Capítulo 13 - Luna de miel

1.6K 187 165
                                    

Enzo caminaba por el aeropuerto de Buenos Aires, una mano en su maleta, la otra bien agarrada a su alfa. Le recordaba ligeramente al primer celo que había compartido con él, mucho tiempo atrás, cuando habían volado de Granada a Montevideo.

Había sido maravilloso, pensó sonrojándose. Matías había sido un alfa ejemplar, lo había cuidado de él como ningún otro alfa había hecho nunca, lo había hecho sentir amado. Definitivamente había un motivo por el que se había casado con él.

–¿Vamos, chiquito? –lo dirigió Matías.

Igual que años atrás, Matías le soltó la mano solo para rodear su cintura y él se recargó en su alfa. Parecía que nunca se cansaban de ser pastelosos, incluso en público, pero le gustaba. Siempre quería los mimos y las atenciones de su alfa.

–Vamos, alfa –asintió él.

Matías lo llevó a la puerta de embarque y se sorprendió al ver el destino. Matías había planeado el viaje de luna de miel en hermético secretismo, diciendo que era un regalo para su dulce omega y no había podido sonsacarle información alguna, cada vez que lo había intentado había terminado debajo del cuerpo de su alfa con este haciéndolo gemir.

No se iba a quejar tampoco, Matías cogía deliciosamente bien.

Junto a su alfa, embarcó a su siguiente destino.

***

París era un clásico que nunca pasaba de moda y Matías lo sabía bien cuando la eligió como primera ciudad a la que ir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

París era un clásico que nunca pasaba de moda y Matías lo sabía bien cuando la eligió como primera ciudad a la que ir. Era algo muy típico -no cómo él y su omega- pero quería pasear de la mano de Enzo por los Campos de Marte, quería subir con él a la Torre Eiffel y besarlo allí, quería probarse una estúpida boina sólo para que Enzo se riese y ver esos hermosos hoyuelos.

Lo hicieron, por supuesto. Pasaron varios días en París recorriendo la ciudad del amor paseando de la mano, simplemente disfrutando de ellos, de su tiempo a solas y de su amor.

No era la ciudad que más le gustaba, pero valía la pena por ver la cara de emoción de su omega ante cualquier cosa que veía.

–Mati, mirá –lo llamó su omega, señalando la puesta de sol sobre la ciudad. Definitivamente el Arco de Triunfo era un buen mirador donde llevar a Enzo.

Besó suavemente al omega y lo abrazó por detrás, mirando juntos el atardecer.

Todas esas noches lo llevó delicadamente a la cama del hotel, lo desnudó y lo hizo suyo, casi como si fuese una necesidad. Nunca podría dejar de desear a Enzo, lo sabía. El omega siempre era increíble, deliciosamente dispuesto. Había extrañado estar así con él, no habían pasado tantas noches juntos seguidas casi desde que habían acabado de rodar la película por la cual se conocieron, y echaba de menos abrazarlo y que se quedase dormido en su pecho después de hacerle el amor.

Atípico [Matienzo]Where stories live. Discover now