Capítulo Siete.

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Seonghwa respiró profundamente, al tomar asiento en su respectivo lugar, como cada día desde que tenía uso de razón. En esa oportunidad una fuerte inquietud le invadió impidiéndole hablar, respirar era casi imposible debido a lo pesado que se sentía su propio ambiente. Pasar bocado había sido imposible, incluso mantener el mentón en alto y una buena postura en la mesa fue una tortura que vivió con pesar.

Su comportamiento dejaba mucho que desear y no era solo eso, también generaron dudas aquellas marcas oscuras bajo sus ojos y la expresión cansada de los mismos. No poseyó las fuerzas suficientes para explicar su estado, tantas preguntas le agobiaron a tal punto que huyó del comedor como todo un cobarde, con las manos temblorosas y el corazón estrujado. Nadie entendía su comportamiento tan infantil e inoportuno, Seonghwa tenía muy claro que absolutamente nadie podría entender lo que estaba sucediendo en su mente... Ni siquiera él mismo podía asimilar las situaciones que estaba viviendo, porque todo era confuso.

Desde esa noche algo en él se corrompió, Seonghwa creía que ya había alcanzado la demencia total de la que tanto estuvo alardeando, porque no encontraba normal la forma en que le era imposible superarlo... Seguir con su existencia sin tener que recordar cada una de las palabras que se habían apoderado de su raciocinio.

Cada día era más difícil que el anterior, cada vez que se levantaba y era consciente de su reflejo el cual mostraba a alguien cansado de redundar y atormentarse con la misma experiencia, Seonghwa no podía evitarlo... Pensar en él antes de dormir, recordando también lo que vio debido a su inmadurez, revivir el desasosiego causado por aquellas miradas que recibió y por el agarre que fue impuesto en su cuerpo en más de una ocasión... Teniendo presente aquellas sensaciones abrumadoras que le causaban escalofríos; el calor de su manos, su respiración tan cercana... Su voz colándose en su oídos de la manera más cruel posible.

Seonghwa con cada noche sufría, porque escuchaba las puertas del balcón vecino abrirse, no era consciente del tiempo que estas permanecían así hasta que las bisagras sonaban indicando que estaban cerradas nuevamente. Sus pensamientos no se detenían incluso así, sabiendo que era él quien estaba allí tomando aire fresco.

¿Él también pensaría en lo sucedido, después de tantos días? Seonghwa creía que eso era absurdo. Pero últimamente no sabía muy bien qué cosas creer y cuales desechar. La confusión y la tristeza invadieron su vida de una manera abrumadora, dejándole a su suerte. La razón en esos instantes no existía en él y ese era uno de los puntos que le estaban haciendo desvelarse y causarle sufrimiento.

Todo lo que dijo... Lo que hizo, lo que deseó que él no hiciera... Se prohibió a sí mismo tenerlo presente y eso poco a poco, le estaba consumiendo, porque no podía sacarlo de su cabeza.

Muchas de esas noches estuvo a punto de levantarse de la cama, para ir al balcón y así encontrarse con él allí, del otro lado. Pero su cuerpo se paralizaba con el simple hecho de pensar que probablemente sería ignorado... Y no podía frustrase por ello ya que era una ridiculez de su parte, literalmente eso fue lo que le pidió que hiciera... Que no le tocase, ni le hablase... Ni que lo mirase. Seonghwa no podía hacer nada más que suspirar y encogerse, tallando sus ojos para que las ganas de llorar no se manifestasen.

Notaban que estaba decaído, pero nunca dijo palabra al respecto... Apenas pudo mentir acerca de sus raspones, hematomas y el golpe en su cabeza, dijo que había salido a cabalgar para poder calmar sus ansias —eso debido a la fiesta— y que por la oscuridad terminó resbalando de la silla al desmontar y se cayó. Se sintió patético al darle esa excusa a su madre, con todos en la mesa, incluyendo a Gahyeon y por su puesto, a él. Lo peor fue mentir de esa manera sabiendo que el rubio frente a él estaba consciente de que ninguna palabra era cierta.

Gahyeon se había quedado en el castillo por dos semanas, las cuales supuestamente, les servirían para conocerse un poco, volverse un poco cercanos... Como amigos, según la pelinegra. Seonghwa en esos días solamente podía decir monosílabos y responder preguntas que requerían algo más elaborado que un simple “sí o no”, con palabras que sonaban frías y vacías. Decaído y triste, así se veía... Y lo sabía porque Gahyeon se lo había dicho.

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⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

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