12.

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Había pasado un rato desde que despertaron y seguían abrazadas en la cama de Emi, estaban hablando un poco de como sería su relación a partir de ahora.

—Pue' yo pienso que podemo' dejar que todo fluya. Seamo' exclusiva' y tal pero dejemo' que no' lleve la corriente— dijo subiéndose encima de la castaña, con sus brazos al lado de la cabeza de esta—. De toda' forma', yo quiero que esté' segura y cómoda con todo, si hay algo que no te gusta me lo comunica'.

—¿Cómo putas eres real?— preguntó fascinada, tocando la cara de Miko.

La boricua río un poco y se acostó de nuevo en la cama, tomando a Emilia de la cadera para acostarla sobre su pecho.

—Hace mucho no estaba así con alguien, se siente bien— soltó una sonrisita que dejó fascinada a la chica recostada en ella.

—Yo tampoco, no me sentía tan cómoda con alguien desde hace mucho. Sin miedo a que te vayas corriendo por decirte esto— jugó nerviosa con sus dedos—, mi última relación fue un asco y creó tantas inseguridades en mi que, estar así contigo, me da mucho miedo pero a la vez me trae una paz increíble. Creí que estaba rota, que ya no podría sentir nada por nadie— la peliblanca sintió como se le quebró un poco la voz y la abrazo aún más fuerte—. Lo siento, no quería ponerme así, es una tonteria— carraspeó la garganta.

—No e' una tontería, me importan tu' sentimiento'. Si eso e' lo que siente', e' válido. Me alegra que te sienta' bien conmigo, vamo' a trabajar en nuestra confianza para que no haya inseguridad en el camino, ¿está bien?

—Esta bien— balbuceó un poco, hipnotizada por la manera tan firme en la que la cantante le habló.

—Ahora, ¿vamo' a desayunar?

—Si, dale. Solo déjame hacer una historia que diga que hoy no prendo y ya vamos— tomó su celular de la mesita al lado de su cama.

—Dale, mientra' tanto le habló a Mariana y Mauro.

Emilia subió una historia acostada en la cama con el texto "hoy no prendo, el guayabo y la depre post-concert me tienen en la cama. Nos vemos mañana, hijos", sin saber que unos mechones blancos se habían colado en la foto.

...

Un rato después, ya estaban desayunando algo tranquilo. Tan tranquilo como lo puede ser un desayuno colombiano, cosa que tenía un poco extrañada a la puertorriqueña.

—¿En serio comen todo esto? Ya me siento a reventar, baby— manifestó recostandose en la silla mientras tocaba su abdomen.

—Es solo jugo, huevo, arepa y chocolate. Aún no conoces un verdadero desayuno colombiano. Apuesto a que mi hermano no come uno de estos hace mucho.

La platinada soltó una risita— hablando de tu hermano, ¿Por qué el tiene acento mexicano y tú no?

—Bueno, supongo que con el tiempo adaptó el acento de Ari— mencionó tomando un bocado de su comida y alzando los hombros.

—Tu te junta' con mucho' mexicano' y aún así conserva' tu acento. Que por cierto, e' bastante sexy.

La chica mordió su labio inferior con una sonrisa— calla, tonta— rodó los ojos—. Igual es que a mí me gusta mucho mi acento, me gusta que sepan que soy colombiana. No le veo problema a qué Juan no lo tenga pero a mí me gusta conservar un poco de mi país, así sea con mi acento.

—¿Extraña' tu país?

—Claro que lo extraño. No me imaginaba vivir en otro lugar que no fuera Colombia. Pero ya ves, aquí ando y la verdad si estoy bastante amañada, lo que uno hace por amor— se encogió de hombros y terminó de comer su desayuno, dejando pensativa a la ojiazul.

—¿Viniste por amor?— preguntó un tanto incómoda. No se supone que debería sentirse así pero de alguna u otra manera, le causaba un poco de celos la idea de Emilia viviendo en otro país solo por una pareja.

Emilia lo notó y soltó una fuerte carcajada que desconcertó a Miko— claro que vine por amor. Vine a México solo para perseguir a mi hermano, eso es un acto de amor. Sebas amaba a Ari y yo a él, esa es la única explicación que hay.

Miko no debería sentirse tan aliviada por la justificación a su pregunta, de verdad que no, pero lo hacía. Se sintió tranquila y Emi se dió cuenta, soltó una risa pequeña y le dió un beso casto a la rapera.

—No tienes que estar celosa, pendeja. Al fin y al cabo la única que me gusta eres tú.

—Ya, baby, que me pone' pachosa— se quejó con un puchero.

—Eso es un don, lo voy a presumir— dijo risueña.

...

Pasaron el tiempo que les quedaba juntas, antes de que Victoria tuviera que irse, viendo películas. Miko ya se había vestido con su ropa, habían pedido unas hamburguesas y ahora se encontraban jugando play en la sala.

—¡Váyase a la mierda, María Victoria!— gritó cuando vió que estaba a punto de perder en el Mario kart.

—Yo no tengo la culpa de que sea' tan mala, nena— señaló con burla.

Y en ese momento, perdió la carrera. Soltó el control bruscamente y se levantó del sofá para tomar una almohada y comenzar a golpear a la cantante.

—¡Chupelo, Victoria. Coma mierda, hijueputa!— dijo exasperada mientras la seguía golpeando.

—Ya, ya, cálmate— río.

—Que puta rabia. No vuelvo a jugar contigo— se cruzó de brazos e hizo un puchero que derritió a la mayor. Esta la tomó por la cintura y la dejó en su regazo para abrazarla.

—Ere' muy tierna cuando te lo propone'— susurró dejando un beso en su oído— no puede' seguir enojada porque en un rato me voy, nena.

—Tienes que estar a las cinco en el hotel, ¿no?

—Si quiero llegar al aeropuerto temprano, si.

—Esta bien, aún tenemos media hora. ¿Vamos yendo? De aquí a que salgamos y lleguemos, ya son las 5.

—Esta bien, bonita. Déjame voy al baño y salimo'.

...

Estaban en el carro de la streamer, frente al hotel de Miko y no se querían despedir, pero tenían que hacerlo. La menor estaba encima de la cantante, abrazándola sin querer soltarla, se separaron y sus ojos chocaron, se acercaron poco a poco y se besaron. Era su beso de despedida, no sabrían en cuanto tiempo podrían volver a verse y querían reafirmar lo que sentían antes de alejarse.

—Promete que hablaremos todos los días y si no puedes hablar, me dices— dijo luego de separarse para tomar aire.

—Te lo prometo, baby. ¿Y sabe' que? La próxima vez que no' veamo' tu va' a ser mi jeva— señaló demandante para luego volver a besar a la colombiana.

Su despedida duró un poco más de lo necesario pero ellas estaban felices, eso era lo que les importaba. Llegó el momento en el que Victoria se bajó del carro, con su gorrito y su gran hoddie, llevándose con ella la promesa de verse pronto y, llevándose también, unos pantys rosados.

No, Emilia no sabía de la locura que había en redes sociales debido a su historia, ni sabía que la boricua había tomado sus pantys rosados que, según ella, se habían quedado en el escenario.

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Se viene desmadre o no? Ustedes que dicen?

Pidoperdón si hay más errores de los normales en este cap, ando depre.

Un beso, Mar.

  𝗦𝗘𝗡̃𝗢𝗥𝗜𝗧𝗔 || 𝘠𝘰𝘶𝘯𝘨 𝘔𝘪𝘬𝘰 Where stories live. Discover now