ii chapter seven; end of sixth

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LAS VACACIONES EN EL CASTILLO HABÍAN DADO COMIENZO.
Poco a poco los alumnos habían abandonado la escuela y ahora todos se disponían a subirse al tren, algunos con un viaje de vuelta y otros con solo ida. Pero ese no era el caso de los Merodeadores, ya que ellos tenían un año más de curso y no podían estar más emocionados por ello.

Iris se desplazó por el pasillo del tren hacia el último compartimento.

En él los cuatro Merodeadores restantes se acomodaban en sus respectivos sitios y, cuando Sirius vió a su hermana aparecer, obligó a Colagusano que se sentara en el mismo sitio que él y Cornamenta, dejando todo el asiento de enfrente vacío para Remus y ella.

El licántropo tenía el rostro enrojecido y con unas ganas de matar a Sirius con sus propias manos.

Carraspeó incómodamente cuando Iris se sentó a su lado y por su nariz llegó el clásico aroma a pudding de chocolate.
Iris miró nerviosa a su alrededor, como si ese lugar fuera desconocido.

—¿Qué haréis este verano?—preguntó Peter con una pequeña sonrisa.

—Lo de todos... Pero este año se une Evans.—James contestó con una estúpida sonrisa en su rostro.

—También se une alguien más.—canturreó Iris, con una sonrisa feliz.

—Espero que no sea Elton.—Sirius resopló desde su asiento ganándose una patada de su hermana.

—Pues no, cerebro de duende... Pero es alguien que te hará mucha ilusión.—Remus cerró su libro.

—¡Vamos, dilo!

Remus se inclinó hacia Iris para cuestionar si sus teorías eran ciertas.—¿Es Violette?—susurró en su oído.
Hasta que se alejó no se dio cuenta de la cercanía y la tensión que se formó en el aire.
Iris tragó en seco y asintió con su rostro más colorado de lo normal.

Sirius dio unos suaves aplausos.—Hey... Hola... Bueno, ¿quién es?

—Viole...-

—¡Oh Por Merlín!—Sirius saltó de su asiento mientras el sudor empezaba a resbalar de su rostro.—¡Necesito un nuevo perfume!

James ahogó una risa haciendo un ruido nasal muy divertido. Canuto le propinó una colleja mientras seguía balbuceando cosas.

—Dios mío... ¿Cómo haré...? ¿Si quiera se acercará a hablarme...?—Estaba a punto de quedarse sin uñas.

—Sirius, no es por desilusionarte pero probablemente no quiera dirigirte la palabra...—Iris empezó a hablar mientras esperaba que el rostro de su hermano no se decayera. Y eso no ocurrió.

—Le haré saber qué no he estado con nadie más...-

—¿¡No has estado con nadie más!?—chilló la Black, pegando un bote desde su asiento al aire.
Sirius enrojeció de timidez y asintió lentamente.

—Es que... No podía...—Iris corrió a sus brazos y lo estrujó fuertemente pues el color de vergüenza cambió a ser uno de asfixia.
Sirius la apartó tras unos dolorosos segundos.

—Llevaba esperando este momento desde quinto.

—Tranquila, todos lo hacíamos.—James comentó a un lado del asiento.

Sirius jugueteó con sus anillos, lleno de nerviosismo.

—Siéntate de nuevo.—el Black movió a su hermana por los hombros hasta saber qué por fin tocaba el asiento.

Remus miró de reojo a la chica mientras internamente quería saltar sobre ella, para de una maldita vez ser como James o Sirius... Pero él no era capaz de lograrlo.

𝐈𝐑𝐈𝐒 | Remus J. Lupin¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora