Capitulo 1. Pastel de bodas

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El capitán de los sombreros de paja no podía dejar de comer los platillos más deliciosos,- que, a su punto de vista eran los mejores que había probado en toda su vida- podría sonar a una exageración, pero para Luffy solo había  cuatro placeres en la vida ; la libertad, los sueños, sus nakamas y por su puesto, la comida.

Por ello era su deseo tener un cocinero en su tripulación, llevaban un largo tiempo viajando sin uno a bordo de su barco, por lo que la comida no era tan buena, todos sus nakamas se esforzaban por cocinar, pero muy pocos tenía un sazón increíble, por ello cada que llegaban a una isla buscaban un restaurante, así podían comer cosas deliciosas.

La isla de Germa no fue la excepción, el restaurante más vistoso y atrayente fue el Baratie, así que Luffy y Usopp no tardaron en ir a comer, mientras el resto de sus amigos seguían sus propias aventuras en la isla.

-Otro más, por favor - Luffy azota el plato contra la mesa y un mesero le ve mal por tan pocos modales, sin embargo, hace caso y pide uno más en la cocina.

-Luffy, Nami te matará cuando vea que gastaste tantos berries en comida.

Le reprende el francotirador comiendo con tranquilidad, a diferencia de su capitán, el si masticaba la comida.

-¡Está decidido!- Luffy ignora la reprimenta y se levanta dispuesto a seguir al mesero - tendremos un cocinero en el barco.

Y Usopp al saber que nada lo sacaría de esa idea, tan solo suspira y ve a su capitán abriendo las puertas de la cocina de par en par..

-Soy Monkey D. Luffy y seré el rey de los piratas.

-Debi traer a Zoro conmigo, la última vez que dejamos a Luffy solo trajo una calaca parlante.

Y el francotirador decide seguir comiendo, después de todo,  la comida era deliciosa.

Mientras tanto, un rubio adulto intenta hacer lo posible por no tomar el sartén con aceite caliente y golpear al infame pirata que gritaba tonterías en su cocina.

-Mocoso, o eres muy valiente, o muy idiota.

Aquel cocinero era Zeff, antiguo pirata, temido por muchos por la fuerza de sus patadas y con un gran restaurante bajo la protección de la familia real.

-No lo sé, pero seré el rey de los piratas - responde Luffy viendo a todos lados buscando al responsable de la comida.

-Da igual - a ese punto Zeff ya había contado hasta cien, y su enojo había menguado un poco - ¿Que buscas aquí?

El Capitan se acerca a unas ollas de la estufa, olía muy bien, y era exactamente lo mismo que había comida, una sopa cristalina, sin grumos y con un increíble sabor.

-Necesito un cocinero para mí tripulación - responde tranquilo el pelinegro y Zeff decide darle el beneficio de la duda, de no verlo como un niño loco- ¿Quien cocino esto?

Para Zeff, ser un pirata tenía varias interpretaciones, desde el concepto social que podía recaer a simples delicuentes que se protegían entre las olas del mar, pero para el, tenía matices más allá de eso, durante su época había conocido a numerosos tipos de piratas.

Algunos solo buscaban oro, su ambición les cegaba, otros eran ruines y traicioneros, pero unos pocos, iban al mar con la promesa de encontrar aventuras y ser libres. Zeff era una construcción de todo eso, era un vil delincuente, pero con códigos, con aprecio a sus nakamas y con un sueño en común, el azul infinito, sin embargo eso cambio hace años con la perdida de su pierna.

-Si te digo quien, ¿lo llevarás contigo en tu barco?

Luffy asiente efusivamente, pese a ser un mocoso, a Zeff le agrada, a simple vista parecía un idiota pirata con sueños imposibles, pero algo en el le decía que había más. Además sabía bien quien era Monkey D. Luffy, las noticias corrían rápido por todo el mar, los sombreros de paja eran muy famosos, y pese a que la marina trato de hacerlos ver cómo lo peor, en los bajos mundos se escuchaban los verdaderos acontecimientos, eran un tripulación única, con mucho que ofrecer.

Entre espadas y cuchillos Where stories live. Discover now