Nada fácil

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Las vacaciones de navidad habían acabado. El cuatro año acabó y pronto empezó el quinto.

No, no había sido nada fácil tener que ocultar todo lo que pasaba de tí. Aunque eras una mujer social no eras de siempre estar fuera de tu casa. Interceptar las lechuzas había sido difícil. Hacer que no fuera al trabajo también había sido difícil. Escabullirse en las noches y decir que tenía mucho trabajo había sido difícil.

Pero todo lo oculto sale a la luz.

-Tobías- Tu voz de decepción y enojo le hizo apretar los ojos sin siquiera poderse quitar la capa. Finalmente, algo que no pudo ocultar lo jodió todo. Y es que era difícil ocultartelo a tí.

-...¿Si?...- Se tragó los nervios que causaban tu mirada estricta. Tu mano se apoyaba en la mesa de comedor, exigiendo una explicación a lo que tenía debajo de sus manos.

-Explícame, ¿cómo es que estoy despedida? Y de paso, ¿cómo que llevan publicando meses y meses sobre Potter y Dumbledore? ¿Cómo es que no me enteré? ¿Es por eso que mi periódico no llegaba? ¿Es por eso que me perdí la audiencia de Harry Potter?-

Mientras tus preguntas aumentaban la distancia entre ambos se acortaba. Dabas pasos lentos con cada pregunta, pero el sentía que era demasiado rápido para su corazón acelerado y asustado de las consecuencias. Bajó el rostro, no era capaz de mirarte y menos después de haberte mentido por tanto tiempo.

-¿Es por eso que todas las cartas que pedían mi presencia al ministerio desaparecían? ¿Es por eso?, ¡¡Snape, Prince!!,- Gritas su nombre, tirando las cartas y los papeles al suelo mientras dejabas tus pulmones en el aire.
-¿¡que estoy despedida!?-.

Tragas pesado, esperando una respuesta por su parte. Tus ojos se cristalizan y respiras pesadamente con enojo.

-¿Sabes quién carajos me mandó la carta?- Iba a decir algo, pero lo interrumpiste.
-¡La puta de Umbridge! ¡La maldita! ¡Cerda! ¡Cara de sapo que me ha estado intentando despedir por tantos años!-.

-T/N yo...-

-¡No me hables!, no me hables carajo-. Te das la vuelta para subir a tu habitación.
-¡Duermes en el maldito sofá o te vas a tu casa! ¡Pero no te quiero ver!- Exclamas mientras subes las escaleras.

Aquel había sido el trabajo de tu vida. Es más, era tan buen trabajo que la sola idea de perderlo te estaba destrozando. Nunca habías sentido que era un trabajo pesado. Te pagaban muy bien, demasiado bien. Pero por fin tomaron la oportunidad perfecta para despedirte con buenos motivos. Y todo por culpa de tu prometido. Eso era lo más que te jodía.

Subió las escaleras después de unos minutos. Se había empezado a mudar hace poco, toda su ropa estaba allá arriba. Dudó al abrir la puerta, esperando un grito o algo siendo lanzado en su dirección. Pero la puerta estaba abierta y tú le dabas la espalda. Se acercó, con ese hueco en el pecho que causaba la mentira a la luz. Se empezó a quitar las prendas, esperando a ver si le decías algo.

-Si no es la verdad no quiero escuchar nada...- Sorbes los mocos provocados por el llanto y te pasas la muñeca por la nariz. Plañiendo la pena de la pérdida de ambos trabajos.

-...La Orden del Fenix-- No pudo terminar cuando te levantaste para mirar en su dirección, apoyándote en tus codos para levantar tu torso superior de la cama.

-¿Qué con eso?-

-Están de vuelta...-

-¿Por lo del año pasado?-

-Mhm...-

-¿Y?-

-Están velando por Potter...-

-Deberían estar velando por todos los niños de Hogwarts. El ministerio está tras de ellos... Ash..., mi pobre Harry...- Susurras apoyando la espalda contra la madera de la cama. No valía la pena seguirle gritando.

Corazón de roca (Severus X Tn) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora