¿Qué pasaría si todo lo que hemos conocido de harry Potter fuera una farsa?
Isabella adhara snape, la chica a la cual más odia Harry Potter, fue la que se encargó de que todo aquello que nos han contado fuera una mentira inventada por el mismo Harry...
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𝓘𝑠𝑎𝑏𝑒𝑙𝑙𝑎 𝓐 𝑑ℎ𝑎𝑟𝑎 𝓢𝑛𝑎𝑝𝑒
Era 24 un día para estar con amigos y familia contenta, pero ese no era mi caso, si bien los gemelos me habían hecho compañía ellos no eran tan importantes para mí cómo Draco, ¿pero que se supone que haría? Lo estaba protegiendo.
Suspiré acostada en mi cama dejando el libro que tenía de lado, no estaba de humor para leer. Mire por mi ventana viendo las estrellas, necesitaba salir, tome su pequeño bolso mientras enrollaba mi cabello en un chongo con mi varita y saliendo, gracias a merlin ya había traído suéter hoy, camine en silencio mientras me abrazaba a mi misma. Las mazmorras no era el lugar más lindo del mundo, al salir de las mismas me tope con una gran fiesta que hacían los de años más alto, apestaba a alcohol. Me tape la nariz caminando cuando un grito hizo que lo mirara.
-paren todo! Se escapó una menor!- grito haciendo que la música cesará mientras todos me miraban.
-no deberías estar aquí... No es algo de tu incumbencia- dijo el prefecto de slytherin, nunca me había caído bien ni yo a él.
- no. Pero supongo que a mi padre le interesara- murmuré firme, todos a nuestro alrededor se hicieron a un lado.
- snape... ¿A dónde crees que vas? - hablo el - no creo que a un lugar fuera de las mazmorras, vuelve a tu cuarto a jugar con tus muñecas- dijo haciendo que varios soltará una carcajada.
Los entendía, slytherin siempre se había encargado de cuidar a los menores de su casa, por lo mismo, las fiestas solo eran para mayores a 5to grado.
- no me interesa estar en tu fiesta- dije subiendo mis hombros.
- a tu habitación- me mandó señalando las habitaciones.
- no. Si tú no me dejas salir te aseguro que traeré a mi padre o el propio director para que cancelen tu fiestecita- amenace firme el retrocedio murmurando algo.
Todos se hicieron a un lado para darme espacio, salí de ese lugar con olor alcohol y camine al patio.
Al llegar me senté en silencio en el césped, me encantaba esta actividad, era la mejor de mis días, y digamos que estos meses no han sido los más fáciles, la voz que pide sangre, mi pasado regresando, mis manos negras, mi dolor de cabeza. acabaría muerta antes de mi destino si sigo así.
Sentí como alguien se sentó a mi lado sin hablar, y con el simple olor supe quién era, necesitaba abrazarlo y decirle que no era cierto, pero como lo convencía de algo así, después de lo que dije.
- Draco... Yo...-
- no, ahora tu déjame hablar- me interrumpió el haciendo que lo mirara - me importa poco si para ti soy un conocido, tu me importas y no estaré agusto hasta que tú estés bien, así que ódiame si quieres pero no me alejaré de ti, soy tu condena y aprenderás a vivir con ella siempre- dijo firme, lo mire sorprendida.
