madre se quedó en la puerta del auto, asustada-Puede que hasta dures tan solo dos días.

-¿Y puedo durar tan solo un día?

-Todo es posible, Minji-se detuvieron al pasar por la entrada de seguridad y Minji miró con desagrado el lugar. Seulgi sonrió por su reacción, su madre había exagerado en la entrevista al decir que su hija no expresaba nada.

Lo primero que vio fue una chica parada pegada a la pared celeste, con la mano derecha alzada y la otra, que no estaba tan estirada, estaba un poco corrida a la derecha. Cuando cruzaron miradas, ella susurró un "Diez y seis minutos" y luego un "Tolong, Tolong". Minji sintió un escalofrío al verla y siguió caminando.

Su madre no mentía que había chicas de su edad. Parecía ser que el rango era entre los 14 hasta los 18 años. Todas viviendo su mundo y Minji se preguntó si esas chicas eran consciente donde estaban. Todas la miraban como si ella fuese el bicho raro del lugar ¿Quién no es vista así cuando llega a un lugar nuevo? Era lo mismo cuando que cuando alguien llegaba así a un colegio, con una venda en el cuello con una pequeña, pero muy notable, mancha de sangre. Una venda que demostraba que tenía una herida muy reciente.

-Este será tu cuarto por ahora-dijo Seulgi al abrir una puerta-Solemos separarlas por diagnósticos, pero la sala donde ibas a ir tú está llena y esta es la cama más apta para ti.

-¿Quiénes están acá?-dejó su mochila sobre la cama.

-Las bonitas-dijo la chica que estaba en la cama de al lado que observaba una cámara antigua-llegas tarde, dos meses tarde-se quejó y se levantó para acercarse a ella, ignorando las reglas del espacio personal y mirándola directamente a los ojos-¿Por qué tardaste tanto?