CAPÍTULO XII

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12: “Vínculos”

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12: “Vínculos”

Sintió qué el corazón se le saldría del pecho cuando al acercarse al departamento, notó que la puerta estaba abierta

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Sintió qué el corazón se le saldría del pecho cuando al acercarse al departamento, notó que la puerta estaba abierta. Cada célula en su cuerpo se llenó de terror al sentir fragancias qué no reconocía y se echó a correr por el pasillo sin mirar atrás. Había tardado más de lo que quería para llegar allí y realmente estaba preocupado ante la idea de que le había pasado algo a su hermano.

Entró sin pensar en si había algún peligro allí, y miró en todas direcciones dentro de aquel pequeño cubículo que era su departamento. Había cosas tiradas por todas partes y en un instante reconoció el aroma que entró por su nariz con la velocidad de un rayo, era ese beta, había estado allí, no hace mucho que se había ido dejando ese rastro de su olor... no se lo había topado en la entrada del edificio así que debió de salir por la puerta de atrás. Pero, su hermano no estaba allí y ¿Qué era esa fragancia que no conocía? Jamás había olido aquello en casa, era... canela.

—Suna —llamó con timidez, temiendo que no le contestara.

Se adentró más en departamento y de pronto ese sitio se sentía tan vacío, como si nadie lo habitase, por una u otra razón el lugar se sentía aterrador y frío. Observó alrededor y miró debajo de las camas mientras llamaba a su hermano; en una de esas ocasiones algo llamó su atención y miró a su lado, a unos metros del guardarropa estaba el móvil de su hermano con la pantalla rota, claramente apagado.

El alma le tembló cuando observó la puerta entre abierta y no fue capaz de moverse de su sitio, todavía arrodillado en el suelo debido a que buscaba debajo de las camas, aunque él tenía claro cual era el sitio en el que Sukuna debía ocultarse, quizá sólo... evitaba pensar en lo que sí cerebro gritaba con desesperación. En Hela no hay un más o menos, no hay grises ni tampoco existen los quizá, en Hela es blanco o negro, es un positivo o un negativo, pero aquel que es un Alfa jamás tiene más de una oportunidad y como Yuji no conocía aquella fragancia, únicamente asumía que algo le había pasado a su hermano ¿Era ese el aroma natural de su hermanito? Sukuna olía a canela, como papá.

Yuji se acercó al guardarropa con el alma colgando de un hilo y con la mano temblorosa empujó a un lado la puerta corrediza. Se quedó helado en su sitio cuando observo lo que realmente no quería mirar y automáticamente quiso cerrar de un golpe la puerta, pero algo se lo impidió.

Hunter Oddisey | TojiItaWhere stories live. Discover now