Scarlett

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—Eres un buen hombre. Espero que encuentres la felicidad —le dije a Varsha desde el fondo de mi corazón—. No digo esto porque sienta algo por ti, así que no te preocupes. Sólo digo esto como un prójimo.

Evité decir: "Me gustas'", por si acaso. Aún así, parecía que Varsha estaba enganchado a algo más que yo había dicho.

—¿Un compañero humano?

—Sí

Debería haber sabido que esa parte le sorprendería.

Varsha se enderezó y se puso de pie lentamente, manteniendo sus ojos en mi cara todo el tiempo. A primera vista, me parecía un hombre vagando sin rumbo, pero ahora sentí que era bastante rico en emociones.

¿Nos hemos hecho amigos? Una ligera calidez se acumuló en mi pecho y sonreí.

—Oh, mira esto —dije, sonriendo—. Ya no toso sangre. Ni siquiera estoy tosiendo ahora, ¿ves?

Mi brazo todavía se sentía extraño, pero podía ocultarlo gracias a la túnica de manga larga que llevaba.

Varsha me miró como si estuviera delirando, pero parecía aliviado, así que seguí sonriendo.

—Sígueme —dijo, sacándome del Moonlight Palace.

Todos los cortesanos que encontré antes estaban quietos, inclinados en una reverencia reflexiva, casi como si estuvieran congelados en el tiempo.

—No pueden vernos en este momento. —dijo—. Ser un espíritu tiene algunos beneficios.

Cuando lo miré para preguntarle qué quería decir, solo me dio una leve sonrisa y me levantó en sus brazos. Antes de darme cuenta, estaba volando de árbol en árbol y pronto aterrizamos frente a otro palacio. Me bajó con mucho cuidado y señaló hacia el palacio.

—Este es el palacio del Príncipe Heredero Carlomagno, donde él personalmente quería que te quedaras por el momento —dijo en voz baja.

Sus palabras fueron tan tranquilas que sentí que se las llevaría la brisa.

—Ambos pensamos que no debes abusar de tus habilidades. Pero a diferencia de Su Alteza, creo que es necesario que trates a las personas con frecuencia. Notablemente, si es posible.

Tal vez fue por su tono lento, pero sentí como si las palabras me hicieran cosquillas en los oídos, a pesar de que el contenido no era nada sensual.

—Si quieres protegerte, será más seguro llamar la atención —continuó Varsha—. Aunque no habrías pensado en eso. Tendrás que empezar a pensar en cómo sobrevivir en el palacio. Y sobre el poder. O sobre la influencia.

—Ya veo —dije.

Estas fueron palabras mayores viniendo de alguien que no estaba interesado en esas cosas.

—Recuerda, ni siguiera el rey puede matar a un sucesor fácilmente. Por eso envió lejos a ese imbécil de Jade en lugar de matarlo. El rey cree en los rumores de que si matas a un sucesor, serás maldecido por los poderes sagrados que ejerció el sucesor —dijo Varsha.

Bueno, eso explicaba por qué el rey despidió a Jade.

Su lánguida voz continuó lentamente: —Mantén la confianza en tus habilidades incluso si te ves socavada por ello.

Todavía no entendía por qué se menospreciaba la habilidad de la Diosa del Fuego, considerando que era el poder de la resurrección.

—Y por último, quédate aquí sin importar lo que el rey te diga —concluyó.

Eso me hizo darme cuenta.

—¿Por qué? —Pregunté seriamente. ¡Necesitaba destacarme!

—Necesitas dormir un poco —respondió de manera relajada, con una leve sonrisa que rayaba en el descaro—. Entra y duerme un poco.