Capítulo 3 - ¿Vamos, alfa?

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"¿Quieres salir a cenar algo cuando acabemos la toma?"

"Me encantaría :)"

Matías no podía esperar a acabar de rodar por ese día y que llegase la hora de reunirse con Enzo. La perspectiva de salir a cenar solo con el omega lo ponía ligeramente ansioso pero también anhelaba pasar más tiempo con él. No tuvo el coraje necesario para pedirle que fuese oficialmente -otra vez- una cita de cortejo, pero al menos iba a verlo a solas.

Las horas se le hacían eternas, los minutos no pasaban, pero por fin la hora acordada llegó. Bayona indicó que ya era suficiente por aquel día, y tras felicitar a todo el equipo, les dejó vía libre para aprovechar lo que les quedaba de día.

Rápidamente subió a su habitación, se cambió de ropa y se miró al espejo. Se veía bien, o al menos eso pensaba. Esperaba que al omega le gustase.

Llegó a la habitación de Enzo procurando oler lo menos posible a alfa ansioso, y nada más llamar a la puerta fue recibido por el hermoso omega.

–Iba a ir a buscarte, pero ya estás aquí —dijo Enzo, con una sonrisa amable.

–Es que soy todo un caballero.

No sabía de dónde sacaba tanta valentía para responder así, pero al omega pareció gustarle a juzgar por la risa tímida. Enzo iba todo vestido de negro, su cabello largo caía desordenadamente por su frente. Era tan hermoso.

–¿Vamos?

Como respuesta extendió su brazo hacia Enzo, viendo si este lo tomaba. No era la primera vez que tomaba de la mano al omega o incluso que le ofrecía su brazo, pero hasta la fecha siempre habían sido toques más bien ocasionales, momentos casi robados para poder tenerlo un poquito más cerca.

Sabía que se estaba arriesgado haciendo ese gesto siendo plenamente consciente, pero esperaba poder hacerlo pasar por una broma si el omega no lo encajaba bien. Contra todo pronóstico, Enzo tomó gustosamente su brazo y dejó que lo llevase hacia el restaurante que el alfa había elegido, una sencilla hamburguesería.

Lo hubiese llevado a un lugar más apropiado -¿era una cita?- pero no es como si hubiese muchas opciones en Sierra Nevada compatibles con la dieta que debían seguir.

Los temas de conversación nunca parecían acabarse con el omega mientras cenaban, se sentía embobado escuchándolo. Podría pasar horas y horas hablando con él, compartiendo su mismo espacio y que cansarse de su presencia no fuese una posibilidad.

–Fran está en celo –estaba diciendo en ese momento Enzo– Esteban se siente mal porque no le deja acercarse a él, solo nos quiere cerca al resto de omegas. Sobretodo a Juani.

–¿Eso es algo común en los celos omega?

La pregunta era genuina. Necesitaba saber todo lo posible sobre los omegas si quería ser un alfa a la altura de cortejarlo. Le tocaba resolver y resolvería.

–No hay dos omegas iguales, pero en los omegas que pasan su celo usando supresores sí, bastante –explicó Enzo– En un celo normal lo único que queremos cerca es un alfa, pero si usamos supresores lo habitual es que nos hermanemos entre nosotros y no soportemos tener a ningún alfa cerca. Tampoco es bueno pasar demasiados celos usando supresores, pero no siempre es fácil encontrar un alfa en quien podamos confiar para cuidarnos en este estado tan vulnerable.

Matías asintió, asimilando y aprendiendo de todo lo que le decía Enzo.

–¿Por qué no es bueno?

–Demasiado tiempo en supresores te desconecta de tu natureza omega –le contestó Enzo– Y es fácil volverte un omega amargado o emocionalmente no disponible. Pero muchas veces no queda otra que pasar varios seguidos en supresores.

Atípico [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora