War siempre ha sabido que no es suficiente para Yin. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa se ha conformado con tenerlo a su lado y que no es exactamente él quien desea tener por Omega. Sin embargo, War ya no qu...
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-Y a las seis tiene una reunión con los inversores.-Noeul terminó de leer, desviando los ojos desde la tablet hasta su jefe.-¿Debería pedir un almuerzo para usted? Quizás pueda comer algo en el auto.-Murmuró bajito y Yin negó, aún con su mirada en los papeles. El Omega frunció las cejas.-Tiene que comer.-Le recriminó y su jefe lo miró con cejas alzadas. Noeul se tapó la boca.-Perdón.
-Tengo suficiente con War tratándome así para que tú también te sumes a la contienda.-Yin se quejó y Noeul analizó sus palabras en silencio, el nombre resonando en su cabeza.¿Así se llamaba el Omega del señor Wong?.-Compra algo ligero, una ensalada estaría bien. La comeré en el camino.-Noeul asintió, reverenciando hacia Yin antes de alejarse.
El Alfa vio salir al Omega con pasos cortos y rápidos. Dejó ir el aire, mirando hacia la puerta con las cejas fruncidas. En ocasiones su secretario le recordaba tanto a War, ambos compartían ese gusto por ser insistentes con si comía o no. Él ya no era un niño para tales atenciones.
El sonido de su celular lo distrajo y los hombros se le tensaron cuando vio de quién se trataba. Inhaló ampliamente antes de responder la llamada.
-Hola mamá...-Murmuró, girando su silla para entretenerse un poco con la vista de un Bangkok atareado.
-No has venido a casa desde que pusiste un pie en Corea. ¿Acaso te olvidaste que tienes padres?-Ella le reclamó con molestia.
-Tengo mucho trabajo que atender. Si tanto querías verme hubieras venido a la oficina.-Murmuró con acidez, esperando en silencio las próximas palabras de su madre.-Sé que no me estás llamando para reclamarme por no ir a verte. ¿Qué quieres en realidad?-Su madre permaneció en silencio unos minutos.
-Dentro de tres semanas tu hermano viene a Tailandia. Haremos una reunión familiar, asegúrate de hacer tiempo en el trabajo y venir.-Le contó y Yin hizo un sonido afirmativo, sin ánimos de hablar.-Trae al Omega.-Yin arrugó las cejas.-Y asegúrate de que no se enferme repentinamente como la última vez.-Ella murmuró, sus palabras cargadas de reproche. Yin se mantuvo en silencio.-Te llamaré nuevamente antes de que tu hermano llegue para recordártelo. Ten un buen día.-Ella colgó y Yin se permitió volver a respirar.
El recuerdo de la anterior reunión familiar llegó rápido a su cabeza. Unos días antes de ir, War había pescado una gripe terrible que lo dejó en cama casi por un mes y que le impidió asistir.
Yin nunca le reclamó nada, no lo hizo cuando vio al Omega darse un baño en plena madrugada y acostarse con el cabello húmedo. Tampoco dijo nada cuando unos días después un War con la cara enrojecida y febril le dijo que no podía ir con él a la reunión en casa de sus padres porque había enfermado.
Entendía que el Omega prefiriera enfermarse a sí mismo antes de ir a la casa de sus padres, si él mismo pudiera se saltara aquellas ridículas reuniones que parecen más un juicio de valores y actitudes en la que sus padres les reclaman todo lo que está haciendo mal según ellos.