C a p í t u l o 2 5

29 4 0
                                    

Isaac sintió el dolor de Blair atravesarle el pecho, recordó lo que pasó en el callejón hacía meses y que todavía estaba presente. La impotencia y la rabia creció en sus venas.

Antes no sabía que era su protegida, pero en ese momento, era consciente de lo que tenían. Y no podía hacer nada.

Observó en cámara lenta como Blair de desplomó en el suelo, él no pudo continuar seguir mirándola en la esquina de la habitación. Su cuerpo entró en tensión y desagrado cuando la vio de rodillas, y luego ese grito... a Isaac se le congelaron los músculos a causa de la tensión.

<<No soporto verla así>> pensó.

Mandó al carajo su orden de mantenerse alejado y se acercó a ella para sostenerla.

<<No te necesito>> le había dicho él. Ahora más que nunca se arrepentía. Por supuesto que la necesitaba.

Cuando su pulso se aceleró corrió hasta encontrarse con ella, temblando y sollozando. Blair finalmente se había roto.

—Blair —murmuró en forma de una caricia suave y destrozada. Sin poder contenerse un segundo más inclinó su pecho hasta que chocó con el de ella, provocó que Blair al menos dejara de sollozar, intercambiando los jadeos por una respiración.

—¿Qué pasará con ellos? ¿cómo es posible que continúe si papá no está para abrazarme? —preguntó —¿por qué me siento así, Isaac? Todo... —dejó caer sus manos a los costados —se está rompiendo. ¿Por qué yo?

—Por qué eres Blair Hill —Isaac giró a la mujer hasta que estuvo frente a él, subió la mano a su pecho —y tienes un corazón puro, eres valiente y maravillosa. —se quedó unos momentos en silencio, pasó saliva en una señal de nerviosismo —Y eres la mujer más perfecta que he conocido, tienes las agallas para salir allá fuera y pelear por lo que es correcto, porque ahora mismo no sé mucho, pero sé que el mundo te necesita más de lo que tú lo necesitas. Fuiste elegida. Nadie podrá igualar para lo que fuiste hecha.

Blair dejó de llorar, notó el cambió en la mirada fría de Isaac, se descubrió así misma mirándolo, perpleja.

—¿Y si no alcanzó a ser para lo que fui hecha?

De ninguna manera Blair podía permitir que todo su esfuerzo resultará en consecuencias negativas.

—Puede que no sea suficiente para esto —siguió, Isaac apretó la mandíbula y la hizo mirarlo, con los dedos en el mentón.

—Ya eres suficiente con sólo ser tú, no dejes que este momento de agonía te defina.

—¿Tampoco me define que me pateas el trasero en cada entrenamiento? —preguntó para no tener que responder a la última interrogante.

Isaac alzó las comisuras de sus labios, en una media sonrisa perversa, llena de diversión y algo más.

El corazón de Blair latió de una buena manera.

—Un poco, tal vez. —contestó.

Blair soltó una risa nerviosa, mientras que Isaac suspiró.

Era la primera interacción decente que tenían desde que Isaac la había apartado.

—Bien —dijo Blair.

—Bien —respondió Isaac.

—Creo que debería irme —soltó Bodhi. Isaac se olvidó de la presencia del ángel, tenía que admitir que lo hacía la mayoría de las veces, él de alas negras tenía el poder para pasar desapercibido.

La otra razón (la verdadera) era que le parecía imposible concentrarse en alguien más que no fuera Blair cuando ella estaba en su campo de visión.

—Te doy una hora para que te prepares—dijo Isaac, regresó a su anterior postura —volaremos al anochecer.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 25 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Las alas de un ángelWhere stories live. Discover now