Tormenta

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Era difícil lidiar con todos esos pensamientos en mi mente, empujandose entre si, intentando liderar.
Obviamente había ofendido tanto a Enzo,lo había rechazado, que fue él quién empezó a ignorarme a mí.

Los primeros días estuve bien con eso, estaba muy confundido y me parecía que tener distancia entre los dos era mejor.

Sin embargo se volvió insostenible.
hacía muy poco que lo conocia, pero me gustaba tenerlo cerca, era como un juego implícito, él iba de aquí para allá, mostraba cada vez más piel y sonreía más. yo fingia no mirarlo pero lo hacía, él lo sabía y parecía gustarle.

Desde que fui un boludo y cagón en el cine todo eso había terminado, ahora no sonreía y se alejaba de mi vista y yo, que nunca fui bueno en tomar las riendas de las cosas, lo acepté, al menos un tiempo.

Durante una tarde en la que mis padres descansaban y el cielo estaba absolutamente cargado, lo busqué.

La tormenta era inminente, las nubes eran casi negras y parecía ser de noche pese a no pasar las tres de la tarde.
el viento fuerte agitaba los corrales y los animales estaban nerviosos pero a resguardo, Enzo se había encargado de eso.

Sali al patio y vi qué entraba al granero, asi que fui hasta allí y entré.

No supe que pensaba decirle, después de todo solo podía disculparme y ya para entonces entendía que una disculpa con Enzo no alcanzaba.
cerré el portón detrás mio mientras él aseguraba a los caballos e incluso en esa situación no se dignaba a mirarme.

Avance hasta él más nervioso que nunca, quería mucho que me mirara, que dijera algo gracioso o irónico, o que me insulte, que me amenace como el primer dia en que nos vimos, que sea el Enzo de siempre.
pero nada de eso sucedió, me tocaba a mi dar un paso.

-¿vas a seguir ignorandome?-pregunté. tuve que alzar la voz pues la tormenta había roto y las gotas generaban un ruido fuerte contra el techo que era de chapa

-estoy trabajando

-duele

él me miró, por primera vez en muchos días.
fue muy tierno darme cuenta de que rápidamente buscó si estaba lastimado.

-¿que?

-que me ignores, me duele

su gesto de preocupación cambió al de bronca de nuevo y siguió con el caballo

-no lo hago, mi mundo no gira entorno a vos,Matias

-últimamente, el mio si

mi voz llegó hasta él con mucha claridad.
noté que analizó mis palabras, como si las saboreara sobre su lengua.

-no entiendo

-mi mundo gira entorno a vos desde que te conozco. no puedo dejar de pensar en vos, y no sé que hacer con eso

-ocultarlo detrás de los libros y el celular, como venis haciendo desde que te conozco

-no quiero que estes enojado conmigo

-tengo que terminar esto, después hablamos

-sos muy confuso para mi, Enzo

-más claro no puedo ser-gritó mirandome con furia

-no,no lo sos. una noche casi te levantas a una mina en mi cara-dije acercandome más-cuándo voy a dejarte solo, me pedis que no me vaya, prácticamente confesé que te miraba a vos y no hiciste nada

-¿que se supone...

-me alejo, me buscas, decis que somos amigos, intentas agarrarme la mano en el cine, te enojas, volves a enojarte, acabo de confesar...

-hablas mucho, es aburrido, sé perfectamente como sucedió todo-me interrumpió

me rendi en ese momento, lo había arruinado y era todo, en unos meses el verano terminaba y me olvidaría de él con el tiempo, era lo que debía pasar y ya está.

-bien

voltee listo para adentrarme a la lluvia cuándo escuché su voz profunda de nuevo

-y sos lento, también

-no quiero pelear...

-Matias, veni acá, es una tormenta eléctrica

lo miré mientras él se acercaba a mí, supongo que pensó que me iría igual y estaba listo para detenerme.

-¿podriamos al menos intentar ser amigos? no soy una mala persona, solo soy un poco...

-estúpido-dijo mirandome con profundidad

la tormenta no se detenía, parecía que caían baldes de agua desde el cielo.

-si, lo soy, y lamento haberme comportado así, realmente quisiera que nos llevemos bien...

sentí como de alguna manera avanzó más hacía mi, avanzó tanto que, sin tocarme, me acorralo entre él y la pared.

-¿quisieras?-preguntó encima mío. sus ojos estaban en los mios pero bajaron a mi boca en el momento en que volví a hablar

-que...vos y yo nos llevemos bien, me caes bien...y....¿me estás escuchando?

-claro-dijo sin dejar de mirarme los labios-habla, te escucho-susurro

-y...no sé que pensas vos...¿que pensas?-pregunté casi temblando, habiamos estado cerca, incluso abrazados, pero esa cercanía era nueva

-pienso que sos lindo-dijo apoyando las manos contra la pared detrás mio-lindo y confuso

-yo...no diría qué...

mi cuerpo parecía de goma, no era dueño de él, no sabía como respirar.
instintivamente miré la puerta.
¿iba a huir realmente? ¿iba a dejar de pensar y entregarme al deseo que él despertaba en mi? si me iba ¿tendría otra oportunidad?

-¿te parezco lindo?-preguntó. sentía la hebilla de su cinturón contra mi cadera y el olor de su ropa limpia impactando mi nariz

-si, Enzo, ya vimos que les gustas a...

-¿que debería hacer para gustarte a vos, pibito? ¿ser intelectual?

-no tenes que hacer nada...-dije mirando hacia el suelo

él apoyó su mano con delicadeza en mi mentón y subió mi cara para que volviera a mirarlo

-mirame, decimelo mirandome

mirarlo era tan difícil que realmente tuve que obligarme a hacerlo

-no tenes que hacer nada

-¿y porque?-preguntó sonriendo

-por...ya lo haces

él paseó su mirada por todo mi rostro, parecía estar analizando parte por parte.
Cuándo terminó se detuvo en mis ojos

-¿me dejas besarte, entonces?

necesitaba mucho que deje de hablarme, que simplemente lo haga.
miré su boca antes de cerrar los ojos, y entonces pasó.

sentí sus labios sobre los mios, se sentían tan suaves y expertos, sabía como moverlos y acariciar los mios con ellos.

sentí también sus manos entorno a mi rostro y como con sus dedos afianzaba ese beso que lentamente se profundizaba.

yo lo tomé de la cintura y lo atraje hasta mí mientras él deslizaba su lengua despacio para librar una especie de batalla con la mía.

Ese primer beso, torpe y pasional, duró hasta que tuvimos que volver a respirar.
al mirarnos estaba seguro de que me sentiría nervioso, pero no fue así, él acariciaba mi rostro y sonreía

-¿y ahora, pibe? ¿que sigue?

-¿podes hacerlo de nuevo?

-no-dijo y con simpleza, me soltó

-¿por...

-hacelo vos-dijo apoyándose en la pared, a mi lado-besame vos

me puse enfrente suyo. él sonrió, abrazó mi cintura y volví a besarlo, tenía muchas ganas de hacerlo y nada iba a detenerme entonces.
no tenía idea de que seguía, de que pasaría con nosotros, pero no importaba, no importaba nada más que él, yo y ese momento.

Verano: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Where stories live. Discover now