Felix se encontraba en el baño, sentado al lado del retrete luego de haber expulsado ya los últimos pedazos de la comida que había ingerido.
Escucha que la puerta de la habitación se abre, vendría lo peor.
-Felix ¿Estás en el baño, amor?
Con ardor en la garganta afirma, cierra los ojos cuando siente que Hyunjin se adentra al baño, las lágrimas no tardaron en bajar en los ojos de ambos ante la escena.
-¿H-Hace cuanto haces esto?
-Siempre lo hice...
Hyunjin siente su corazón romperse al haber descuidado tanto a su pequeño, lo acurruca en sus brazos sintiendo el llanto desesperante de el menor.
-Estoy t-tan gordo, no se como me sigues amando.
-¿Pero que mierdas dices Felix? Nunca pasaste los 55 kilos, siempre fuiste delgado. No nos hagas esto cielo, yo te amo demasiado.
-Si me amaras no me obligarías a comer y no harías que me provoque el vómito.
-Te obligo a comer porque sino comes mueres, Felix, si a ti te pasa algo yo me mato. Eres mi vida entera.
Hyunjin lo miraba, con lágrimas resbalando, buscaba cambiar la perspectiva de su bebé, pero no sería posible.
-Estoy bien Hyunjin, no tienes que preocuparte...
Felix se levanta, lava sus dientes y sale dispuesto a acostarse.
-Felix... Vamos a pesarte, porfavor.
-¿Para qué? Si ya se que estoy por explotar de lo gordo que soy.
Hyunjin lo tomó de las axilas antes de que pudiese poner un dedo en la cama.
-Estás esquelético. Puedo sentir todos tus huesos ahora mismo... Estás tan mal Felix..
No dijo nada. Tampoco dijo nada cuando vio aquel 37 kg en la báscula.
