🌠 ⁞ ❝ ─Murió en la guerra, y nunca más volví a verle ─relata Sunghoon, con los recuerdos resonando dolorosamente contra las paredes de su pecho─. Fue atravesado por una flecha enemiga en plena batalla, y sucumbió a sus heridas poco después.
Hay un...
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(SOLO)
Heeseung está parado junto a la encimera de la cocina, sosteniendo un cuchillo hacia la luz. La hoja divide su rostro en dos, una mitad iluminada y la otra en la sombra. No parece que lo esté blandiendo de forma dañina, simplemente lo observa fijamente, como si estuviera en trance.
Sunghoon se acerca silenciosamente con pies ligeros. —...¿Heeseung hyung?
El chico levanta la cabeza de golpe. El cuchillo cae en el fregadero con estrépito. Tiene los ojos hinchados y las pupilas temblorosas. Su boca rebosa de excusas. —Estoy bien, es que... no podía dormir.
Sunghoon le mira, a este chico que ha sido su rival, su amigo, su enemigo. —Deja que te prepare un té —le dice con suavidad.
Sienta a Heeseung y va a calentar agua. Cuando regresa a la mesa, el chico que tiene delante sigue pareciéndole un extraño.
—¿Todavía? —pregunta Sunghoon—. ¿Está empeorando? —Heeseung no contesta, su mirada está nublada—. ¿Cuándo fue la última vez que dormiste bien? —continúa insistiendo—. ¿Que comiste bien?
—No soy un niño, Sunghoon-ah —Heeseung suspira—. No me marchitaré si no estás pendiente de mí.
Sunghoon aprieta los labios con frustración. —No me meteré en tus asuntos a menos que me invites —dice—. Pero hyung, tienes que saberlo. Cada vez que lo miras, parece como si te hubieran dado una patada en el estómago.
Heeseung deja escapar un bufido y se pasa una mano por la cara. —¿De verdad? —pregunta con seriedad, aunque Sunghoon se sorprende al ver que sus ojos esconden un atisbo de alegría.
—Es trágico —dice Sunghoon, haciéndose el gracioso—. De verdad.
Heeseung le lanza una sonrisa resignada. —¿Te contó?
Duda. —Lo esencial, pero no los detalles —le responde con cautela—. Sé que le besaste. Él quería más. Tú no.
—Suena tan mal cuando se resume así —dice Heeseung con cansancio—. Como si lo que pasaba por mi cabeza no coincidiera con cómo salieron las cosas.
—¿Cómo querías que salieran?
—No lo sé.
Sunghoon hace una pausa, preguntándose cuánto o qué decir. —Le he preguntado al respecto desde entonces, pero sólo me dijo que ambos acordaron guardar las formas.
