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El sol golpeó en su rostro, despertándola, recordándole dónde se encontraba y a dónde debía ir.
Se puso de pie y miró la casa a lo lejos. Nuevamente se echó a correr mientras sentía el sol calentar su cuerpo y darle mas fuerzas para seguir adelante. Cuando puso el primer pie en el campo de Elthon, logró divisar a todos saliendo de la casa y una alegría que creía extinta llenó su pecho mientras sus pies ganaban velocidad.
-¡Elthon! -gritó.
Todos se detuvieron y voltearon a mirar. La chica corrió lo mas rapido que pudo y se arrojó en brazos del rubio, cuyo rostro se encontraba húmedo por las lágrimas que caían de sus ojos incrédulos.
-¿Emma? Emma. Emma. Emma. Emma.-dijo él alzandola en el aire y hundiendo su rostro en su cabello. Una risa escapó de sus labios.
Mas brazos se sumaron a ese abrazo que parecía mentira. Elthon no dejaba de repetir su nombre. Quería convencerse de que no se trataba de un sueño, de que era real, de que ella estaba ahí.
La chica lloraba en silencio. No podía creer que lo había logrado. Se sentía feliz. Al fin se sentía feliz en medio de tanta guerra.
-Vamos a dentro.- dijo Jacob y pronto se encontraron todos en la sala.
Amber lloraba mientras besaba las mejillas de Emma.
-Amber.- suspiró la chica.- estoy sucia. Ya vas a poder abrazarme todo lo que quieras cuando esté limpia.
Zayn negó y la rodeó con sus brazos con fuerza.
-A nadie le importa que estés sucia, enana. Lo importante es que estás en casa.
-Toda esa sangre me asusta.-dijo Laurent.
-Creo que no es mía. - susurró ella mirando sus brazos.
-Amber, por favor.-pidió Elthon. -Ayudala a bañarse y revisá que no tenga heridas.
Se veía aterrado, realmente asustado. Quería abrazarla y jamás soltarla pero ya llegaría el momento de ello.
Emma y Amber subieron las escaleras en silencio y ella detectó un gran dolor en su pierna derecha. Tal ves si estuviera herida después de todo.
Efectivamente, así era. Tenía un gran corte en la pierna que fue cosido y vendado por Amber que resultó ser también una excelente enfermera.
-Ayudame a bajarla, Liam.-pidió. -Preferiría que por unos días no caminara.
El joven la tomó en brazos y ella le sonrió.
-Te creció la barba.-susurró ella.
-¿Vos decís que me la deje?- ella asintió y él rió suavemente. -Te extrañamos muchísimo.
-Y yo a ustedes.
Una vez en la sala, Elthon hizo una mueca al ver su pierna vendada. La sentaron a su lado y él la subió a sus rodillas mientras la abrazaba.
-Pensé que no iba a volver a verte.-susurró él.
-Los estadounidenses no son lo que parecen.-dijo ella.- Ellos matan pero también salvan. La guerra es contra el gobierno, no contra el pueblo.
-Ojalá fuera así. -dijo Robin.
-Es la segunda vez que los que me sacan del campo de batalla son estadounidenses. Nadie vuelve a buscar los cadáveres de nuestras tropas. Ellos se llevan a los heridos y los curan. Y entierran a los muertos. Nuestro país solo deja los cadáveres ahí.
Elthon le acarició la mejilla con suavidad. Sentía como el corazón de ella se aceleraba. Tenía miedo, no entendía esa guerra y se notaba.
-Mi papá está muerto.-susurró entonces.-El comandante ordenó que me trajeran devuelta pero el hombre que vino a buscarme me quiere muerta.
-¿Por qué? -preguntó Louis.
-Porque no pude salvar a su hijo, mi primo.

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