Capítulo 36. Ucrania

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Kiki POV

Había perdido la noción del tiempo. Las agujas del reloj se volvían más relativas si pasaban primero por los labios de Violeta. Lo que sentí cuando sus manos me rozaron no lo había sentido en ningún momento antes. Nos dijimos te quiero tantas veces como nos salía y yo tenía miedo que su te quiero fuese fruto de la adrenalina que te provoca un orgasmo.

Porque yo la quería, con y sin orgasmos.

El timbre de repente sonó.

- ¿Esperas a alguien Vio?

- No... además si alguien viene a casa es por algo importante, al menos mis amigos suelen llamar antes.

Ambas nos giramos a mirar el reloj en la mesilla de noche. Las 21:00 marcaba.

- Oh my god. It's too late Vivi.

- ¿Tienes prisa?

Empezaron a aporrear la puerta mientras el timbre seguía sonando. Violeta recogió su camiseta del suelo y se la puso. Yo me limité a admirarla de espaldas y sonreí, ojalá estas vistas todos los días.

Se apresuró a abrir la puerta y yo empecé a escuchar los gritos de una voz muy conocida.

- ¿Está aquí? Dime que está aquí. Porque te juro que la voy a matar. - Era Ruslana.

- Si... - la voz de Violeta parecía no encontrar las respuestas.

Salí de la habitación y de repente me encontré con seis ojos más observándome. Martin estaba apollado sobre el marco de la puerta. Denna miraba a Violeta con las cejas alzadas y Rus...

Rus empezó a caminar enérgicamente hacía mi.

- Me parece increíble que no hayas respondido a ninguna llamada, a ningún mensaje, a nada. ¿Qué coño te pasa? Te vas ayer súper borracha del bar con esta. - señalaba a Violeta. - no tienes cojones de decir nada y encima... Te pasas el día follando sin pensar en que los demás estamos preocupados por dónde coño estás

Automáticamente me puse roja. No supe que decir. Me quedé parada frente a ella y sin querer empecé a disociar.

- Bueno ya está relajate pelirroja. - no había visto a Naiara entrar. - Os dije que estaría aquí y que probablemente estarían bien. Vayámonos que sobramos. - la maña se acercó  y cogió a Ruslana del brazo. Ésta la miró como si la quisiera asesinar.

- La culpa es mía. - habló Violeta. - Se que anoche te prometí llamarte Rus pero lo olvidé por completo, tienes toda la razón del mundo, perdóname. - se acercó con su carita de inocente y Ruslana pareció ablandarse.

- Ay jo, lo siento por mi pronto. ¿Estaba preocupada, vale? No sabía si os había pasado algo, hasta he llorado. Venid.

La ucraniana nos tendió los brazos y nos fundimos con ella.

- Perdona, jo. No quería preocuparte. - le dije, ella me besó la frente.

- Perdóname tú que tengo mucho carácter. - se acercó a mi oído. - ya me contarás sinvergüenza.

- Nosotros vamos a cenar arriba, en casa de Denna. - apuntó Naiara. - si quereis más tarde podéis subir.

Violeta me miró y yo la sonreí en señal de que sí, que aceptaba aunque lo que realmente quería era encerrarme con ella en casa y no salir nunca más. Solo Vio y yo, reclutadas en esa habitación.

- Vale, nos damos una ducha y ahora subimos chicos. - informó Vio.

Los chicos fueron saliendo de casa uno a uno, Martin me miró desde la puerta sonriendo mientras nos lanzó su súper consejo.

- Tened cuidadito con la ducha anda, agarraos bien que con tanto jabón y cosas os vayais a caer. - se burló.

- Idiiiiota. - me sonrojé.

De nuevo nos quedamos a solas.

Violeta me miró y se rió.

- Menuda pillada. Que sinvergüenzas somos... - me besó las mejillas. - Te quiero mucho mi sinvergüenza.

- ¿De... verdad...? - me salió como que solo.

- Pues claro que de verdad, o es que tu me quieres de mentira. - me miró emulando a una niña pequeña, haciendo un pequeño pucherito.

- No... Yo de verdad siempre Vio.

- Pues eso, no pienses tonterías que estoy aquí contigo.

- Chi. - la sonreí con malicia. - Mi bestie favorita.

- Tu bestie... Te voy a dar yo a ti tu bestie. - agarró un cojín y me lo estampó en la cara. Sin querer comenzamos la primera guerra mundial de cojines en la que Vio salió muy mal parada. Sin querer se cayó al suelo y yo no pude evitar reírme.

Nos duchamos con prisa y con inocencia y subimos a casa de Denna para cenar todos. La noche pasó entre pizzas hawaianas y musiquita con guitarra.

Hicimos un directo para IG, nos reímos un montón y sin querer volvimos a esa época de 2024 en la que todos estábamos súper unidos. No solo sentía que volvía Vio, sentía que volvía la familia.

- Estoy super cansada Rus, ¿nos vamos a ir a casa? - eran casi las dos de la madrugada.

Violeta me miró con ojitos.

- Te puedes quedar en mi casa si quieres Kiki.

- ¡Quiero! Pero tengo un montón de responsabilidades en el día de mañana, soy una mujer de bussiness. Y pues bueno, tengo que cumplir con ellas. Con las responsabilidades.

- Como quieras bebé, pero mi casa es tu casa, espero que lo sepas. - me dijo al oído mientras me abrazaba para despedirse de mi.

- Si, - la sonreí mientras la abrazaba. - te llamo esta semana, ¿vale?

- Vale.

Rus y yo nos despedimos de los demás y yo en especial de sordita favorita. Una vez en la calle Ruslana me indicó dónde tenía el coche.

- Lo tengo en la calle de abajo. Eh... me tienes que contar TODO. - hizo énfasis en el todo.

- Que sí cotilla.

Subimos al coche y pusimos rumbo a casa.


*encuesta: pizza con o sin piña*


The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora