One shots [HUALIAN]

Lluvia carmesi que busca la flor

Contiene spoilers.
Corto
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No podía perder la esperanza, no podía rendirse tan miserablemente y tirar todo por la borda ¿cómo podía?

Llevaba cientos de años buscando a aquel dios caído en la desgracia, a aquella persona que lo había salvado y dado una razón para vivir ¿cómo podía olvidarlo?

Había derrotado a los treinta y tres dioses que se habían atrevido a humillarlo, bueno, aunque no pudo acabar con los dos restantes se divertía atormentándolos.

—¿Aún no encuentras nada?— Preguntó el rey fantasma frustrado, ochocientos años buscando a su persona especial y era como si se lo hubiese tragado la tierra.

—Aún no, Hua Chengzhu, pero estoy haciendo lo mejor posible para obtener resultados — Habló Yin Yu.

—Puedes retirarte— murmuró malhumorado mientras firmaba uno de los tantos documentos pendientes de la ciudad fantasma.

¿Dónde estaba? Se preguntó, lo único que quería era poder protegerlo del mundo cruel, demostrar su eterna devoción y si él destino lo permitía, poder llegar a amarlo tanto como le fuera posible.
Eso era lo único que tenía en mente desde que salió del monte Tonglu.

No fue hasta que una molesta voz interrumpió su paz.

—Hua Cheng ¿Estás ahí?— La voz de He Xuan, había interrumpido su preciada paz a través de la matriz de comunicación.

—¿Buscas aumentar tu deuda un veinte por ciento mas?— gruñó mientras hablaba.

—¡Claro que no idiota!— A pesar de la amenaza, su carácter era más fuerte — solo quería avisarte que ascendió un nuevo dios

"Un nuevo dios" pensó Hua Cheng —¿Y? Solo es un idiota más en el cielo ¿Por qué debería importarme?

Hubo un corto silencio entre ambas calamidades —Bueno..— continuó He Xuan —Este dios es alguien.. peculiar..

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Sentía su ya no palpitante corazón empezar a latir acelerado, si la información que recibió era cierta ¡Se encontraría con su dios en ese mismo día!

Había preparado toda clase de formas casuales de encontrarse, más nunca pensó que lo encontraría en una procesión nupcial, y mucho menos que la novia sería su persona especial.

Tuvo que improvisar una piel falsa, y caminó con elegancia hacia la ya abandonada "novia" vestido de rojo.

Cuando llegó, sintió la más inmensa alegría, dejó una de sus mariposas salir para poder apaciguar cualquier intento de posible ataque, una vez se sintió seguro de sí mismo, estiró su mano.

Cuando su mano fue agarrada por otra ajena, pero no desconocida, supo que su cometido por fin se había logrado.

Lluvia carmesí que busca una flor, después de muchos años e intentos, por fin la había encontrado.