Final

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Jimin y yo pasamos una semana en la isla, conociéndonos más a fondo antes de parar en Busan a buscar su ropa. Le dije que haría que Kwon empacara el resto de sus cosas y trajera sus pertenencias Seúl.

Cuando regresamos a Seúl, y vamos a la casa que comparto con Jungkook, Jimin pregunta: ―¿Tú pagaste el dinero para el asilo de ancianos de mi madre?

Asiento con la cabeza.

―Te dije que me ocuparía de eso.

―Gracias. ―Él coloca su mano sobre mi muslo―. Te devolveré el dinero tan pronto como tenga acceso a mi herencia.

Niego con la cabeza.

―No, no lo harás. Invertiremos tu dinero.

―¿Y entonces? ¿Voy a dejar que pagues por todo?

Asiento con la cabeza.

―Sí.

―Son más de cien millones. Pagarlo no le hará mella. Podemos vivir del resto y todavía habrá suficiente para cuidar de nuestros nietos. Tomando su mano, la llevo a mi boca y le doy un beso en la piel.

―Malyshka, yo pagaré por todo. Usa tu herencia para iniciar un negocio de maquillaje.

Me mira fijamente mientras me detengo en el camino de entrada, y cuando apago el motor, dice: ―Déjame pagar todo, por favor. Piensa en eso como un pago por mantener mi trasero a salvo por el resto de mi vida.

Dejo escapar una risa y presiono un beso en su boca.

―Es tan lindo que creas que puedes pagarme.

La conmoción pasa por su rostro.

―¿Qué quieres decir? Incluso con cien millones, ¿todavía no puedo permitírmelo?

―Sus ojos se ensanchan―. ¿Cuánto te paga Jungkook?

―Tu herencia podrá comprar mi protección durante un año. ―Le doy una sonrisa―. Obtendrás protección gratis de por vida porque te amo.

―Mierda. Eso es una locura.

Ahueco su mejilla.

―Déjame las finanzas a mí. Usa tu herencia para hacer algo que amas. ―La preocupación destella en su rostro y me hace preguntar―: ¿Qué?

―No tengo idea de lo que amo. Simplemente hice lo que tenía que hacer para poder pagar mis gastos.

Tirando de él en un abrazo, presiono un beso en su sien.

―No te preocupes por eso, tienes todo el tiempo del mundo para decidir qué te gustaría hacer. ―Retrocedo y lo veo a los ojos―. ¿Okey?

"No hay prisa."

―Okey.

Salimos del auto, y cuando entramos a la casa, nos encontramos con Jungkook esperando en el vestíbulo con los brazos cruzados sobre el pecho.

Él le da a Jimin una mirada oscura, y luego se acerca lentamente a él. ―¿Tienes idea de lo preocupado que estaba?

―Oh... lo siento ―pone una linda cara.

Jungkook abre su brazo.

―Ven aquí.

Observo cómo se abrazan, luego Jungkook dice: ―Es bueno tenerte de vuelta. No me vuelvas a provocar un infarto como ese.

―No lo haré. ―Jimin se echa hacia atrás y le sonríe, y acariciando su pecho, se burla de él―. ¿Quién diría que podría hacer sudar a la cabeza de Bratva?

Sobre el velo de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora