XII.

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Había sido demasiado crédulo, no podía esperar obtener las llaves sin pelear, aunque no pudo evitar maldecir al gallo que hizo ruido y despertó a su enemigo. Lo mataría, sin duda. Estaría muerto en menos de lo que cantaba aquel estúpido gallo, siguió maldiciendo al inocente animal mientas veía acercarse al lobo, de pronto sintió un pequeño temblor y el techo se desplomó prácticamente sobre ellos.







—¿Una jirafa?







Del agujero en el techo caía una jirafa y milagrosamente también Zoro, no pudo evitar emocionarse, quería correr hacia él y abrazarlo pero se contuvo antes de hacer cualquier movimiento. La jirafa que resultó ser otro enemigo y el lobo parecían no llevarse bien, así que al intentar huir y dejar al espadachín a su suerte (aprovechando que los enemigos discutían entre ellos), se topo con el tipo de esposas que podrían darle una ventaja y volvió al interior del cuarto para intentar usarlas. No pudo evitar distraerse y reír al ver a la jirafa tan cuadrada, era imposible que no le causará gracia, aunque gracias a eso se distrajo a sí mismo y terminó destrozando su propio plan que pudo haber sido un éxito.







—¡Usopp!







El grito de Zoro lo hizo levantar la mirada y notar que otra vez se encontraba en peligro mortal, el peliverde se lanzó sobre él y ambos cayeron al suelo, esquivando por poco un ataque cortante que terminó por casi destruir todo el edificio. Era la primera vez que tenían tal cercanía desde que había dejado la tripulación y su reencuentro, había extrañado ese calor tranquilizante, el sonido de su corazón que lo arrullaba y le transmitía seguridad. Aunque aquel latido era irregular está vez, naturalmente lo haría querer abrazarse a ese cuerpo grande y musculoso que estaba sobre él pero no duró lo suficiente ni fue lo suficientemente valiente, el espadachín se levantó rápidamente y extrañamente lo llevó con él.

Ah, se habían puesto las esposas por error.

Por supuesto que estaba preocupado por su bienestar, que intentará parecer indiferente era otra cosa

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Por supuesto que estaba preocupado por su bienestar, que intentará parecer indiferente era otra cosa.

Sus ojos caían continuamente sobre él, buscando verificar que se encontrará bien pero no podía permitirse acercarse, tal vez era simple orgullo. Cada vez que los veía juntos, su corazón ardía en celos y tenía que cruzar los brazos y cerrar los ojos para controlarse, sabía bien que si no lo hacía, saltaría sobre el cocinero y lo golpearía por aprovecharse de la situación tan fácilmente. Bueno, le había dicho que fuera valiente porque estaba harto de verlo decaído y retraído pero ahora se arrepentía, no habían muchos arrepentimientos en su vida pero ese rubio pervertido estaba corriendo velozmente hacia la parte más alta de la lista.

Gruñó inevitablemente mientras sentía ese peculiar dolor en su pecho, era una sensación angustiosa, parecida a la asfixia. Tenía que controlarse, le había dado palabras duras al cocinero cuando se comportaba exactamente igual, aunque sus situaciones ahora eran muy distintas. Seguía sabiendo lo que sentía y era incapaz de negarlo pero se estaba forzando a ocultarlo, el principal motivo era su corazón que se sentía traicionado y herido, había sentido que todos los ataques (tanto verbales como físicos) de Usopp hacia su capitán también habían sido hechos hacia su persona.






🚬 Usopp es nuestro 🗡️ [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora