Pequeño secreto es una historia de romance prohibido, un profesor y una alumna no pueden ser mas que eso pero, ¿Que pasa cuando se cruza esa linea? La poca ética del profesor se ha borrado pero fue por algo que para el valio la pena, una joven chica...
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La clase comenzó y cada quien estaba sentado en su lugar, Severus daba algunas indicaciones y explicaciones sin moverse de su lugar frente a la pizarra.
De vez en cuando las miradas entre Severus y Rachel se cruzaban, cuando esto pasaba la jovencita le mostraba una sonrisa pero el profesor por lo contrario no lo hacía y tan solo mantenía su vista con ella unos cuantos segundos para después apartarla y seguir explicando más concentrado.
Rachel poco a poco se fue dando cuenta como Severus era otra persona cuando estaba con más gente, era más que evidente que el profesor la trataba a ella muchísimo mejor que a los demás alumnos o incluso qué a otros profesores pero, en el momento en que otra persona estaba en la misma habitación que estos dos la forma en que Snape trata a Rachel se vuelve levemente más fría. En la mente de la jovencita la única respuesta ante esto es que el profesor y su odio hacia mostrar alguna debilidad influye, el tratarla bien frente a los demás quizás mostraba una debilidad.
¿Pero por qué sería una debilidad tratar bien a alguien?
—Se pueden ir —se escucho la voz de Severus y Rachel regreso a la realidad, estuvo tan distraída en clase que fue un milagro que el profesor no llamase su atención por lo menos una vez.
Una vez el aula se ve vacia de los estudiantes a excepción de Rachel quien aún estaba colocando sus cosas dentro de su bolso.
—¿Te encuentras bien, Rachel?
El profesor comenzó a acercarse lentamente con un gesto leve de preocupación.
—Muy bien profesor.
—Te ví algo distraída en clase, por no decir totalmente ida.
Rachel le sonrió.
—Estuve pensando algunas cosas, perdón.
—Mhh, sabe pensar —se burló en susurro.
—¿Cómo?
—Nada, nada —contestó rápido.
Ambos se miraron a los ojos y fue tal cual como si sus miradas se sonrieran.
Severus abrió la boca para decir algo cuando fue interrumpido por la menor.
—Necesito ir a mi otra clase. Nos vemos después, profesor —se despidió y camino hacia la salida.
—Si, si, eh. ¿Rachel, crees que puedas ir después de clases a mi oficina? Necesito mostrarte algo.
La jovencita asintió con la cabeza mientras le dedicaba una amable sonrisa.
...
—Asi como lo escucho profe, me dijo que fuera a su oficina cuando terminarán las clases.
Lupin estaba sentado sobre su silla mientras sus pies estaban sobre el escritorio para mayor comodidad suya.
