𝑫𝒊𝒆𝒄𝒊𝒐𝒄𝒉𝒐.

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Violet, Mia y Jonathan se encontraban sentados en el suelo del pasillo, aprovechando los diez minutos de descanso que tenían entre clases. Todos dirigían su mirada hacia la misma dirección, donde la nueva chica, Deena Clarke, luchaba con el bote de basura y luego se dirigía furiosa hacia su casillero, que casualmente quedaba junto al de Violet.

Deena era una chica que, a pesar de ser su primer día, ya tenía muchos rumores circulando sobre ella. Los rumores siempre se propagaban rápidamente, pero esta vez parecían más intensos. Algunos decían que Deena era drogadicta, mientras que otros afirmaban que había contraído una enfermedad de transmisión sexual y que sus padres la golpeaban. Violet y Mia, sin embargo, no creían en esas historias.

Aunque la actitud de Deena no ayudaba a cambiar la percepción que tenían los demás de ella, nadie se atrevía a acercarse. Parecía que los echaría a patadas si se acercaban demasiado.

—Dicen que es drogadicta —susurró Jonathan, quien se encontraba en el suelo entre las dos chicas. Violet y Mia abrieron los ojos sorprendidas.

—¿Somos conscientes de que tiene trece años? Es casi ilegal esparcir esos rumores —reclamó Mia, aunque seguía mirando en dirección a Deena.

—También dicen que ya no es virgen y que tiene una enfermedad de transmisión sexual, que sus padres la golpean y todas esas cosas —añadió Jonathan, pero tanto Violet como Mia sabían que eso eran solo habladurías.

Aunque la nueva chica no ayudaba a mejorar su imagen con su actitud, nadie se atrevía a acercarse por temor a su reacción. No parecía ser una persona muy agradable, en realidad.

—No creo en esas tonterías —dijo Violet, mientras se levantaba y sacudía sus pantalones para tomar su mochila.

—¿A dónde vas? —preguntó Jonathan, tomando también su mochila.

—Quiero inscribirme en el club de Artes, acaban de abrirlo —respondió la pelirroja, y luego dirigió su mirada a Mia—. Y tú, debes llegar a la clase de música antes de que comience la clase de química avanzada.

Señaló a Mia, quien, como toda una despistada, tomó su mochila con sorpresa y se levantó al mismo tiempo que Jonathan.

—Hoy dan los resultados del equipo de fútbol, necesito suerte chicas —dijo Jonathan—. Voy a encontrarme con unos amigos, adiós chicas.

Jonathan desordenó el cabello de Violet y le regaló una sonrisa a Mia antes de irse corriendo para alcanzar a un chico que pasaba por el pasillo.

Violet siguió a Jonathan con la mirada mientras se arreglaba el cabello.

—De hecho... —interrumpió Mia-. Carlos, el chico del equipo de fútbol, me invitó al partido del viernes.

Violet abrió los ojos como en una escena de película de terror, girando su cabeza hacia Mia.

—Oh... ¿Vas a ir? —preguntó la pelirroja.

—Supongo —respondió Mia encogiéndose de hombros. —Deberíamos ir juntas.

Aunque en el fondo Violet sentía alegría por Mia, no pudo evitar que una pequeña sombra de preocupación se instalara en su corazón. Pensó que tal vez Carlos era un poco mayor para su amiga y temía que pudiera jugar con sus sentimientos.

Decidió mantener a Carlos bajo una estrecha vigilancia, asegurándose de que no pusiera sus manos en Mia de manera inapropiada. Para Violet, la amistad y la protección de su mejor amiga eran una prioridad absoluta.

—Claro —respondió Violet, tratando de ocultar sus preocupaciones detrás de una sonrisa.

En su interior, prometió estar atenta y lista para intervenir si algo no parecía ir bien. No dejaría que nadie lastimara a Mia, y haría todo lo posible para asegurarse de que su amiga estuviera protegida y feliz.

𝙤𝙗𝙨𝙚𝙨𝙨𝙚𝙙 |𝘢 𝘞𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 𝘚𝘤𝘰𝘣𝘦𝘭𝘭 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤|Where stories live. Discover now