Desde ese momento no dejé de pensar y repasar aquella noche.
No me sentía bien, estaba expuesto, si él realmente me había prestado atención ya debía saber lo que me pasaba, al menos un poco.
En las siguientes dos semanas no tuvimos contacto.
cada vez que estábamos solos y veía que él se acercaba yo disimulaba estar ocupado, era exactamente todo lo contrario a lo que quería lograr, pero estaba asustado y avergonzado.
Sin embargo, nada de eso evitaba que dejara de pensarlo.
su brazo encima mio, sus dedos en mi mano, su pelo cayendo suave sobre mis piernas, su sonrisa...
No podía dejar de pensar en todo lo que estaba sintiendo y como me parecía incontrolable, crecía algo adentro mio, algo que me hacía suspirar en cuánto escuchaba su voz y que a la vez, me avergonzaba.
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Un sábado de esos, vinieron mis abuelos a cenar a casa.
Yo no era familiero, no solía disfrutar de esas reuniones, pero ahi estaba, sentado en la mesa, escuchando a mi familia contar las mismas anecdotas de siempre.
Enzo nos acompañaba y se involucraba con ellos mientras a mi no me miraba, lo cuál personalmente agradecía.
Una vez más, mi abuelo empezó a contar como había conocido a mi abuela.
Había escuchado esa historia cientos de veces.
sin embargo esa noche parecía ser distinta; había algo especial en lo que decía, al menos para mí.
-fue amor a primera vista-dijo tomandole una mano a mi abuela-verla fue como algo nuevo,como si antes de ella yo hubiese estado ciego. de pronto tuve todos estos sentimientos alborotados en mi mente,todos esos miedos...
Aquello me llevó a pensar en Enzo.
no podía comparar la historia de amor de mis abuelos de hacía cincuenta años con lo que yo sentía por Enzo; pero había algo en esas palabras, algo de lo que él decía me llegaba a mí
-la vi y supe que quería compartir mi vida con ella...
-permiso-dije poniendome de pie
subi a mi cuarto y me senté a jugar a que leía.
pero mi mente no me dejaba en paz. ¿estaba enamorado? ¿estaba caliente? ¿se pueden confundír ambas cosas?.
Cerca de una hora más tarde, alguien llamó a mi puerta.
invité a la persona a pasar y fue Enzo quién entró, con una copa de postre
-tu mamá te manda esto
-gracias, pero no quiero, comelo si queres
Él dejó la copa en una mesita y cerró la puerta.
encima de mi escritorio había un espejo, por el cuál seguí sus movimientos.
se sentó sobre mi cama, pestaño un par de veces, y me miró a través del reflejo.
-¿hice algo mal?
-¿a que te referís?
-me estas evitando desde la otra noche ¿hice algo mal?
-no, Enzi, estoy tratando de estudiar, tengo que aprovechar el tiempo...
Eso no lo convenció, pero no dijo nada.
se relamio los labios y se levantó.
-tu abuelo me hizo pensar hoy-dijo. no quería que mencione aquello, pero no había manera de evitarlo-¿alguna vez te enamoraste?
-no-respondí sin mentir
-¿pensas que cuando pase va a ser como lo dijo él?
-no sé. no, no creo
la historia de mis abuelos era mágica, eso no podía existir.
-¿te gustaría volver a salir conmigo?
quería volver a salir.
no quería.
me moría de ganas.
me moría si aceptaba.
-no me gustan los bares del pueblo
-¿te gusta el cine?
-supongo que si
-vayamos
-¿al cine?
-y si...hoy,yo invito
-estoy...
-en la misma página hace media hora seguramente, dale vamos.
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Llegamos al cine cerca de las diez y compramos las entradas.
quise pagar mi parte pero él no me lo permitió, y entramos a la sala.
No había mucha gente, solo algunas parejas besándose y nosotros dos compartiendo un balde de pochoclos pegajosos por el calor.
A media película y con el balde vacio en el suelo, sentí como la mano de Enzo bajaba hasta la mía y entrelazaba mis dedos con los suyos.
ya nos habíamos agarrado las manos pero el contexto había sido otro, en esa ocasión parecía otra cosa.
-Enzo...
-tranquilo-murmuró y se acercó hasta mi
en ese momento solté su mano y me puse de pie.
salí casi corriendo de la sala, tenía el corazón rompiendo mi pecho y la cabeza me daba vueltas.
Fui a la calle y él llegó detrás mio
-Mati, ¿estás...
-¿porque hiciste eso?
-solo...
ni siquiera podía mirarlo, cada vez que lo hacía me parecía más lindo.
no supe porque me comporte asi, no entendía nada, cosa que lo confundió
-¿porque lo haces tan difícil?-preguntó
-¿que cosa? te trato bien, siempre te digo que si ¿que mas queres?
-quiero acercarme a vos
-acabamos de ir al cine
-y te fuiste en medio de la función porque quise...
-¿que? ¿que quisiste, Enzo?
supe que estaba gritándole porque se sorprendió
-nada, pensé...-parecía batallar con sus pensamientos-es difícil para mí, pero estoy intentando, ¿podrías intentarlo también?
-no tengo nada que intentar-le dije odiandome por dentro-somos amigos
-¿nada más?
-¿que mas podría ser?
bajó su mirada al suelo y luego sonó su cuello
-perdón por entenderlo mal
-vamos a casa
el regreso a casa en esa noche fue en total silencio.
