chapter VI

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Nuestro bungalow alquilado estaba en la orilla sur, en la punta de Long Island

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Nuestro bungalow alquilado estaba en la orilla sur, en la punta de Long Island. Era una capital se tono pastel con cortinas descoloridas, simpre había arena en las sábanas y arañas por la habitación

Atenas y sus hijos les recorrió un escalofrío ante la mención de las arañas

Y la mayoría del tiempo el mar estaba demasiado frío para bañarse.
Me encantaba
A mediada que nos acercábamos a Montauk, mi madre pareció rejuvenecer, años de preocupación y trabajo desaparecieron de su rostro. Sus ojos se volvieron del color del mar.
Llegamos al atardecer, luego caminamos por la playa, les dimos palomitas de maíz azules a las gaviotas y comimos nuestras gominolas azules, caramelos masticables azules, y las demás muestras gratis que mi madre había traído del trabajo.

Supongo que tengo que explicar lo de la comida azul.

-porfavor-dijeron todos en la sala

-por fin vamos a saber la razón de tu obsesión con la comida azul

Verás, gabe le dijo una ves a mi madre que no existía tal cosa. Tuvieron una pela, que en su momento parecio una tontería, pero desde entonces mi madre se volvió loca por comer azul. Preparaba tartas de cumpleaños y batidos de arándanos azules. Compraba nachos de maíz azul y traía a casa caramelos azules

-Vaya mujer-dijeron sorprendidos

Esto junto con su decisión de mantener su apellido de soltera, Jackson, en lugar de hacerse llamar señora Ugliano era prueba de que no estaba totalmente abducida por gabe. Tenia una veta rebelde como yo

-pero tu llevaste esa rebeldía al extremo -dijo annabeth divertida

Poseidon voltea a ver a su hija con una ceja arqueada

Cuando anochecio, hicimos una hoguera. Asamos salchichas y malvaviscos. Mamá me contó historias de su niñez, antes de que sus padres fallecieron. Me habló de los libros que quería escribir algún día, cuando tuviera suficiente dinero para dejar la tienda de golosinas.

Apolo estaba pensando en regalarle una buena cantidad de dinero a su futura suegra para que pudiera cumplir sus sueños

Al final, reuni el valor para preguntarle lo que me rondaba por la mente desde que llegamos a Montauk: mi padre. A ella se empuñaron los ojos. Supuse que me contaría las mismas cosas de siempre, pero yo nunca me cansaba de oírlas.

NAZ-[PJO]-wtmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora