幾物◞ ❛ 𝘺 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝙘𝙖𝙞𝙜𝙤 𝘮á𝘴
𝘢𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘦𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝙥𝙧𝙞𝙤𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 ❜ 🍃
❱ ˗ ˏˋ Raiden Ogawa siempre fue un niño callado y reservado ante todos, o al menos eso intentó hasta que su extrovertido vecino...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si se lo preguntan, Raiden hizo todo lo posible. Pero para él esto significaba verlo desde la ventana de su cuarto al salir casi todos los días preguntándose a sí mismo si Shōyō iría a hablarle para poder decirle lo que rondaba por su mente.
Claramente ese fue el primer error.
No lo malinterpreten, es solo que Raiden confiaba en que Shōyō lo haría porque lo vio varias veces volteando hacia su casa al salir, así que su cabecita incapaz de hacer algo más solo pensaba «vendrá a buscarme». En pocas palabras era un idiota.
Por lo que el último día de vacaciones Raiden decide tomar acción. Sí, muy valiente de su parte tras casi un mes de haberlo observado como un acosador. En su defensa temía que Sosuke lo enviara a dormir al pasillo por haber sido cobarde y no hablarle a Shōyō. Lo piensa demasiado, incluso hace un monólogo en su mente sobre qué le dirá y solo espera no arruinarlo, porque era tan indeciso que le jugaba en contra muchas veces y ahora debía hacerle frente a sus inseguridades.
Cuando toca el timbre de su puerta espera, moviendo su pie impaciente y mirando por la pequeña ventana para ver si se aproximaba alguien. Visualiza una cabellera anaranjada pasar y los nervios llegan, queriendo hundir su cabeza en el suelo tal cual avestruz para no verle el rostro; Raiden siente tanta vergüenza de haberlo ignorado por años que ahora no puede evitarlo, tiene mucho miedo como el día que Shōyō fue a buscarlo a su casa, y sólo espera no arruinarlo se nuevo.
Shōyō no lo merecía.
Al abrirse la puerta Raiden se inclina para pedirle perdón, un poco exagerado para cualquiera, pero sabía que él lo necesitaba al haber actuado tan mal por años.
—Lo siento, Shōyō. De verdad, p-perdóname mucho. Lo arruiné, estoy dispuesto a enmendar mi error… C-Creo que tú también me gus…
—¿Raiden?
La persona detrás de la puerta era Natsu, la hermana de Shōyō. Al verla Raiden quiso desaparecer y lo único que pudo hacer fue volver a inclinarse por haberse equivocado. Sentía su rostro tan ardiente por la vergüenza, mientras mil escenarios atraviesan su mente.
—¿Raiden? —vuelve a llamarlo Natsu con timidez, y él se levanta poco a poco. Le sonríe un poco antes de intentar sonreír.
—Lamento que hayas visto esto —se disculpa rápidamente. Se da la vuelta para retirarse, pero Natsu lo toma del brazo impidiéndolo.
—Shōyō ya se fue, Raiden. Llegaste un poco tarde.
¿Se había ido? ¿De qué hablaba? Raiden se gira y la mira escéptico y muy sorprendido. Sabe que se ha delatado con el rostro y que Natsu conocía lo que sucedió, porque sino su comentario no hubiera sido tan directo. Eso lo hace sentirse peor, avergonzado de que alguien más supiera de que era un idiota e indeciso.
