Capítulo 1. SOMles

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Kiki POV

- I hate the past Rus. - dije mirando a la ucraniana.

- Ya pero no vas a vivir forever in the past. - arqueo una ceja y puso cara de evidencia.

Ruslana y yo eramos compañeras de piso desde hacía aproximadamente tres años y medio. Hace cinco años salimos de la academia de Operación Triunfo y el choque con la realidad fue brutal, nos pasamos casi un año y medio de gira y eso impidió que pudieramos comenzar con nuestra carrera en solitario al 100%. Pasamos de tener una vida completamente anónima a que todo el mundo nos reconociera por la calle, nos pedían fotos, firmas... No me mal interpreteis, no me desagrada, todo lo contrario, pero a veces echaba de menos las primeras veces, a penas sali con 19 años, ¿sabéis las cantidad de cosas que me faltaban por hacer a los 19 años? Me hubiera gustado hacer algunas de ellas en completa intimidad, como cualquier persona que va andando, sin más, por la calle.

Al salir todos sacamos un single pero no todos pudimos continuar surfing the wave, i mean, fue difícil, me costó darme cuenta porque por aquel entonces la inocencia era lo que más me caracterizaba, pero... El mundo de la música, de la fama en general, es como un océano lleno de tiburones en el que yo simplemente era un pececillo, el más pequeñito de todos.

Por suerte tuve a Ruslana a mi lado, mi little baby shark. Yo no entendía porqué pero al salir de la academia miles y miles de chicas me paraban por la calle, para ellas era como un referente. A veces me gritaban que les flipaba mi música, otras me chillaban lo atractiva que era - osea, what?. - y otras gritaban cosas de Kivi, Kivismo y un montón de palabras inventadas de las cuales ni sabía su significado. Kivismo o Barbarie me dijo una chica al salir. Yo me reía pero ni idea de que me quería decir.

- Madre mía. Madre mía. - empecé a dar vueltas por el salón.

Me acababa de llamar mi representante. En dos meses se hacía un festival de música en Madrid, SOMles se llamaba. Visibilidad al colectivo, música internacional y nacional. Querían a los mejores de la industraia para poder llegar a un público mucho mayor. "Chiara, son tres días de festival, en uno de los días habrá actuaciones solo de Operacion Triunfo, los mejores de todas las ediciones, y te quieren ahí. Es por una causa que siempre has defendido". Me había puesto euforica, me encantaba la idea pero... como siempre, algo tenía que salir mal. "La movida, que sé que gracia no te va a hacer... es que Violeta también sería cabeza de cartel, está confirmada de hecho." Yo no sabía que hacer o que decir. Me limite a resoplar y a decirle a Manu que ya le llamaría, que era pronto para tomar una decisión. Me hizo prometerle que al menos lo iba a pensar.

- A ver nena, ¿Qué se portó como una perra contigo? Sí. Pero que se vio perdida y con cero decisión también, ¿eh?

Miré a Ruslana como si quisiera asesinarla.

- No me claves esos ojos verdes que gracias a ella ahora eres una Killer. Te espaviló pero bien.

- Pero que puta eres tú. - y le tiré un cojín del salón  a la cara iniciando así la tercera guerra mundial entre risas.

Violeta era mi mitad, mi media naranja. La chica que había hecho latir mi corazón por primera vez. Nos conocimos en el casting final y pese a que congeniamos mucho no fue hasta la primera semana, ya dentro de la academia, que empezamos a tener más relación. A construir un muro de confianza.

En la academia vivíamos en nuestra burbuja particular, creamos un mundo que era solo nuestro.

Recuerdo como cada día que pasaba la iba mirando con otros ojos y mi amor por ella, sin saberlo, iba creciendo. Pasé a querer hacer todo con ella, desayunar, cenar, ensayar, bailar, todo. Empecé a mirarla sabiendo que nunca la tendría y a confundirme más y más. Violeta por aquel entonces tenía novia así que yo no entendía la mitad de sus acciones en el día a día.

Durante las veinticuatro horas que tenía el día Violeta me pisaba los talones, me cuidaba, me regañaba, me abrazaba y sin darse cuenta, yo creo, me buscaba. Por la noche, ya sin cámaras y a penas a los tres días, empezamos a dormir juntas con la excusa de shit de que si no era acompañada, no podía dormir.

Yo como una idiota me metí bajo sus sabanas sin saber que me estaba metiendo en la boca del lobo.


The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora