•°Adicto a la adrenalina°•

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No supe valorarte.

Att. Izana Kurokawa

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Nuestra protagonista se encontraba en el centro de la ciudad. Mas tarde tendría que reunirse con Mikey para hablar acerca de la pelea con Moebius.

Estaba sobre su moto, recorriendo las calles de la ciudad hasta que de pronto un chico se cruzó en su camino casi haciendo que chocara.

Había cruzado la calle sin ver a los lados, y además, ella iba a una velocidad prudente.

Justo antes de impactar con el chico ella hizo un movimiento rápido haciendo que su moto girara y quedar de forma paralela.

-Demonios... -Shira tenía la respiración agitada por el susto- ¡Casi haces que te mate! -el chico cayó al suelo por el susto y desde ahí la observaba con los ojos bien abiertos- ¿Qué eres? ¿Adicto a la adrenalina? -Shira se rió levemente haciendo que el chico se confundiera- Casi casi y vuelvo a la cárcel -Dijo en voz baja, riéndose pero el chico logro escuchar, haciendo que se confundiera aún más-

La pelinegra aún riéndose bajo de us moto, la acomodo junto a la acera y se acercó al chico que estaba todavía en el suelo.

-Si sigues ahí un auto te pasará por encima -Se acercó al chico y le ofreció su mano para que se levantara- ¿Estás bien?

-Si, lo siento, fue mi culpa

-Si, lo fué -Le dijo con una sonrisa, esto hizo que el chico la viera raro- me pareces conocido... Soy..

-Shira Koteshi -Interrumpió el chico- Te conozco por los Haitani.

-¡Oh! Ya te recuerdo, eres el amigo del Izanita -Dijo infantilmente- Eres... Ka... Kaku... -él iba a decir algo pero ella lo detuvo- No, déjame recordar -El se quedó en silencio mientras la observaba con una sonrisa- Lo tengo en la punta de la lengua... ¡Anja! ¡Kakucho! -Lo señaló y este asintió-

-El mismo -Le sonrió gentilmente-

-Y... Entonces Kakucho... ¿Por qué te querías morir? ¿Y sobre todo por qué ibas a utilizarme a mí como arma? -Ambos se dirigieron a la acera para conversar mejor-

-Pues dicen que eres una máquina asesina, quería comprobar si era cierto -Le siguió el juego-

-Dejame decirte que si ensuciabas mi nena con tu sangre -Señale a su Moto- Yo misma me encargaría de tu entierro.

Los dos rieron.

-En realidad... Solo pasaba por aquí, ya me iba -Sin embargo se sentaron enfrente de una cafeteria-

-ya veo... ¿Y él como está?

- Aún te recuerda... Bueno, no es como si pudiera olvidar lo que hiciste por él. A veces hablamos de tí -Les dió un sorbo a su malteada que había pedido anteriormente-

-¿En serio? Que mal educados -Dijo de forma burlona- En realidad, no fué nada. Solo cumplí mi promesa, mientras el cumpla la suya todo bien.

-Si. -Dijo un último trago a su bebida- Me alegro de poder volver a verte, pero me tengo que ir -se levanto de su asiento- Nos vemos luego, diabla -le sonrió-

𝐄𝐥 𝐚́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐓𝐨𝐌𝐚𝐧 | 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora