XI

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El equipo técnico, los maquillistas, las productoras y el director se encontraban en sierra nevada, verificando el plató con nieve artificial, así como el lugar en donde iban a dormir los actores.

Eran muchos actores para tenerlos en el hotel más cercano y traerlos a sierra nevada todos los días, necesitaban algo más cerca. Por eso crearon una especie de campamento pequeño, con el lugar suficiente para el set de maquillaje, las herramientas del equipo técnico y los actores.

Rachel le dió un sorbo a su café, ese día había llegado directamente por un starbucks para Bayona, Belén y Jesús, además del de ella. Sabía como le gustaba a cada uno y decidió qué era buen día para un café.

Se habían levantado muy temprano, debían tener todo listo para las grabaciones y he de decir que el equipo técnico era mágico, habían creado los fuselajes de manera perfecta, la nieve falsa parecía tan real hasta que la tocabas y no habían detalles sueltos en realidad, lo cuál era un alivio para aquellos tres.

Los actores mantenían contacto con los supervivientes, el tiempo que habían estado grabando en Uruguay, habían estado yendo y viniendo con ellos. Visitaron sus hogares, escucharon su historia, estudiaron sus personalidades, su manera de ver la vida ahora y antes, su manera de pensar y de sobrevivir a los Andes, tenían una parte de ellos para su personaje, y ya no sólo era un personaje de una persona desconocida, ahora era un personaje de una persona querida, alguien con quien compartieron, que admiraban, que respetaban y eso era gran parte del porqué daban todo lo que podían en el proyecto.

Rachel recordaba haber recibido una llamada de Carlitos Páez diciéndole qué sí estaba bien qué invitará a Felipe a su casa, que ya lo había contactado por instagram y habían conversado un poco. Recordaba que le dio ternura, y que le dio luz verde a todo lo que involucraba la relación entre el superviviente y el actor, para todos.

"Buenos días mi querida Rach, escuché que hoy graban en la sierra nevada, mucha suerte. Tapense bien del frío y tenganles paciencia a estos muchachos, después de todo, sólo eso éramos, unos muchachos." Leyó Rachel en su teléfono. Un mensaje de Roberto Canessa, con quien también mantenía contacto. Sonrió de inmediato, le parecían muy tiernos y realmente los apreciaba y admiraba.

"Buenos días doctor Canessa, así es, hoy empezamos las grabaciones en una montaña, aunque no es la de ustedes. Gracias por sus consejos, esperamos que cuando termine, puedan verse en ellos."

La respuesta de Rachel había hecho sonreír a aquel hombre que esperaba que contarán la historia verdadera. Los ojos se le cristalizaron por un momento al leer aquello de su montaña. Rachel les había dicho algo parecido cuando hablaron con ella, decía que esa montaña tiene varios nombres, "la cordillera, los Andes, el valle de lágrimas", pero que tenía dueños, y que esos dueños eran ellos, todos ellos. Y recordaba ver los rostros de sus amigos, aguantando las ganas de llorar o de reír, la verdad es que la castaña siempre les decía cosas que les llegaban al corazón de una manera impresionante, no sabían si era por su manera tan respetuosa de decirlo, sí era porque podían sentir la admiración qué ella les tenía o si era por el cariño mutuo qué ya todos tenían, no lo sabían. Lo que sí sabían es que estaban muy felices de haberla conocido, y a Matías, y a Felipe, y a Enzo, y a todos y cada uno de los del cast. Hablaban con todos, y tenían esta conexión inexplicable en la qué de inmediato se tomaron confianza de años, aún con la diferencia de edad. Llegaban a pensar que era algo mágico.

—Carlitos Páez nos desea mucha suerte, y nos apura a terminarla pronto porque ya la quiere ver—anunció Bayona con una sonrisa divertida. Había recibido una llamada del mencionado cinco minutos antes. Belén y Rachel rieron levemente.

—Roberto Canessa igual nos desea suerte, dice que nos tapemos del frío y que les tengamos paciencia a los muchachos.

Belén y Bayona rieron ahora.

—Yo recibí una llamada anoche pero de Zerbino, no hablamos mucho por la hora pero me comentó que estuvo pensando en venir a las grabaciones porque quería pasar tiempo con los chicos. Le dije que lo hablaría contigo pero era un sí, prácticamente—habló Belén, señalando a Bayona.

