XXXII

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Rachel decidió llevar a su madre como su invitada a la premier. No era un vuelo tan largo como el que tenían qué hacer para llegar a España, pero con la tensión lo hacía sentir muchísimo más largo. Cada segundo contaba.

—Uruguay, aquí estamos.—murmuró su madre cuando salieron del aeropuerto con las maletas en las manos. Siempre hacia eso, era una costumbre e incluso tradición para su madre.

Rachel se mantuvo seria, tragó saliva y se dispuso a buscar un taxi para llegar al hotel en el que estaban registradas.

Su estadía sería corta, muy corta ha decir verdad. Sólo se quedarían el tiempo justo, llegando dos días antes de lo acordado para poder enseñarle a su madre un poco la ciudad y el día siguiente de la premier, se irían.

Y aún no sabía que pensar o decir o hacer cuándo viera a Enzo. Creía que cuando lo hiciera, sabría.

—Escojo la de la derecha—dijo su madre en cuánto entraron a la habitación, observando las dos camas en ésta. Rachel asintió sin decir nada más. No le importaba en cual cama iba a dormir ni en el color de las sábanas, no ahora que podía sentir sus manos temblar levemente y empezar a sudar aún con el aire acondicionado.

La pura idea de ver a Enzo de frente la ponía de esa manera, era el hecho de saber que no podría correr a abrazarlo o besarlo, que no le tomaría de la mano frente a todo el mundo y que existía la pequeña posibilidad de que él ya estuviera saliendo con alguien más, de que llevara a otra mujer a la premier y ella solamente se quedará ahí, mirándolo sin poder decir nada.

"¿En cuál hotel estás?", leyó en su teléfono desde la barra de notificaciones. El nombre decía Agus y sonrió al verlo, deseando poder ver a todos los demás, a todos sus amigos y personas talentosas qué habían hecho posible todo esto desde el primer momento.

El amor al arte qué tanto sentía y cuidaba aún estaba presente, y jamás se iba a ir. La diferencia es que su mente parecía ocupar más espacio pensando en el pelinegro de ojos marrones que en la película.

Suspiró, controlándose y miró de nuevo el celular.

"Hampton", contestó en un simple mensaje. No hubo respuesta por Agus pero bien sabía como era y que era lo próximo qué planeaba hacer. Tiró el celular en la cama y se dispuso a acomodar un par de cosas en el buro a un costado de la cama, así como en quitarse los tenis.

"Te dejaremos dormir un poco y luego iremos a verte. Besos", leyó después de escuchar el sonido de notificación. Sonrió, agradecida por el gesto de Agus y se acostó en la cama. Volteó a la derecha, topandose con su madre cubierta en las sábanas y dormida, con su celular en la mano. Ni siquiera se había dado cuenta del momento en el que había caído debido al sueño, pero un viaje así de largo agotaba a cualquiera.

Cerró los ojos y sintió cómo el cansancio se apoderaba de su cuerpo y empezaba a relajarse un poco más al irse quedando dormida, hasta que dejó de ser consciente de la realidad y sus pensamientos se iban para dejarla dormir.

Una llamada la hizo despertar de golpe, tomando el celular con rapidez y contestando sin mirar de quién se trataba. Se tallo los ojos con fuerza, con el dorso de su mano antes de decir algo.

"—¿Hola?—contestó, algo soñolienta.

—Estamos en el hotel, Rachel.—escuchó la voz de Matías—¿Cuál es tu habitación?.

—221—replicó sin decir más. Los escuchó hablar a lo lejos, hablando del número de la habitación y del como llegarían a esta.

—Ya vamos.—terminó la llamada Matías de inmediato. Usualmente eran bastante directos en cuánto a las llamadas cortas."

Rachel se lavo los dientes de inmediato y volvió a acomodarse el cabello en una pinza, mientras veía a su madre sentada en la cama viendo la televisión. Le comunicó qué iban a llegar Matías y Agustín y ella solamente asintió con felicidad. Realmente quería conocer a los amigos de su hija e involucrarse en la vida de ésta.

No mucho después, unos golpes en la puerta la hicieron apurarse a abrirla, encontrandose con ambos actores qué la miraban felices.

—¡Rach!—chillaron ambos al verla, con entusiasmo y alegría. La miraron sonreír y la rodearon en un fuerte abrazo qué fue correspondido de la misma manera.

—Los extrañé tanto—confesó la castaña cuando se alejaron. Abrió la puerta un poco más y se posiciono a un costado para que éstos pasaran, cerrandola después.—Oh, aquí esta mi mamá, __.

—Mucho gusto, señora—dijo Matías extendiendole la mano y ésta la tomó sonriente. Agustín asintió e hizo lo mismo, siendo recibido de la misma manera.

—Es un largo viaje desde México, ¿no?—habló Agustín, tratando de hacerle conversación. A ambos les pareció muy agradable con tan solo verla, se parecía mucho a Rachel.

—Vaya qué es largo—contestó y soltó una risita.—Pero me alegra estar aquí, lo poco que he visto me parece bellísimo.

—Me alegra—dijo Agustín con una sonrisa amable—Pueden visitar Argentina cuando gusten, mi casa esta a su disposición.

—Muchas gracias, Agus—contestó la madre de Rachel con una sonrisa dulce.—Los dejaré solos para que hablen un momento, estaré en la piscina del hotel por si cualquier cosa.

—Sí, ma. Ten cuidado.—replicó la castaña con una sonrisa. La vieron sonreírles y salió de la habitación después de palmear levemente el hombro de su hija.

Rachel se sentó en la pequeña sala de estar en la habitación, siendo seguida por los otros dos actores qué se sentaron frente a ella en sillones individuales.

—Entonces, ¿cómo han estado?—cuestionó con una sonrisa dulce y los ojos alegres al ver a sus amigos de nuevo.

—Muy bien, Rach—contestó Mati—Por cierto, Male me ha dicho que te manda saludos y no puede esperar por verte mañana en la premier. Creo que puede servirte estar con más gente conocida.

—Vic también, me ha dicho lo mucho que te ha extrañado y realmente quiere verte. Parece estar contando las horas y yo siento cada vez más nervios por esto.

—Sí, por supuesto. Los nervios son algo común, Agus, espérate a que te suden las manos cuándo veas a toda la prensa gritar tu nombre—les sonrió. Usualmente los actores siempre estaban más unidos entre ellos qué con los productores y directores en las premier.—Creo que será divertido, ¿no lo creen?.

Matías y Agustín se miraron, como si supieran perfectamente como es que ella se encontraba y lo que pasaba por su cabeza. Sabían que se moría de nervios y que respiraba con más rapidez qué nunca, cómo si le fuera a dar un ataque cardíaco parecía o por lo menos, un ataque de pánico.

—Sí, será... interesante.

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⏰ Terakhir diperbarui: Jun 17 ⏰

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Rachel RodríguezTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang