𝙤𝙗𝙨𝙚𝙨𝙨𝙚𝙙 |𝘢 𝘞𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 𝘚𝘤𝘰𝘣𝘦𝘭𝘭 𝘍𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤|

𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐.

Durante toda una semana, Violet se había esforzado por acercar a Mia y Walker, incluso casi convenció a Mia de unirse al club de robótica, todo con la esperanza de que Walker notara más a Mia y pudiera olvidarse de ella. Sin embargo, ninguno de los dos parecía darse cuenta de las intenciones de Violet. A pesar de sus esfuerzos, Mia y Walker se volvieron más cercanos, ya sea por los trabajos en parejas que Violet maniobraba para que quedaran juntos o simplemente por las circunstancias del destino.

Violet evitaba más que nunca a ese grupo conformado por Mia, Walker y Aryan, y seguía con su rutina con Mia. Pero cada vez que Walker se acercaba, ella retrocedía y se alejaba, desapareciendo como por arte de magia. Esto ocurría casi siempre, lo que hizo que Violet pasara menos tiempo con Mia y se refugiara en las gradas del campo exterior para terminar su almuerzo.

En la clase de historia, Violet se sentó en el asiento de atrás que nadie quería tomar porque estaba roto y uno podía caerse con solo sentarse. Pero Violet era lo suficientemente delgada como para soportar su peso. Se puso una gorra y se encogió en su asiento, tratando de pasar desapercibida.

Walker estaba en la parte delantera de la clase, con el asiento vacío junto a él, pero todos los demás asientos estaban ocupados. Mia entró corriendo, buscando a Violet por toda la habitación, pero no la encontró.

—Puede pasar, señorita Gray —dijo el profesor a cargo de la clase. Mia dudó por un momento, pero finalmente puso un pie en el aula.

Se acercó a Walker y le pidió permiso para sentarse, ya que era el único asiento libre. Violet se enderezó en su asiento y sintió una oleada de rechazo e incomodidad. No podía apartar la vista de esos dos, y aunque le gustaba Walker, Mia siempre iba primero en su corazón.

La presencia de Mia junto a Walker desencadenó una mezcla de emociones en Violet. Sentía una punzada de celos al verlos juntos, pero también sabía que había sido su elección alejarse y poner la amistad de Mia por encima de sus propios sentimientos.

Mientras la clase comenzaba, Violet intentó concentrarse en las lecciones, pero su mente seguía divagando hacia Mia y Walker. Se preguntaba si había hecho lo correcto al apartarse, si estaba bien sacrificando su propia felicidad por el bienestar de su mejor amiga.

El tiempo parecía pasar lentamente en esa clase de historia, y Violet se sentía atrapada en una mezcla de emociones contradictorias. Sabía que tenía que encontrar la manera de lidiar con sus sentimientos y aceptar que Mia y Walker estaban destinados a estar juntos, incluso si eso significaba dejar de lado sus propios deseos.

Violet se esforzó por mantener una expresión serena en su rostro, ocultando las emociones que la embargaban. Sabía que tenía que encontrar la fuerza para seguir adelante y apoyar a Mia, incluso si eso significaba mantenerse alejada de Walker.

Durante el almuerzo, Violet esperaba pacientemente a Mia en el umbral de la entrada, observando cómo su amiga conversaba animadamente con Walker y Aryan en la fila para tomar la comida.

Deseaba pasar un poco de tiempo con su mejor amiga, pero estaba dispuesta a esperar hasta que Mia se separara de Walker, al menos durante cinco minutos. Sin embargo, cuando Walker encontró sus ojos, Violet se sobresaltó. Siempre parecía tener la habilidad de localizarla, como si fuera un rastreador.

Y cuando Mia se dio cuenta de que Walker estaba tan concentrado en algo, siguió su mirada y se encontró con los ojos de Violet. Mia sonrió y llamó a Violet con la mano, invitándola a unirse a ellos.

Violet nunca esperó sentir una oleada de terror que la envolviera de repente. Sus pies parecieron moverse automáticamente, llevándola lejos de la cafetería sin siquiera pensarlo.

El corazón de Violet latía desbocado mientras caminaba rápidamente por los pasillos, tratando de alejarse de esa situación incómoda. La sensación de miedo y angustia la envolvía, y se preguntaba por qué algo tan simple como una sonrisa y un gesto amistoso podían desencadenar tal reacción en ella.

Violet salió al patio trasero, buscando alejarse de todo. Escaló las gradas hasta llegar a la parte superior y se sentó, cerrando los ojos y dejando que el viento acariciara su rostro. No entendía por qué se sentía tan afectada por todo esto.

Si Mia era feliz, ella también debería serlo, ¿pero por qué no lo era? ¿Qué estaba estorbando en su camino? Violet no comprendía las consecuencias de poner los sentimientos de los demás por encima de los suyos, y esta situación era un claro ejemplo de ello.

Sin embargo, Violet rara vez había experimentado ese sentimiento de mariposas en el estómago, el corazón acelerado o el deseo de estar con una persona. Tal vez solo lo había sentido una vez, durante la primaria.

