Capítulo 14

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                   LUK

Aclimatados seguidamente de terminar el acto intimo, Luk Guesclin, aún desnudo, se calentó próximo a la chimenea.

—Creo que nuestros padres estarán satisfechos de que vayamos a ser cónyuges.

—Anda, ¿únicamente tú dabas la respuesta definitiva? —opinó Zsolin cobijada hasta la cintura, con el rostro sonrojado, el cabello revuelto y mojada de sudor. 

Fisgoneó descarada el insólito monumento de músculos, buen porte y vigor andantes.

—No, ¿puede ser qué ya no quieras casarte?

—Mis oposiciones del principio han quedado en el olvido. Aceptó dichosa la unión.

—Loados sean los santos, una carga menos para mi queridísimo abuelo. 

—Tu abuelo —musitó la rubia, interesada—. No creí que fueras hombre de familia.

Luk, desidioso de arroparse, asumió con grato orgullo el comentario mordaz.

—La plebe podrá considerarme osado y soberbio, lo soy, pero guardo muchísimo aprecio por mi sangre. ¿Conoces la historia del viejo?

—Muchas hazañas se cuentan de tu abuelo.

—Esta es sobre porque lo llaman "El Sanguinario"

Zsolin guardo silencio, a fin de permitirle contarle la primicia e inedita leyenda.

—Mi abuelo quería demostrarle su valía a su padre, sabía mejor que todos sus pocas posibilidades de tener liderazgo alguno, siendo el quinto hijo. Por aquel entonces un grupo de matadores, mecenas fugados y mala sangres formaban una problemática cuadrilla, invadían las tierras donde vivíamos, asaltaban caminos, secuestraban hijas de duques, emboscaban mecenas. Les dieron muchos nombres, La Parvada, Los Sufridos, La Masacre Andante. Como sabes, lo nuestro es pelear. Sin embargo, mi tío abuelo mayor, Sotolla, tenía otras ideas, quería que nos dedicaramos a generar mayores riquezas y no lidiar «vanas trifulcas donde solo vamos a ensuciarnos» —Luk soltó un bufido desdeñoso, que reflejaba sus ganas de poder burlarse en la cara del fallecido familiar—. La Masacre Andante era más que un grupillo de rebeldes y ladrones, habían repelido y escapado de muchos intentos del rey por capturarlos. No bien cumplidas dieciséis vueltas de otoño, mi abuelo rindió su gabela. Asedio sólo su guarida, bien entrada la madrugada, donde ni los grillos cantan. Dicen que los villanos se despertaron cuando empezó la pugna, oían los gritos y pedidas de clemencia, las moribundas oraciones a los santos por salvarlos de él, Zegi Guesclin. Tuvo la audacia de dejar a uno vivo, para contar su proeza. En su retorno, muy sí acaso sentía el hambre y nada más. De tantos hombres, ninguno valió más esfuerzo que un paseó al campo y mi tío abuelo, no pudo protestar cuando se postuló para ser el que los liderará al morir mi bisabuelo.

—Y luego conoció a su esposa, ¿o me equivocó?

—Ah si, desde luego. La abuela Gizela —pocos ánimos predisponía el Guesclin de relatar la romántica unión que tuvieron sus abuelos.

—Me hace ilusión conocerla, Adreti siempre esta diciendo algo sobre ella. 

—No es novedad, siendo la más consentida.

—¿Qué tan cierto es lo que se cotillea sobre Gizela? Quienes la han visto aseguran, que no ha envejecido un solo día desde que esta casada.

Luk se fue a sentar en la esquina de la enorme cama.

—¿Tanto les asombra una mujer cuya juventud se conserva? Solo el abuelo sabe cuantas «vueltas de nacimiento» tiene.

—Quisiera verme como estoy toda la vida, es algo que pienso a veces.

KOniTEN: Koko ni Tenkei Tekina Isekai... Daro?Where stories live. Discover now