XVII

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𝒟𝑟𝑎𝑐𝑜 𝓜𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦

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𝒟𝑟𝑎𝑐𝑜 𝓜𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦

Isabella seguía hablando con Harry cuando me acerque lentamente con el frasco en mano.

- si, ahí estaré Harry, no te preocupes- dijo ella amablemente con una sonrisa, ¿por qué tenía que ser tan amable con Harry?

Suspiré viendo como Potter se iba y en cuestión de segundos la sonrisa de Isabella se desvaneció para mirarme fijamente sería con los brazos cruzados, estaba molesta.

- bella yo...- no termine de hablar cuando ví como se dió la vuelta para caminar - Isabella, espera- dije rápidamente corriendo detrás de ella, al entrar a la ví la comida con las fresas.

Claro, cómo pude ser tan estupido, crabbe y Goyle la despertaron cuando vinieron a dejarle la comida, ella salió a buscarme.

- yo lo puedo....- una vez más no termine de hablar cuando ella me interrumpió.

- una cosa Draco, una cosa te pedí; no le digas a mi padre, no lo busques, ¿por qué diablos lo hiciste?- alego ella asiendo que agachara la cabeza.

- yo solo quería ayudarte- murmuré sin saber que decir ella suspiro negando.

- se lo que dijo, que es mi culpa por no usar mi poder- hablo ella.

- ¿ibas en Linzton?- pregunté viendo como su expresión cambio de enojo a ¿dolor?

- ¿que te dijo?- preguntó con seriedad.

¿Que me ocultas Isabella snape?

- nada solo que ibas en Linzton- admití sintiéndome intrigado por su expresión.

- pues olvida eso, yo ya lo hice, tu hazlo- murmuró ella molesta.

-isabella yo no quería...-

- pero lo hiciste, no quiero recordar nada! De todo eso, ¿es tan difícil entenderlo!?- grito y pude ver cómo sus ojos empezaban a enrojecerse por las lágrimas, intenté acercarme pero ella me aparto rápidamente.

- vete- murmuró señalando la puerta.

- Isabella no puedes hacer esto- murmuré mientras Seguía intentando acercarme.

- Draco vete- repitió ella apartándose.

-Bella- volvía a decir.

- Draco...-

-isabella yo...- no me dejó terminar.

-¡ Que te vallas! - soltó gritando, haciendo que cayera al suelo.

no distinguía si era por la sorpresa o por algo más, pero estaba tumbado en el suelo, abrí los ojos y mi vista fue negada gracias a la neblina frente a mi de color morado, agite mi mano cuando un brillo morado se distinguió en mi vista, los ojos de Isabella, estaban morados, permanecí quieto mientras la veía.

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