No solía comprender con claridad esos sentimientos, no sabía qué significaba el dolor en su pecho al imaginar a Mia y Walker juntos. No entendía por qué sentía rabia al pensar en ellos dos.

Violet estaba tan absorta en sus propios pensamientos que no notó la presencia junto a ella hasta que tropezó. Deena Clarke, una chica de cabello negro, estaba en la hilera de gradas debajo de ella y se dirigía hacia Violet cuando tuvo un mal paso y cayó por uno de los agujeros de las gradas.

—¡Mierda! —exclamó Deena, desatascando su pierna y luego dirigiendo su mirada hacia la pelirroja junto a ella. —Hola.

Levantó la mano para saludar, pero luego la bajó rápidamente. Violet se quedó en su lugar, sintiéndose un poco desconcertada por la presencia repentina de Deena. Cada vez parecía más extraña.

La pelinegra tomó asiento junto a Violet, y un silencio incómodo se instaló entre ellas durante unos segundos.

—Lo noté —dijo Deena de repente, sobresaltando a Violet.

—¿Qué notaste? —preguntó Violet, curiosa por saber a qué se refería.

—Ese chico, ¿Scobell? Y tú parecían tener algo, había cierta química entre ustedes. Luego tu amiga, olvidé su nombre, se acercó mucho a él y tú te distanciaste —Deena apretó los labios y asintió mientras levantaba repetidamente las cejas, como si estuviera enfatizando su punto.

Violet se sorprendió de que Deena fuera tan observadora, pero supuso que esas eran las ventajas de no tener nada más que hacer. Aunque se sentía un poco incómoda al hablar de sus sentimientos con alguien que apenas conocía, también se sintió aliviada de tener a alguien con quien compartir sus pensamientos.

—Es complicado —admitió Violet, mirando hacia el horizonte mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas—. Quiero que Mia sea feliz.

—Mal ahí —respondió Deena, algo alterada. —A ti te gustó primero, idiota.

Violet se sobresaltó ante la afirmación de Deena.

—¿Quién dijo que me gustaba?

—¿Eres o te haces? —replicó Deena con un tono de frustración. —Ya va a terminar el descanso, tenemos Arte.

Mia se levantó del asiento y se colocó frente a Violet, rompiendo la tensión en el aire. Violet se encontraba aturdida por la revelación de Deena.

—¿Arte? —Violet balbuceó, tratando de recomponerse rápidamente.

—Sí, recuerda que tenemos clase de Arte ahora —respondió Deena con una sonrisa tranquilizadora.

Violet asintió, tratando de ocultar su confusión y emociones revueltas.

El timbre sonó, anunciando el final del descanso y el comienzo de la siguiente clase. Violet se puso de pie, siguiendo a Deena hacia el salón de Arte.

En la hora de salida, Violet caminaba sola por los pasillos, dirigiéndose hacia la puerta que daba al estacionamiento, donde seguramente Charlie la estaría esperando para volver a casa. Sin embargo, mientras caminaba, Deena se acercó a ella y la alcanzó. Era extraño cómo al principio Deena se mostraba indiferente, pero ahora era la única que sabía en qué enredo se encontraba Violet.

—¿Escuchaste que el 30 habrá una fiesta de disfraces para todos los años? —dijo Deena, con cierta emoción en su voz. —Todavía falta un poco, pero creo que va a ser grandiosa.

La fiesta de disfraces, algo que los estudiantes de último año solían organizar cada octubre. Pero este año, los estudiantes de tercer año querían corromper la tradición e incluir a los estudiantes de primer año. En parte era para que los de primeros años perdieran algunas cosas.

No le sorprendería en absoluto si parte de la idea hubiera sido propuesta por Charlie, su hermano mayor y estudiante de tercer año. A Charlie siempre le gustaba hacer cosas desafiantes.

—Suena genial —respondió Violet, mirando a Deena.

Violet salió del edificio escolar y se dirigió hacia el estacionamiento, donde Charlie la esperaba junto al auto. El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas, creando un ambiente cálido y acogedor.

Charlie, con su cabello oscuro y su sonrisa traviesa, se apoyaba despreocupadamente en el auto, esperando a Violet. Sin embargo, algo en su expresión cambió cuando vio a Deena acercándose a ellos.

Deena caminaba con confianza, su cabello negro ondeando al viento. Era imposible no notarla, ya que irradiaba una energía magnética. Y aunque Violet estaba acostumbrada a que Deena llamara la atención, esta vez parecía haber captado la mirada de Charlie.

Y para ser sinceros, Deena no parecia una mocosa de trece años.

Violet notó cómo Charlie desviaba su mirada hacia Deena, observándola de manera disimulada pero evidente. Un sentimiento de incomodidad se apoderó de Violet, mezclado con una pizca de celos. No estaba acostumbrada a que su hermano prestara tanta atención a sus.. ¿amigas?

¿Odiamos o amamos a Charlie? Noc pero me dan ganas de ponerle The Man en la cara.

OKEY ESTE ERA EL VERDADERO PROPOSITO DE DEENA AJJAJAJAJ (el pq la cree)

Como sea, me duele mucho Violet

El cap está medio cortito a mi parecer, pero pues se muestra lo que se tiene que mostrar.

Les amoo💗