[Jujutsu Kaisen BL]
Las cosas han cambiado para la sociedad e Itadori Yuji se dedica a ensuciarse las manos en una ciudad donde las cosas cada vez se vuelven más crueles. Ha experimentado en carne propia todo tipo de tragedias, pero llegó un punto e...
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10: "Última noche”
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La música retumbaba en sus oídos mientras miraba alrededor. Tenía un plan en mente e iba a llevarlo a cabo en aquella alborotada discoteca, detendría la persecución de Toji ahí, bajo las luces de tonos morados, entre los alborotados deltas que se movían al ritmo de la música y el alcohol.
Su cabello blanco parecía cambiar de color unto con las luces que iban pasando de morado a azul y de azul a rojo; amarillo, verde, morado, azul, rojo y amarillo... Era un patrón no demasiado largo que iba palpitando con la canción que ensordecía cualquier intento de comunicación entre una persona y otra. Su camiseta blanca se ceñía a su cuerpo y también jugaba con los colores que cambiaban incesantemente, una y otra vez, era ciertamente fascinante el caos que había en ese local en el centro de la ciudad. Se suponía que allí encontraría a Geto, al menos eso había dicho Shoko, su mejor amiga.
Observó alrededor, incluso entre todos esos deltas podía encontrar a Suguru, porque ni uno solo de los presentes olía como su alfa, cada uno de ellos, todos eran deltas y su aroma era lo que podrías esperar de ellos. Sería sumamente simple encontrarlo, siempre y cuando no estuviera usando supresores, claro, aunque si Gojo lo pensaba bien, Geto sin duda estaba usándolos, él jamás salía sin haber tomado un supresor.
Caminó entre las demás personas allí,pasaba desapercibido al ser un beta, nadie tenía interés en él en ese lugar, nadie excepto Geto, seguramente ya sabía que había llegado, el moreno no era nada idiota. Todo lo sabía, todo lo veía y oía, parecía tener demasiados perros a su mando y cada uno de ellos, todos eran Alfas, alrededor de treinta quizá, después de todo era el líder de la resistencia que se dedicaba a cazar Deltas, la mayor parte de los Alfas ocultos en Hela trabajaban para Suguru, siguiendo la tonta idea de que matando a la mayoría de los Deltas, ganarían terreno y recuperarían la ciudad, eran unos idiotas, solamente Toji podía partirle el culo a cinco Alfas, y no era el más fuerte de los Deltas, hicieran lo que hicieran, Hela ya era territorio Delta.
Caminó por el lugar, colándose entre los cuerpo sudorosos de aquellos que lo daban todo en la pista y sintió uno que otro agarrón en el culo mientras pasaba, cruzó la pista de baile y llegó al extremo donde se hallaba la entrada a los baños. Se quedó allí, inmóvil en un rincón, mirando si es que desde su sitio podía encontrar esa larga cabellera negra en la que tantas veces había enredado sus dedos, quería hallar esos ojos rasgados entre la multitud y terminar de una vez todo aquello que estaba carcomiendo su cerebro.