—Tú sabes que cualquiera de ellos puede venir a las grabaciones—confirmó J.A.—Además eso los presionaria más a los muchachos y sería divertido verlos nerviosos

Los tres rieron al imaginarlo, y pronto se escucharon las camionetas qué traían a los actores llegando.

Se bajaron y saludaron de manera general, aunque a Bayona, Rachel y Belén los saludaron de abrazos o besos.

—¿De qué es tu café?—preguntó Enzo señalando el vaso qué yacía en la mano derecha de Rachel.

—Es un latte macchiato. ¿Quieres?

Enzo asintió y tomó el café, rozando sus dedos con los de Rachel apropósito, viéndola sonreír por el contacto.

Le dio un pequeño sorbo al café caliente para evitar quemarse y después uno más grande cuando vio que ya no estaba tan caliente como pensó.

—Esta rico, eh

Le dio otro sorbo y se lo regresó. Rachel asintió en respuesta al comentario y después le dio un sorbo al café.

Agustín veía la escena junto a Matías y los dos sonreían mientras decían; "sí, sí le gusta".

Duraron hora y media en maquillaje, conversando con los maquillistas y entre ellos, era divertido pasar todo el día juntos, hasta que alguno se ponia terco en algún tema y todos terminaban algo fastidiados, pero era algo que se les pasaba pronto.

—Hola—Rachel llegó con Jesús cuando vio que ya había terminado con Agustín.

—Hola

—¿Podemos hablar?—preguntó la castaña, moviendo la cabeza un poco, dirigiendola hacia afuera del set. Todos escucharon aquellas dos palabras y los miraron. Matías, Enzo y Agustín tenían la mirada fija en ellos, analizando la forma en la qué se miraban. Jesús asintió y ambos caminaron hacia afuera del set.

—¿Porqué eso sonó a que van a terminar a Jesús?—habló Juani con burla, haciendo qué otros tres rieran. Matías, Agustín y Enzo no lo hicieron, lo pensaron por un momento y para Matías y Agustín era imposible que estuvieran juntos o que lo hayan estado, pero para Enzo, por otro lado, creyó qué lo mejor era tomar algo de distancia, no sabía la vida privada de Rachel y quizá la podía meter en problemas.

—Vi tu mensaje en la mañana pero olvidé contestarlo—admitió Rachel apenada. Jesus rió—¿Qué te dijo?

—Lo mismo—suspiró—empezó a desquitarse conmigo, que como era qué su propia hija no lo pudiera apoyar en un proyecto tan importante y a Bayona sí.

—Es estúpido—rieron. Rachel paso sus manos por la cara de manera tosca.—A la próxima sólo dile que esos asuntos no son tuyos y que me llame a mí sí es que quiere saber la respuesta. Me da pena que tengas que pasar esto de escucharlo quejarse cuando trabajas conmigo y con Bayona, es muy innecesario y estúpido.

—No te preocupes, Rach—le restó importancia para que no se sintiera mal—Tú sabes que somos amigos desde hace años y sabes que conozco a tu papá desde antes de conocerte a ti, sé como es y sé como eres. No tienes que apenarte por él.

Le sobo el hombro y le sonrió cálido, para después entrar al set e ir directo al maquillaje. Rachel suspiró y miró las montañas a lo lejos. Tenía que hacer algo respecto a su papá pero no quería ni pensarlo.

Enzo se debatia entre distanciarse o preguntarle si es que tenía algo con Jesús o con alguien más. Su único limitante era qué ambos estaban en medio del proyecto que tanto tenía miedo de arruinar.

—Eh pero, ¿quienes de aquí tienen pareja?, ¿tú tienes, Juani?—habló Matías, con aquella expresión de un extrovertido. Rachel creía que era demasiado argentino eso en él.

—No, no tengo, Matí, ¿porqué?, ¿me quieres hacer llorar o que?

Todos rieron y una conversación llevo a la otra. Matías iba a preguntarle a todos para llegar a Jesús y hacerle la pregunta, pero con Juani, Blas y Felipe de por medio era imposible.

Rachel RodríguezTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang